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Pese al bloque compacto que mostraron políticos de la oposición y del oficialismo y de sus respectivos economistas en la defensa de la convertibilidad, los inversores volvieron ayer a bajarle el pulgar al mercado argentino. Las acciones líderes retrocedieron 2,7 por ciento, arrastrando al resto de las plazas de la región, castigando especialmente a la brasileña. En ese país apuntan al que denominan efecto tango para explicar la peor jornada bursátil los papeles empresarios bajaron 4,9 por ciento después de haber superado la crisis de la devaluación del real. Después de la afirmación de George Soros de que el peso está sobrevaluado, y su posterior aclaración, los principales bancos de inversión internacionales elaboraron reportes para sus clientes para explicar lo que está pasando en Argentina. El informe más favorable fue el de los economistas del JP Morgan, que para descartar una salida de la convertibilidad afirmaron que es más probable que el sol no salga mañana a que Argentina devalúe. De todos modos, en la city saben que Buenos Aires sigue en el ojo de la tormenta y con riesgo de padecer una corrida contra su moneda. La Argentina logrará un aumento de sus exportaciones con una mejora de la competitividad y no con una devaluación, afirmó el economista de Lehman Brothers, Joaquín Cottani, quien fuera subsecretario de Financiamiento del gobierno de Carlos Menem. Cottani explicó que el peso está sobrevaluado respecto de un nivel ideal que pueda garantizar un crecimiento sostenido de las exportaciones pero la clave es determinar si se trata de un factor temporal o permanente. Las perspectivas de un alza de la tasa de interés de corto plazo en Estados Unidos no favorece para disipar las dudas; más bien las acrecienta. La caída del Dow Jones, que ayer perdió 1,6 por ciento, acumulando un descenso del 4 por ciento desde su record, enciende una luz de alerta entre los financistas. Una suba de tasas junto a una eventual explosión de la burbuja de las cotizaciones en Wall Street, escenario que no pocos brokers internacional evalúan como probable, actuaría como un huracán sobre los mercados emergentes, entre ellos el argentino. Y de esas plazas, las más afectadas serían las que muestran indicadores más débiles, siendo la de Buenos Aires la que encabeza ese ranking, según coincide la mayoría de los corredores. Los operadores que pareciera que se están tomando revancha son los brasileños. Después de sufrir la avalancha de consejos de economistas argentinos durante la crisis de principios de año, y con el orgullo herido, los financistas brasileños le echan la culpa a los rumores de una devaluación del peso a los renovados remezones en su mercado. Al retroceso de la bolsa le suman la depreciación del real, que ayer cerró a 1,72 por dólar. Pero lo que más preocupó a los operadores brasileños fue el derrumbe del principal papel de deuda que cotiza en su plaza, el C-bond. Las acciones líderes argentinas, en tanto, acumulan una baja de 9,1 en menos de diez días. Con negocios por 40,64 millones de pesos, se destacaron las caídas de las siderúrgicas, que registraron bajas de hasta el 9 por ciento en la plaza de Siderca. Más allá de las idas y vueltas de las cotizaciones, los corredores coinciden en que las próximas ruedas no serán precisamente tranquilas. DORNBUSCH DEFIENDE EL PESO Y ARREMETE CONTRA
SOROS Con un exagerado
optimismo, que suena más a resentimiento contra George Soros que a una evaluación de lo
que está pasando en la Argentina, el economista estadounidense Rudiger Dornbusch
defendió la convertibilidad con un excesivo entusiasmo. Además, menospreció las
predicciones de Soros. En una entrevista telefónica con Télam desde Boston,
Massachussets, aseguró que la Argentina no perdió competitividad por la devaluación
brasileña y que en el exterior no existen temores debido a las elecciones nacionales de
octubre.
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