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Por Felipe Yapur Desde Comodoro Rivadavia  Eduardo Duhalde llegó a
Chubut en campaña decidido a diferenciarse de Carlos Menem y de la fórmula de la
Alianza. Buscó mostrarse duro cuando aseguró que hay que cambiar el modelo “a pesar
de lo que diga el Presidente”. Destacó además que, mientras los candidatos de la
fórmula aliancista hablan, “nosotros los justicialistas concretamos las
propuestas”. También se dio tiempo para enviar nuevamente un mensaje al Fondo
Monetario Internacional (“No somos sus empleados, somos socios”, dijo) y se
despachó con la perla de la jornada: “Sigo creyendo en la revolución
productiva”, remató.El precandidato presidencial llegó a la ciudad de Comodoro Rivadavia acompañado de Ramón Ortega, del gobernador santacruceño Néstor Kirchner y de los créditos locales, el diputado nacional Mario Das Neves y del intendente de esa ciudad y candidato a gobernador, el orteguista Marcelo Guingle. Durante la conferencia de prensa, Duhalde no se olvidó de la crítica relación que mantiene con su ex compañero de fórmula y aseguró que “no tenemos que encontrarnos para acordar el discurso. El tiene el suyo y además tiene que gobernar hasta el 10 de diciembre. Nosotros, con Ortega, tenemos nuestro programa de gobierno que lo vamos a implementar cuando triunfemos en octubre”. Insistió también que fue un error el intento de recortar el presupuesto educativo y las jubilaciones de privilegio que lo tienen al ministro de Trabajo, Erman González, en el centro de las críticas. “El (por Menem) tiene opiniones diferente de las mías. Yo no lo voy a convencer de que está errado ni él a mí. Por eso reitero que el modelo está absolutamente agotado. El cree que hay que profundizarlo y no es así”. Luego, sorprendió a propios y extraños cuando afirmó que sigue creyendo en la revolución productiva y que éste es un proceso largo con varios pasos a concretar previamente. Duhalde, convencido de que esa revolución es parte de un largo proceso, es que adelantó que una forma de alcanzar este objetivo es “mejorar la distribución de la riqueza”. Lo dijo y se ganó la sonrisa de todos sus acompañantes. Poco después, sus compañeros de ruta lo escucharon con atención cuando, desde el palco del estadio Socios Fundadores, Duhalde se dirigió a unas dos mil almas y reiteró su conceptos en contra de las exigencias internacionales: “Hay voces de temor de dirigentes y periodistas a mis críticas al FMI, pero la historia no la escriben ni los pusilánimes ni los temerosos. No podemos ser más papistas que el Papa. Cuando hay ajuste no lo sufre ni Menem, ni Duhalde ni (el gobernador de Chubut, Jorge) Maestro, lo sufre el obrero, los asalariados”. El bonaerense recordó, mientras los presentes se apretaban en el pequeño estadio de básquet, que “somos socios y no empleados del FMI. Hace unos meses nos pusieron de ejemplo y ahora nos quieren ajustar. Es absurdo y tenemos que tener una actitud sólida para ser respetados”. Los aplausos no se hicieron esperar, sin embargo, muchos de los que se llegaron hasta el estadio soportando temperaturas muy bajas hicieron oír sus necesidades y desde diferentes sectores de la tribuna la gente pedía, a los gritos, trabajo. Pero Duhalde no se distrajo y continuó prometiendo: “En zonas como la Patagonia no existe el mercado, por eso el Estado debe estar presente y nosotros lo haremos a través del gabinete federal. Ayudaremos a la gente y a las empresas con herramientas que tenemos, como es el Banco Nación. Por eso nos oponemos a su desnacionalización”. Esto le dio pie para referirse a la Alianza cuando recordó que el domingo pasado la fórmula opositora estuvo en Mendoza y abrazaron la sucursal del Banco Nación en repudio al intento de privatización. “Pero mientras ellos hablaban nosotros obtuvimosla media sanción en el Senado y la semana que viene en Diputados para que no sea entregado a manos privadas. Ellos hablan y nosotros hacemos, ésa es la gran diferencia”.
RODRIGUEZ SAA VISITA A MENEM
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