|
Por Victoria Ginzberg La Cámara de Casación confirmó la condena de tres años en suspenso contra el ex comisario Miguel Osvaldo Etchecolatz y lo eximió de asistir a un curso de derechos humanos. El represor había apelado la pena que el juez Fernando Larraín le impuso por injuriar y calumniar al diputado Alfredo Bravo en su libro La Otra Campana del Nunca Más y en el programa Hora Clave. Aunque por diferentes motivos, Bravo y Etchecoltaz habían coincidido en pedir la anulación del curso. Para el diputado es erróneo considerar que instruirse en materia de derechos humanos sea un castigo. El ex comisario había solicitado la anulación del proceso en el que fue condenado con el argumento de que no se había realizado una audiencia de conciliación antes del juicio oral. Según los abogados del represor -Sebastián Mafrán y Pedro Bianchi, de esa manera Etchecolatz había perdido la oportunidad de retractarse. Juan María Ramos Padilla, representante de Bravo, retrucó que, a lo largo del proceso, el ex comisario no mostró disposición para arrepentirse y que, de todas maneras, podría haberlo hecho en cualquier momento antes de que se conociera la sentencia del juez. En este punto, los jueces de la Sala I de la Cámara de Casación Penal, Juan Rodríguez Basavilbaso, Alfredo Bisordi y Pedro David, coincidieron con lo señalado por Ramos Padilla. Etchecolatz también se quejó de las reglas de conducta que le impuso el magistrado como penas accesorias, esto es, la realización del curso que dicta el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y la obligación de someterse a un tratamiento psiquiátrico. Ambos pedidos fueron avalados por Bravo, ya que el diputado dijo que lo que necesita el represor es un tratamiento carcelario. El MEDH también se había pronunciado en contra de darle clases a Etchecolatz. Los jueces admitieron que el represor no asista al curso pero mantuvieron el tratamiento psicológico, previa realización de una entrevista que acredite su necesidad. Usted actuó en contra del país, mandando a inocentes a agarrar ametralladoras, le había dicho entre otras cosas el represor al diputado en el programa de Mariano Grondona del 28 de agosto de 1997. Allí como en su libro, el ex comisario se dedicó a alabar a la última dictadura militar y a justificar sus propias acciones en tanto representantes de un fin superior, el de salvar a la patria. Por ese motivo al represor, que acaba de cumplir 70 años, le espera otro juicio oral por apología del delito. En esa causa ya fue procesado. Además, existe otra denuncia en su contra por amenazas, que se inició cuando Etchecolatz amedrentó con un revólver a unos jóvenes que lo reconocieron en una plaza y lo insultaron. Como el represor tiene una sentencia de tres años en suspenso, una pena desfavorable de al menos un día en cualquiera de los otros procesos le significaría la vuelta a la cárcel, de la que salió al ser beneficiado por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
ITALIA DECIDE HOY SI JUZGA A MILITARES
ARGENTINOS Por Laura Términe desde Roma
|