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OPINION
Preguntas
Por Juan Gelman

Agradezco al general Cabanillas que me haya ilustrado sobre hechos que desconocía: que Montoneros sigue existiendo y que soy su jefe de prensa. En cambio, en el exilio fui encargado de prensa para Europa del Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero desde abril de 1977 hasta mi ruptura con esa organización a fines de 1978. Lo que nunca fui es segundo jefe de un campo clandestino de detención y desaparición cuyo personal se apropiaba de niños en cautiverio.
Parece que el general Cabanillas no supo hasta 1984 de un lugar “que alguna organización no gubernamental dijo que era Orletti”, aunque agregó que sí se había desempeñado en 1976 como segundo jefe de la base OT18 de la SIDE. En efecto, a las 9.05 horas del día 17 de noviembre de 1977 así lo manifestó ante el juez de instrucción militar que entendía en el sumario abierto por el mando de la IVa. Brigada de Infantería Aerotransportada con asiento en Córdoba. La declaración del entonces capitán Cabanillas figura en las fojas 146 y reverso, 147 y reverso y 148 del sumario (Letra: 4I7, Nº 0035, Cde.1). En las fojas 280 y reverso y 281 del mismo sumario, el teniente coronel (R) Juan Ramón Nieto Moreno –jefe entonces del Departamento Contrainteligencia de la Dirección II de la SIDE– explica que Aníbal Gordon “hacía las veces de jefe del grupo no orgánico que junto con personal orgánico integraba la Base OT18 (dieciocho)”, que “la citada Base OT18 (dieciocho) efectuaba la actividad operacional antisubversiva de SIDE” y que cuando conoció a Gordon “el mismo tenía una base en la calle Bacacay; que posteriormente esa base se trasladó a otra sita en la calle Venancio Flores, ambas en la Capital Federal”. Así es: Venancio Flores 3519/21, el local de Automotores Orletti.
Por lo demás, el 5 de abril último –no hace tanto tiempo– el general Cabanillas declaró en el aeropuerto de San Martín de los Andes al diario La Mañana del Sur: “La OT18 era una subsidiaria de OT1. Yo no lo conocía como lo nombra él (el suscripto), sino por el nombre de Jardín, debe ser Automotores Orletti”. Me asalta una pregunta de carácter transitivo: si la Base OT18 era el Jardín, si el Jardín era Orletti, y si el entonces capitán Cabanillas era segundo jefe de la OTl8, ¿será correcto inferir que era el segundo jefe de Orletti? ¿O no? En sus afirmaciones a ese diario agregó: “Se recibían en la SIDE nombres, gente que estaba trabajando en estas organizaciones defensoras de los derechos humanos. A partir de ahí, los grupos operativos, llámense Jardín o Automotores Orletti o los inorgánicos, operaban, sacaban esta gente y la ponían a disposición de la SIDE. Luego se les tomaba declaración y se los entregaba a la Justicia”. Me pregunto ante qué juez entregaron a mi hijo Marcelo Ariel, asesinado, y a mi nuera, desaparecida. ¿Lo sabrá el general Cabanillas? Porque la Justicia, no.
Había en Orletti tradición en materia de apropiación de menores: el 13 de julio de l976, un comando argentino-uruguayo que funcionaba allí se quedó con Simón Riquelo, de 20 días de edad. Durante los meses declarados de l976 en que el entonces capitán Cabanillas se desempeñó como segundo jefe de la cadena militar de mandos de la OT18 fueron apropiados en Orletti los niños Carla Rutilo (un año de edad, 29 de agosto), Mariana Zaffaroni (18 meses de edad, fines de setiembre), Victoria y Anatole Julien (año y medio y 4 años de edad, principios de octubre) y en esos meses fueron secuestrados mi hijo Marcelo Ariel y mi nuera María Claudia encinta de 7 meses, luego vista el 7 de octubre con un embarazo ya de 8 meses y medio. Espero que el Tribunal de Honor ante el cual debe presentarse el general Cabanillas tendrá a bien interesarse en la verdad acerca del destino de mi nuera y su bebé. A ello podría contribuir el propio general Cabanillas. Dice que nunca vio a una prisionera embarazada. Si así fuere, ¿le preguntaría algo al respecto a su entonces subordinado Eduardo Alfredo Ruffo, agente orgánico de la SIDE que integraba elpersonal de Orletti y que la Justicia argentina condenó a prisión por el robo de Carla Rutilo? En el sumario militar citado, Ruffo declara (reverso de foja 229) que había conocido al entonces capitán Cabanillas “por haber sido segundo jefe de un grupo al cual pertenecía el declarante” y que con él mantenía “una vinculación amistosa”. ¿Ya no?
¿Intenta el general Cabanillas descalificar lo que llama “imputaciones falsas” sobre su responsabilidad mediata en el robo de mi nieta o nieto a causa de mis antecedentes políticos? Por las dudas, considero un deber aclarar ante la opinión pública que ese bebé nunca fue montonero.

 

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