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Al igual que en una celebración íntima, Carlos Menem decidió rodearse en su último 25 de Mayo como presidente de la Nación de un grupo de leales. Por eso no sorprendió que en el acto de izamiento de la bandera en la quinta de Olivos aparecieran junto al mandatario figuras no previstas por el protocolo, como el represor Luis Abelardo Patti y, contrariamente, se ausentaran otras como el vicepresidente Carlos Ruckauf, quien está desterrado de la Casa Rosada desde que, en su afán de mostrar su alineamiento con Eduardo Duhalde, endureció las críticas hacia el modelo económico. Luciendo el bastón y la banda presidencial, Menem inició los festejos por el 189º aniversario de la Revolución de Mayo con el tradicional chocolate caliente en la quinta de Olivos. Por el lugar se vio a varios de las incondicionales que trabajaron hasta último momento para lograr una nueva reelección del mandatario. Entre ellos el actor Víctor Bo; el ex intendente de Morón Juan Carlos Rousselot, procesado por presunta malversación de fondos en su comuna, y el ex senador Mario Pacho ODonnell. Curiosamente ODonnell se paseó del brazo del ministro del Interior, Carlos Corach, a quien hace pocos días acusó de realizar fraude en la interna justicialista de la Capital. La presencia de Patti fue tan llamativa como deliberada. Es vox populi que el menemismo bonaerense se inclinará por su candidatura a gobernador en detrimento de la de Ruckauf. Al salir de Olivos, Menem se dirigió a la Casa Rosada para recibir el saludo del gabinete, y luego se trasladó a la Catedral Metropolitana, donde se celebró el Te Deum. La caminata estuvo cargada de tensión, ya que representantes de derechos humanos y sindicatos aprovecharon para hacerle llegar sus críticas en forma directa. El sindicato de periodistas UTPBA y de reporteros gráficos ARGRA exigieron el esclarecimiento del crimen de José Luis Cabezas, al cumplirse 28 meses de su asesinato. Miembros de la Comisión Argentina de Solidaridad pidieron la liberación de los presos que participaron del copamiento del Regimiento de La Tablada. Pero las más duras fueron las Madres de Plaza de Mayo, que gritaron contra los mafiosos que gobiernan y aplauden a los asesinos que desfilan. Su titular, Hebe de Bonafini, extendió las críticas hacia el precandidato presidencial de la Alianza, Fernando de la Rúa, quien también participó del Te Deum.
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