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Una ambulancia arrollada por falta de barreras

La ambulancia, con una embarazada a punto de parir, fue atropellada por un tren.  Los vecinos de Campana cortan las vías.


t.gif (862 bytes)  Tal vez el apuro los obnubiló, tal vez no vieron avanzar el tren. Lo único seguro es que la ambulancia cruzó las vías y fue arrollada por una formación del ex ferrocarril Mitre, en Campana: como resultado murió una joven a punto de parir, su bebé y una enfermera, y resultaron heridos el resto de los ocupantes del vehículo. Las causas del accidente aún no han sido esclarecidas. Sin embargo, los indignados vecinos cortaron las vías durante todo el día de ayer en señal de protesta por la ausencia de barreras en el paso a nivel.
“Ibamos apurados porque no llegábamos al hospital. Llegamos al cruce y al tren no lo vimos. De pronto sentí un golpe y yo me caí entre medio de las vías. Cuando abrí los ojos, estaban todos... empecé a buscar y encontré a mi señora y a la enfermera, el médico estaba más allá”, cuenta Juan Carlos Schneider, de 32 años. El conductor de la ambulancia de la empresa CIEM, Daniel Fournari, los había recogido a él y a su mujer, Nora Angélica Cevallos, de 19 años, en las afueras de Campana cerca de las ocho. La enfermera Karina Strazzeri, de 30 años, y el doctor Venancio Bravo Morales, de 59, los acompañaban hasta el hospital San José. El parto se avecinaba, y a las 8.15 de la mañana la ambulancia cruzó a gran velocidad el paso a nivel en el barrio Santa Lucía, a la altura del kilómetro 86 de la ruta 9, pero fue embestida por la formación 2509 del ex ferrocarril Mitre. Como resultado del choque, murieron la enfermera y la joven que iba a ser asistida, así como su bebé, que fue hallado fuera del cuerpo de la madre. Los investigadores trataban de determinar ayer si el parto se había producido en la ambulancia, o fue provocado por el impacto.
Schneider, Morales y Fournari fueron derivados al hospital Virgen del Carmen de Zárate, con heridas de diferente consideración. El chofer y el médico permanecían ayer internados, mientras que Schneider fue dado de alta por la tarde. Personal de la comisaría de Campana y tres dotaciones de bomberos se presentaron en el lugar, y los cuerpos fueron retirados de las vías a media mañana.
Cerca de las 11, los vecinos, conmocionados, se fueron juntando en el paso a nivel que comunica los barrios Santa Lucía, San Cayetano y San Luciano. Allí cortaron la vía con neumáticos quemados, y reclamaron una solución al problema. “La situación es que los vecinos no quieren levantar la medida de fuerza hasta que alguien de TBA dé una respuesta –explicó Andrea García, concejal justicialista de Campana y vecina del lugar– lo que pedimos es que pongan una barrera automática en forma inmediata; desde que existe ese paso a nivel, han muerto cerca de 40 personas”. En la noche de ayer, los vecinos tenían una reunión con el intendente de Campana, Jorge Varela, y el gerente de TBA para llegar a un acuerdo.
Osvaldo Rossi, vocero de Trenes de Buenos Aires, señaló que “el camino es una calle de tierra que corre paralela a la vía, y dobla a la derecha en el paso a nivel. Tiene una visibilidad mínima de 200 metros y el pasto estaba corto. Ahora ¿por qué sucedió el accidente? Aquí vale eso de ‘por causas que tratan de establecerse’. Se están haciendo peritajes para eso. Acerca de quién tiene la culpa, no vamos a emitir juicio; sería muy difícil salir con el tema de la culpa cuando está en el medio el dolor de la gente”, dijo Rossi, y agregó que “en el contrato de concesión, el Estado toma para sí la implementación de las barreras. En el caso de este cruce, habíamos recibido un pedido que fue incorporado al cronograma que se sigue para colocar estas barreras”.

 


 

TRES POLICIAS DETENIDOS, ACUSADOS DE TORTURAS
Discípulos de la mano dura

Por Cristian Alarcón

t.gif (862 bytes) Una denuncia anónima ante la fiscal María Eva Prada, de San Isidro, terminó el viernes con la detención de tres policías acusados de someter a tormentos a cuatro detenidos en la comisaría 5ª de Béccar. Los uniformados Orlando Sánchez, Marcelo Rubén Pereyra y Samuel Medina marcharon presos luego de una rueda de reconocimiento en la que dos personas los identificaron como quienes los habían golpeado en los calabozos de la seccional. La furia de los policías habría sido mayor a la de los habituales “aprietes”, ya que uno de los agredidos estaba allí implicado en el asesinato de un hombre de la fuerza, ocurrido el 19 de marzo. Los mismos efectivos de la bonaerense también son investigados por la amenaza que en el momento en que revisaba a los presos recibió en su celular la fiscal Prada por parte de alguien que la llamó desde un teléfono público ubicado a sólo tres cuadras de la seccional.
La policía bonaerense estaba en la tarea de descubrir a los asesinos del oficial Jorge Bellorutti, quien cayó en un tiroteo el 19 de marzo. Ese día, Bellorutti –de franco y vestido de civil– había ido a arreglar su auto a una gomería de Boulogne, donde se cruzó con los ladrones en pleno asalto. Intentó frustrar el robo y cayó herido con un disparo en el muslo derecho y otro en la espalda. Después de dos días, murió en el hospital Churruca. Casi al mismo tiempo era detenido un hombre de nacionalidad chilena, que pasaría a ser el principal sospechoso de haberlo baleado. Fue descubierto en un procedimiento, cuando se le pidieron documentos de un Renault 18 rojo, “disimulado de gris”, con pedido de captura, y se le secuestró una pistola reglamentaria, que sería la del policía muerto.
A ese dato se le suma que el sospechoso de matar a Bellorutti es el padre de uno de los adolescentes que asaltaron una casa en Victoria, donde tomaron como rehén a una abogada y fueron liberados por la jueza de menores María Piva de Argüelles. Las víctimas de los golpes no habrían sido sólo el ladrón preso y su acompañante, quien fue detenido por averiguación de antecedentes, sino también otras dos personas que el 21 y 22 estuvieron en los calabozos de la seccional 5ª por portación ilegal de armas de guerra.
Cuando la fiscal Prada y el fiscal Mirabelli llegaron a la comisaría, había allí tres personas “con visibles marcas de golpes en el cuerpo”, según informó a este diario una fuente de la fiscalía. El cuarto detenido, que habría sido quien formuló la denuncia en forma telefónica, había sido liberado. Ubicado luego por los fiscales, en los exámenes que realizaron médicos judiciales, se les detectaron lesiones parecidas a las de los otros presos, consistentes en grandes hematomas producto de patadas y puñetazos”.
Mientras los fiscales intervenían en la comisaría, en el contestador automático del teléfono celular de Prada quedó grabado un mensaje. Hablaba un hombre que se identificaba como perteneciente a la bonaerense, y bajo esa chapa amenazaba a la fiscal, para que se “deje de joder” con la inspección que estaba realizando. Prada presentó una denuncia ante la Fiscalía 9 de San Isidro, a cargo de María Alejandra Dotti, quien solicitó que se investigue la procedencia de esa llamada. El informe del rastreo indica que fue realizada desde el teléfono público ubicado a tres cuadras de la 5ª.

 

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