Yugoslavia
se acerca más que nunca al diálogo con las potencias atlantistas. La guerra diplomática
que los aliados pretenden ganar de la mano de Rusia recibió ayer un espaldarazo con la
declarada receptividad del gobierno del presidente Slobodan Milosevic al plan de paz del
Grupo de los Ocho (las siete potencias industriales más Rusia) que será discutido hoy en
Bonn. De todos modos, ninguna de las partes se muestra dispuesta a ceder totalmente.
Yugoslavia aclaró que para lograr una solución primero deben finalizar los ataques. Pero
la OTAN estableció su línea de acción en el conflicto al intensificar el frente militar
junto al diplomático. No queremos dejar caer una bomba más de lo necesario, pero
tampoco una menos, según definió el vocero atlantista, Jamie Shea. Las
negociaciones fueron apoyadas ayer por dos minicumbres, en la capital finlandesa de
Helsinki y en la ciudad italiana de Bari, y con la liberación de dos soldados serbios
retenidos por autoridades estadounidenses en Alemania.
Estamos generalmente abiertos al plan, pero tenemos algunas reservas,
reconoció el portavoz de Asuntos Exteriores yugoslavo, Nebojsa Vujovic. El gobierno
yugoslavo aclaró que necesita más precisiones y que hoy dará una respuesta
al plan, después de conocer los detalles de boca del enviado especial ruso para los
Balcanes, Viktor Chernomyrdin. Rusia retomó así las riendas de la diplomacia y deberá
enfrentar una nueva ronda de discusiones y exigencias de los países occidentales y de
Yugoslavia. Chernomyrdin mantuvo ayer una reunión en Helsinki con el presidente
finlandés, Martti Ahtisaari, y con el secretario de Estado adjunto norteamericano, Strobe
Talbott, para discutir la nueva gestión mediadora que lo llevará por tercera vez a
Yugoslavia. En Italia, la reunión entre el primer ministro italiano, Massimo
DAlema, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, fortaleció las esperanzas
depositadas en las conversaciones de Helsinki. Las nuevas declaraciones de los dos
líderes aliados remitieron el conflicto al ámbito de las Naciones Unidas. Espero
que haya una resolución de la ONU, después de eso tendremos que discutir si se puede
considerar una suspensión de los bombardeos, explicó Schroeder, y advirtió que
Alemania cree que enviar tropas terrestres es impensable.
La aclaración del canciller apuntó en el centro del debate interno de las fuerzas
atlantistas, donde el disenso sobre una posible ofensiva por tierra parece aumentar.
La OTAN ha planteado sus demandas. Estas demandas deben ser cumplidas,
aseguró el primer ministro británico, Tony Blair, uno de los halcones de la
OTAN, desde Albania. Blair se reunió con el jefe de gobierno albanés, Pandeli Majko, y
reiteró que su posición de continuar los bombardeos contra las fuerzas serbias sigue
firme. La OTAN bombardeó ayer posiciones serbias, estaciones de radio y televisión en
Kosovo y dos aviones yugoslavos Mig-21. Pero Bill Clinton reafirmó la voluntad aliada de
continuar con los ataques, y dejó abierta la posibilidad de enviar tropas de tierra.
BAJA EL INTERES POR LA GUERRA
Las tropas siguen lejos
Las
chances de que Robin Cook, el secretario exterior británico, obtenga una aceptación del
presidente Clinton mañana, cuando presione para que se usen tropas terrestres en Kosovo,
disminuyeron ayer, cuando una nueva encuesta de opinión mostró que el interés del
pueblo de Estados Unidos por el conflicto estaba decreciendo. Según una encuesta del
Washington Post/ABC News, sólo un 52 por ciento del público apoya ahora el envío de
tropas terrestres si la campaña aérea fracasa en lograr la paz. Sólo un 15 por ciento
de la gente está a favor de enviar las tropas ahora. Y David Leavey, un vocero del
Consejo de Seguridad Nacional, reiteró el poco entusiasmo de la Casa Blanca de enfrentar
internamente esta oposición.
La encuesta mostró que el apoyo por los ataques aéreos de la OTAN llegó a su punto más
bajo desde los primeros días de la campaña. Los apoyan un 59 por ciento, de un pico en
abril de 68 por ciento, y 38 por ciento los desaprueba, el punto más alto desde marzo
último, cuando el porcentaje era de 30 por ciento. El rating del presidente Bill Clinton
en su manejo del conflicto también descendió siete puntos de su nivel más alto de 53
por ciento. Y un 32 por ciento dice que la OTAN no es cuidadosa para evitar muertes
civiles. Pero las opiniones del público son tan contradictorias como la respuesta en el
congreso, que votó en contra de los ataques aéreos, en contra de la retirada de las
fuerzas militares de los Estados Unidos y a favor de poner 13 millones de dólares para
pagar por la guerra, dos veces más de lo que había pedido el presidente.
Rusia busca la paz y el FMI
El nuevo premier ruso, Serguei
Stepashin, está más cerca de ser aprobado por el Parlamento. Quiere agilizar las
reformas.
Stepashin (izq.) con el
supernacionalista Vladimir Zhirinovsky.
Pidió que votaran el ajuste económico que reclamó el FMI. |
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El País de Madrid
Por Rodrigo Fernández Desde Moscú
El primer ministro ruso
en funciones, Serguei Stepashin, que se espera sea ratificado hoy por la Duma Estatal
(Parlamento), pidió ayer la rápida aprobación del paquete de leyes económicas que
exige el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si este paquete es rechazado, por la
Duma se puede presentar una moción de confianza al Gobierno, señaló Stepashin, lo
que significa, según la Constitución, que la Cámara baja del Parlamento puede ser
disuelta si no vota a favor de esa moción. Stepashin se reunió ayer con los diferentes
grupos parlamentarios de la Duma la víspera de la sesión que debe ratificar o rechazar
su candidatura a primer ministro.
La mayoría de los diputados y analistas pronostican que Stepashin será aprobado como
primer ministro sin problemas. Un prueba indirecta de ello son las reuniones que mantuvo
ayer con los líderes y miembros de las fracciones de la Cámara, todas las cuales
transcurrieron en un clima sumamente constructivo y de abierta simpatía hacia
Stepashin.
Fue en estas reuniones donde el jefe de Gobierno en funciones pidió la rápida
aprobación de las leyes exigidas por el FMI para hacer efectivo el crédito ya pactado y
que permitirá a Rusia ahorrarse la declaración de suspensión de pagos de su deuda
exterior. El rechazo al paquete económico significaría que Rusia no podrá cumplir
los compromisos adquiridos ante el Fondo por el gabinete de Primakov, afirmó
Stepashin.
Stepashin no cree que la sangre llegue al río. Hemos aclarado bien las cosas con
los dirigentes de las fracciones, declaró. Al mismo tiempo, dio a entender que el
gobierno estaría de acuerdo en no plantear algunas leyes que exige el FMI debido a que
ellas afectarían gravemente a los bolsillos de la población. Se trata, ante todo, de las
relacionadas con el aumento de los impuestos a la venta y del IVA.
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