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Por Hilda Cabrera ![]() No le digas es el título del unipersonal con el que participará Bolivia. Interpreta David Mondacca en base a un texto del boliviano Jaime Sáenz, novelista, dibujante y autor de poemas sombríos que revelan la influencia de William Blake, Novalis y Hölderlin. Brasil se hará presente con Dona Doida, de Naum Alves de Souza, un montaje sobre poemas de Adélia Prado, que interpretará la premiada Fernanda Montenegro. Ahora famosa por su papel de Dora en Estación Central, singular road movie del realizador Walter Salles, Montenegro es básicamente actriz de teatro. Ha actuado en más de cincuenta piezas, entre otras de Eugène ONeill, del suizo Friedrich Dürrenmatt y de Rainer Fassbinder. De este último, en una versión teatral de Las amargas lágrimas de Petra von Kant. Um certo olhar, Pessoa e Lorca es otra de las propuestas de Brasil. Actúa Raúl Cortez y dirige José Possi Neto. Este país mostrará además Xambudo, de Aderbal Freire Filho, en una puesta dirigida e interpretada por el autor mismo, acompañado por la actriz uruguaya Gloria Demassi, ambos integrantes de la Pequeña Compañía Americana. En cuanto a Chile, ofrecerá una versión de Las sillas, obra en la que, quizá más que en ninguna otra, el rumano Eugène Ionesco afinó su sentido de la ruptura y dejó de contar una historia para desarrollar una situación donde el centro es el ser humano. El montaje pertenece a Ramón López e interpretan Bélgica Castro y Héctor Noguera. Uruguay, por su lado, presentará, con dirección de Jorge Denevi, La señora Klein, un polémico retrato sobre Melanie Klein (1882-1960), la psicoanalista austríaca que puso en la picota algunas de las teorías de Sigmund Freud y mantuvo una larga polémica con Anna Freud, provocando una división en la comunidad psicoanalítica internacional. También, Decir adiós, del recientemente fallecido Alberto Paredes, autor, entre otras obras, de Por hacerla de mentira y Tres de última. Representada por la Comedia Nacional Uruguaya, según un montaje del destacado Jorge Curi, Decir adiós, de 1979, es considerada una pieza clave por su peculiar tratamiento del lenguaje y de la acción dramática. Paredes cuestiona allí el comportamiento rutinario y las convenciones sociales, elaborando un afinado contrapunto entre el entorno y la difícil situación que atraviesa uno de sus personajes.
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