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Nuevos testigos y reconstrucción del asesinato de Ricardo Gangeme

El juez consideró positivo el procedimiento, aunque algunos investigadores dijeron que la aparición de tres nuevos testigos contradijeron parte de la pesquisa. Las versiones.

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Por Adriana Meyer

t.gif (862 bytes)  ”Fue positivo porque se aclararon muchísimo las distintas versiones del hecho.” Así calificó, ante este diario, el juez Florencio Minatta la reconstrucción realizada ayer del asesinato del editor periodístico Ricardo Gangeme, ocurrido en la madrugada del jueves 13 en el centro de Trelew. Sin embargo, la aparición de más testigos abrió nuevas contradicciones e hizo caer una de las líneas fundamentales que seguían los investigadores. Daniel Yorio, uno de los nuevos testigos, se encontraba a 50 metros pero sólo vio “la espalda de un individuo que se alejaba del lugar del crimen”.
Yorio, 29 años, empleado de una pizzería, se presentó ayer en forma espontánea y explicó que no lo hizo antes porque pensó que su testimonio no serviría de nada. La noche que le quitaron la vida a Gangeme estaba dentro de su Fiat 600, sobre Mitre a la altura de la plaza Independencia. Lo único que puede decir del agresor es que “le pareció que era joven y que escapó por la calle Roca”. Uno de los investigadores aseguró a Página/12 que el testimonio de Yorio “pone en duda una de las hipótesis más fuertes que estaban trabajando”, aunque no quiso explicar cuál de ellas. Otra fuente cercana a la pesquisa afirmó que este nuevo testimonio contradice a lo afirmado por otros testigos, sobre cuyos dichos trabajaban los investigadores. “No vio al patrullero que subía en contramano por Mitre con las balizas prendidas”, ejemplificó.
El juez Minatta manifestó a Página/12 que el procedimiento “fue una vivencia que permitió tener una visión insuperable del hecho”. El magistrado explicó que pudieron comprobar que a esa hora y con esa determinada iluminación es posible ver correr a un individuo. Pero reconoció que aparecieron nuevas contradicciones que podrían generar careos.
Todavía no han podido establecer de qué color era la ropa del agresor de Gangeme, porque los tres testigos que dicen haber visto a alguien correr tras el disparo hablan de tres diferentes. Todos coinciden en señalar que huyó por Mitre en contramano, pero difieren en cuanto a si el atacante tomó luego por el pasaje Mendoza o continuó su escape por Roca. Una fuente cercana a la investigación aseguró a Página/12 que otras tres personas se asomaron desde las ventanas del edificio Albemar donde vivía Gangeme –que fue asesinado en la puerta del mismo– y no vieron correr a nadie. Estos testigos merecerían mayor credibilidad porque se encontraban más cerca que los que aseguran haber visto huir al asesino.
Para efectuar la reconstrucción fueron cerradas al tránsito y a los peatones doce manzanas del centro de Trelew. El juez, su secretario, el fiscal Ricardo Vázquez Pellegrini, la policía y los peritos trabajaron junto a los testigos entre la 1.37 hasta las 7.55 de ayer. Sus movimientos fueron seguidos de cerca por el subsecretario de seguridad de la provincia de Chubut, Manuel García Vázquez, ex jefe de policía.
Las primeras evaluaciones se efectuaron en la esquina de Mitre y San Martín, donde Gangeme estacionó parcialmente su Chevrolet Vectra blanco. Fue utilizado ese mismo automóvil, con las luces encendidas y las puertas permanecieron cerradas. Participó de la escena Luis Azar, el primero en encontrar el cuerpo de Gangeme, quien esa noche estacionó su vehículo sobre la calle San Martín, sacó algo del baúl, y cruzó Mitre hacia su casa. Casi no se detuvo a mirarlo porque subió inmediatamente a su departamento para dar aviso a la ambulancia, a la policía y a la compañera del editor que vive en Buenos Aires. Otras pericias se efectuaron a unos 100 metros, en Mitre y 25 de mayo, donde se encontraba el policía Dimol, los dos canillitas y un automovilista en un Fiat.
El hecho fue reconstruido más de una decena de veces, según las indicaciones de ocho testigos, algunos de ellos repitieron sus versiones varias veces y así es como surgieron las diferencias. Poco antes de las ocho de la mañana el juzgado decidió dar por terminado el procedimiento.Todos estaban pasados de frío y cansancio, y además la ciudad empezaba a reclamar el restablecimiento del tránsito en sus calles céntricas.

 

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