Página/12
en Bélgica
Por Eduardo Febbro
Desde Bruselas
Los aliados
entraron en el tercer mes de los bombardeos contra el ejército serbio del presidente
Slobodan Milosevic con una lujosa pirotecnia de diapositivas en colores, bandas videos en
blanco y negro y detalladas infografías sobre los daños que la OTAN causó en las
infraestructuras y el ejército de la ex Yugoslavia. Sorda al tiempo que transcurre, al
flujo ininterrumpido de refugiados de Kosovo que sigue llegando a Albania y Macedonia y a
los demoledores testimonios sobre la brutal limpieza étnica de que continúan siendo
víctimas los albaneses de Kosovo, la OTAN desplegó ayer en Bruselas lo mejor de su
batería comunicacional para mostrar pruebas tangibles de la llamada estrategia del
éxito. Extraña guerra ésta en la que los militares uniformados y los jefes de
prensa con saco y corbata se esfuerzan por dar a conocer el resultado de misiones
militares cuyos objetivos políticos aparecen cada día más inalcanzables. En momentos en
que la operación Fuerza Aliada ingresa en su tercer mes, lo único que cambia son las
cifras suministradas por la OTAN.
El portavoz aliado, Jamie Shea, volvió a recalcar junto al vocero militar, el general
alemán Walter Jertz, que la estrategia funciona perfectamente. Hemos ganado el
primer set y vamos a ganar el partido en las próximas semanas. Según expuso ayer
la Alianza Atlántica, en dos meses y un día de guerra los ataques nunca habían sido tan
intensos como en las últimas 72 horas. Por primera vez, los aviones aliados sobrevolaron
Belgrado a baja altura, al tiempo que bombardearon centrales eléctricas serbias,
depósitos de municiones y repetidoras de la radio y la televisión. Pese a las malas
condiciones meteorológicas, la Alianza reveló haber realizado 1890 misiones desde el
viernes por la noche. La OTAN, que mostró algunos videos con tomas realizadas por los
aviones en el momento del impacto, expuso con tono triunfalista la larga lista de
objetivos destruidos. Estos van desde los cuarteles generales de las fuerzas
especiales de la policía en Prizren y Urosevac hasta las centrales eléctricas de Nis,
Drmno y Novi Sad, la segunda ciudad del país y capital de la provincia de Voivodina.
Después de la perfectamente orquestada ceremonia del balance a corto plazo, la Alianza
detalló mediante un lujoso sistema de diorama su balance global de la operación Fuerza
Aliada: las fuentes militares y civiles de la OTAN aseguran haber destruido la tercera
parte de las armas pesadas del ejército yugoslavo, más de cien aviones, lo que equivale
a la mitad de los aviones de combate de primera línea, así como el 75 por
ciento de los lanzamisiles tierra-aire. El optimismo de los aliancistas deja mudos a los
periodistas y observadores más acostumbrados a las incongruencias de las relaciones
internacionales.
Sin embargo, toda esta suma teológica de poderío militar no oculta otro
hecho que los mismos técnicos de la OTAN admiten: los aviones de reconocimiento
occidentales constatan diariamente que las 14.000 bombas lanzadas por los aliados en la ex
Yugoslavia no acarrearon el retiro de las fuerzas serbias de Kosovo. Muy por el contrario,
desde el jueves pasado, los satélites de observación descubrieron un nuevo despliegue de
tropas serbias en la región. El Consejo de la Alianza Atlántica debe reunirse nuevamente
esta semana a fin de reexaminar el plan de reactualización de la fuerza de paz.
Inicialmente prevista para funcionar con 28.000 hombres 16 mil ya están en
Macedonia, la fuerza podría duplicarse. La OTAN reconoce hoy que se encuentra
frente una elección difícil ante la perspectiva de decidir si se lleva a
cabo la intervención terrestre evocada por el presidente Bill Clinton.
No obstante, expresándose en dúplex desde Macedonia, el ministro de Defensa Alemán,
Rudolf Scharping, afirmó ayer que el debate sobre el despliegue de las tropas
terrestres es artificial, ya que creo que contamos con una posibilidad de elaborar una
resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU. Scharping dio además una
información importante cuando confirmó que aún no se había ingresado en la fase
número tres de los bombardeos. En suma, como lo señaló en Bruselas el jefe de
información de la OTAN, si ningún poder puede mantenerse cuando su capacidad militar fue
reducida a la mitad, habrá que esperar a que Milosevic se ponga a contar los tanques, los
aviones y los cañones perdidos.
SERBIA SIN LUZ, KOSOVO SIN GENTE
Cuando nadie sale ganando
Los cerdos de la
OTAN quieren asesinar a nuestros pequeños pacientes. ¿Qué culpa tienen los niños de la
política y la guerra?, dijo ayer indignada una enfermera de un hospital en
Belgrado. Las principales ciudades de Serbia permanecieron durante unas horas sin luz y
sin agua, a raíz de los nuevos ataques que la Alianza Atlántica lanzó entre el domingo
y ayer contra las principales centrales eléctricas del país. Dos partidos opositores al
gobierno del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic protestaron por la falta de un
acuerdo diplomático. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(Acnur) afirmó ayer que el éxodo de los refugiados de Kosovo sigue creciendo y que hay
pruebas fehacientes sobre la limpieza étnica en la provincia yugoslava.
Según la agencia semioficial Beta, el 40 por ciento de la capital yugoslava permanece sin
agua desde hace cuatro días por la falta de suministro eléctrico. La municipalidad de
Belgrado pidió a los habitantes de la ciudad que almacenen agua, mientras anunciaba que
las reservas cayeron al ocho por ciento de su nivel normal. La falta de agua y luz
comienza a ser constante en las principales ciudades serbias y crecen las voces de
protesta. O al menos eso es lo que desea la OTAN.
Instamos a la OTAN a poner fin a los ataques, pero también pensamos que el gobierno
serbio debe salir de su bunker, donde tiene tanto electricidad como agua, y sugerir nuevas
soluciones sobre la situación de Kosovo respecto de Serbia y Yugoslavia, manifestó
ayer Dragan Veselinov, jefe del Partido Nacional de los Campesinos. Si esto sigue
así, Kosovo se convertirá en tierra arrasada y sin esperanzas de que alguien viva allí
en el futuro. Y entonces todo perdería su sentido, dijo ayer en un comunicado el
Partido Demócrata Cristiano serbio.
Según el Acnur, solamente en la noche del domingo ingresaron 10.000 refugiados de Kosovo
a Macedonia, a través del puesto fronterizo de Blace. En el día de ayer, se calcula que
atravesaron este puesto 6600 personas. Las destrucciones, las casas incendiadas y el
número de ciudades y pueblos fantasma en Kosovo confirman los testimonios recogidos ante
las personas desplazadas en Montenegro y ante los refugiados en Albania y en
Macedonia, declaró ayer Sergio Vieira de Mello, jefe de una misión exploratoria de
la ONU, que acaba de pasar tres días en la provincia yugoslava. La situación en
Kosovo es peor que todo lo que uno puede imaginarse en este tipo de conflicto,
completó Vieira. El líder del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), Hashim Thaci,
visitó ayer un campamento de refugiados en la localidad albanesa de Kukes.
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