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YUGOSLAVIA “CONSIDERO ACEPTABLE” EL PROYECTO DE PAZ DEL GRUPO DE LOS OCHO
Con la diplomacia (casi) todo es posible

Los aliados lograron un avance con su solución diplomática para Kosovo, pero  decidieron continuar los ataques aéreos.

Los tanques albaneses montan guardia frente a la frontera de la provincia yugoslava de Kosovo.
La posibilidad de decidir un avance con tropas de tierra parece alejarse por unos días.

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t.gif (862 bytes)  Yugoslavia se acerca más que nunca al diálogo con las potencias atlantistas. La guerra diplomática que los aliados pretenden ganar de la mano de Rusia recibió ayer un espaldarazo con la declarada receptividad del gobierno del presidente Slobodan Milosevic al plan de paz del Grupo de los Ocho (las siete potencias industriales más Rusia) que será discutido hoy en Bonn. De todos modos, ninguna de las partes se muestra dispuesta a ceder totalmente. Yugoslavia aclaró que para lograr una solución primero deben finalizar los ataques. Pero la OTAN estableció su línea de acción en el conflicto al intensificar el frente militar junto al diplomático. “No queremos dejar caer una bomba más de lo necesario, pero tampoco una menos”, según definió el vocero atlantista, Jamie Shea. Las negociaciones fueron apoyadas ayer por dos minicumbres, en la capital finlandesa de Helsinki y en la ciudad italiana de Bari, y con la liberación de dos soldados serbios retenidos por autoridades estadounidenses en Alemania.
“Estamos generalmente abiertos al plan, pero tenemos algunas reservas”, reconoció el portavoz de Asuntos Exteriores yugoslavo, Nebojsa Vujovic. El gobierno yugoslavo aclaró que “necesita más precisiones” y que hoy dará una respuesta al plan, después de conocer los detalles de boca del enviado especial ruso para los Balcanes, Viktor Chernomyrdin. Rusia retomó así las riendas de la diplomacia y deberá enfrentar una nueva ronda de discusiones y exigencias de los países occidentales y de Yugoslavia. Chernomyrdin mantuvo ayer una reunión en Helsinki con el presidente finlandés, Martti Ahtisaari, y con el secretario de Estado adjunto norteamericano, Strobe Talbott, para discutir la nueva gestión mediadora que lo llevará por tercera vez a Yugoslavia. En Italia, la reunión entre el primer ministro italiano, Massimo D’Alema, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, fortaleció las esperanzas depositadas en las conversaciones de Helsinki. Las nuevas declaraciones de los dos líderes aliados remitieron el conflicto al ámbito de las Naciones Unidas. “Espero que haya una resolución de la ONU, después de eso tendremos que discutir si se puede considerar una suspensión de los bombardeos”, explicó Schroeder, y advirtió que “Alemania cree que enviar tropas terrestres es impensable”.
La aclaración del canciller apuntó en el centro del debate interno de las fuerzas atlantistas, donde el disenso sobre una posible ofensiva por tierra parece aumentar. “La OTAN ha planteado sus demandas. Estas demandas deben ser cumplidas”, aseguró el primer ministro británico, Tony Blair, uno de los “halcones” de la OTAN, desde Albania. Blair se reunió con el jefe de gobierno albanés, Pandeli Majko, y reiteró que su posición de continuar los bombardeos contra las fuerzas serbias sigue firme. La OTAN bombardeó ayer posiciones serbias, estaciones de radio y televisión en Kosovo y dos aviones yugoslavos Mig-21. Pero Bill Clinton reafirmó la voluntad aliada de continuar con los ataques, y dejó abierta la posibilidad de enviar tropas de tierra.

 


 

BAJA EL INTERES POR LA GUERRA
Las tropas siguen lejos

t.gif (862 bytes) Las chances de que Robin Cook, el secretario exterior británico, obtenga una aceptación del presidente Clinton mañana, cuando presione para que se usen tropas terrestres en Kosovo, disminuyeron ayer, cuando una nueva encuesta de opinión mostró que el interés del pueblo de Estados Unidos por el conflicto estaba decreciendo. Según una encuesta del Washington Post/ABC News, sólo un 52 por ciento del público apoya ahora el envío de tropas terrestres si la campaña aérea fracasa en lograr la paz. Sólo un 15 por ciento de la gente está a favor de enviar las tropas ahora. Y David Leavey, un vocero del Consejo de Seguridad Nacional, reiteró el poco entusiasmo de la Casa Blanca de enfrentar internamente esta oposición.
La encuesta mostró que el apoyo por los ataques aéreos de la OTAN llegó a su punto más bajo desde los primeros días de la campaña. Los apoyan un 59 por ciento, de un pico en abril de 68 por ciento, y 38 por ciento los desaprueba, el punto más alto desde marzo último, cuando el porcentaje era de 30 por ciento. El rating del presidente Bill Clinton en su manejo del conflicto también descendió siete puntos de su nivel más alto de 53 por ciento. Y un 32 por ciento dice que la OTAN no es cuidadosa para evitar muertes civiles. Pero las opiniones del público son tan contradictorias como la respuesta en el congreso, que votó en contra de los ataques aéreos, en contra de la retirada de las fuerzas militares de los Estados Unidos y a favor de poner 13 millones de dólares para pagar por la guerra, dos veces más de lo que había pedido el presidente.

 


 

Rusia busca la paz y el FMI

El nuevo premier ruso, Serguei Stepashin, está más cerca de ser aprobado por el  Parlamento. Quiere agilizar las reformas.

Stepashin (izq.) con el supernacionalista Vladimir Zhirinovsky.
Pidió que votaran el ajuste económico que reclamó el FMI.

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El País de Madrid
Por Rodrigo Fernández Desde Moscú

t.gif (862 bytes) El primer ministro ruso en funciones, Serguei Stepashin, que se espera sea ratificado hoy por la Duma Estatal (Parlamento), pidió ayer la rápida aprobación del paquete de leyes económicas que exige el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Si este paquete es rechazado, por la Duma se puede presentar una moción de confianza al Gobierno”, señaló Stepashin, lo que significa, según la Constitución, que la Cámara baja del Parlamento puede ser disuelta si no vota a favor de esa moción. Stepashin se reunió ayer con los diferentes grupos parlamentarios de la Duma la víspera de la sesión que debe ratificar o rechazar su candidatura a primer ministro.
La mayoría de los diputados y analistas pronostican que Stepashin será aprobado como primer ministro sin problemas. Un prueba indirecta de ello son las reuniones que mantuvo ayer con los líderes y miembros de las fracciones de la Cámara, todas las cuales transcurrieron en un clima “sumamente constructivo” y de abierta simpatía hacia Stepashin.
Fue en estas reuniones donde el jefe de Gobierno en funciones pidió la rápida aprobación de las leyes exigidas por el FMI para hacer efectivo el crédito ya pactado y que permitirá a Rusia ahorrarse la declaración de suspensión de pagos de su deuda exterior. El rechazo al paquete económico significaría que “Rusia no podrá cumplir los compromisos adquiridos ante el Fondo por el gabinete de Primakov”, afirmó Stepashin.
Stepashin no cree que la sangre llegue al río. “Hemos aclarado bien las cosas con los dirigentes de las fracciones”, declaró. Al mismo tiempo, dio a entender que el gobierno estaría de acuerdo en no plantear algunas leyes que exige el FMI debido a que ellas afectarían gravemente a los bolsillos de la población. Se trata, ante todo, de las relacionadas con el aumento de los impuestos a la venta y del IVA.

 

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