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Por Irina Hauser Después de mucho aguantar, cuatro empleados del único juzgado federal de Rawson, a cargo de Esteban Cerra, explotaron. Al volver a trabajar luego de la feria judicial se desayunaron con que el juez los había sancionado. La presunta infracción había consistido en informar por escrito que se iban a su casa a las 16 horas por encontrarse en estado de agotamiento. Cerra, denunciaron, los obliga a trabajar si es necesario hasta las tres de la mañana, en virtud de un reglamento interno que él mismo inventó sin los avales que exige la ley. La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), denunció también que el magistrado tiene la costumbre de amenazar a sus subordinados, insultarlos, llamarlos por teléfono a la madrugada y prohibirles hablar con el gremio, a lo que se suman irregularidades en sus actuaciones judiciales. Es acoso laboral, diagnostican en la UEJN. Por eso pedirán hoy la suspensión precautoria y el juicio político del juez ante el Consejo de la Magistratura. Los castigos de Cerra impartidos contra los empleados judiciales Beatriz Battini, Edgardo Owen, Jorge Soulage y Hugo Felice, estaban motivados por una supuesta falta cometida, extrañamente, ocho meses antes. Y, además, estaban inspirados en un reglamento interno que el juez implementó sin notificar, como obliga la ley, a la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia y sin la aprobación de la Corte Suprema. Esa norma, dispuesta por una resolución de mayo de 1996, extiende la jornada laboral que originalmente abarcaba de 7 a 13 hasta las 16 como mínimo. En función de esa regla, multó a dos empleados quitándoles la tercera parte de su sueldo y a los otros dos los apercibió. En la UEJN están anonadados porque aunque fue capaz de destinar 38 hojas a esa sanción y abocarse largas horas a la confección del reglamento, Cerra vive pidiendo refuerzo de personal. Desde que en febrero el sindicato empezó a estudiar sus actuaciones, el juez se despachó con 16 sumarios administrativos contra Battini y Cristina Torres, dos funcionarias que llevan causas penales (que en realidad debería instruir el juez). A Torres, quien se animó a denunciar la situación, Cerra la amenazó sin vueltas: Esto no va a quedar así, vos ni nadie me van a voltear, esto para vos recién empieza, ya te inicié dos sumarios administrativos. Y concluyó: Que Dios te ayude. Como único juez federal de Rawson, nombrado en 1991, Cerra tiene competencia electoral, civil y penal. Es el ex cuñado del gobernador de Chubut, Carlos Maestro, fue presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia y apoderado del Banco Hipotecario, según informan en el gremio. La UEJN lo denunciará hoy ante el Consejo de la Magistratura por mal desempeño y por abuso de autoridad señalando varias irregularidades: Un juez federal, explican, no tiene competencia para dictar reglamentos. Ningún juzgado del país tiene reglamentos propios ni puede extender la jornada laboral, apunta Julio Piumato, presidente de la UEJN. La jornada, dispuso Cerra, podrá extenderse hasta que las necesidades del servicio así lo requieran, nadie se puede retirar sin autorización del juez o secretarios y todos deben permanecer siempre en guardia pasiva. Cerra justificó sus normas así: Si un empleado judicial pretende cumplir un estricto horario burocrático de oficina, seis horas corridas, sólo los días hábiles y de lunes a viernes, ha errado el camino. Para la UEJN, tal posición es abuso de autoridad, al igual que la persecución de los empleados con sumarios arbitrarios. Proliferan en la secretaría penal del juzgado numerosísimos procesos por hábeas corpus (más de 100 en dos años), que curiosamente son desistidos por los denunciantes, revelan. En nuestra opinión existe una diáfana intencionalidad del magistrado de fomentar artificiosamente estos procesos para así justificar las referidas extensiones horarias. El magistrado delega tareas indelegables como la instrucción de causas y la elaboración de sentencias, tareas que él debería asumir. * El informe de la UEJN cita, además, los desequilibrios emocionales del magistrado, que conspiran directamente contra el recto ejercicio de la judicatura. En base a un informe de un grupo de psicólogos, encabezado por Sabina Borquez, dicen que Cerra tiene una personalidad con marcados rasgos persecutorios. En una oportunidad, ejemplifican, le ordenó a los empleados la detección de micrófonos en dependencias del juzgado. Eso sin contar las veces que los llama a altas horas de la madrugada.
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