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No hay canciones patrias en el 25 de Mayo de la escuela cordobesa María Ignacia Navarro. Se escucha entre las escarapelas la atronadora voz de La Mona Jiménez. Un centenar de chicos compite, en el patio cubierto, por el premio a quien mejor baile el cuartetazo. Y cuarenta peluqueros solidarios no alcanzan para la demanda creciente de cortes de pelo de los vecinos del barrio San Vicente, que pagan tres pesos por cabeza, que irán a parar a las arcas del tesoro escolar. Tampoco falta la madre que vende panchos y empanadas en pos de la gesta para detener el remate de la escuela, acuciada por una deuda judicial. El objetivo es juntar fondos para pagar una indemnización a los padres de un chico que murió en un accidente durante un paseo escolar en 1993. El Instituto María Ignacia Navarro de Labat es una escuela privada de un barrio de clase media, en la que estudian alrededor de mil alumnos. Si sus dueños no pagan 60.000 dólares antes del 30 de junio, un sector del establecimiento será rematado por orden de la Justicia civil cordobesa. El drama comenzó con una tragedia en 1993. Ese año, en un paseo escolar a las Altas Cumbres, Erik Alvarez, un alumno de cuarto grado del ciclo primario, murió al caer en una hondonada. El hecho fue noticia en Córdoba y sumergió a la escuela en un episodio doloroso que todavía se recuerda con malestar. Luego, los familiares de Erik iniciaron una demanda, en la que responsabilizan por el accidente a los docentes y a la institución, que estaban a cargo de la guarda del niño. El proceso culminó con una sentencia condenatoria, que obliga a la escuela a pagar una indemnización de 120 mil pesos a la familia Alvarez. La fecha que muerde los talones a los directivos de la escuela impuso un trabajo frenético, que el lunes dejó pelicorto a medio San Vicente. Si el colegio paga sesenta mil dólares antes de que termine junio, puede detenerse el remate judicial. La directora, Blanca Rebeca Moreno, anunció que los propietarios del colegio podrán pagar treinta mil. Y los otros treinta mil saldrían de la colaboración de la comunidad educativa. Con ese norte, el lunes último, entre acto escolar y cuarteto, cuarenta peluqueros cordobeses dispusieron de sus manos gratuitamente. La idea salió de Ugo Palacios, coiffeur y padre de un alumno, que propuso la maratón de peluqueros. Desde temprano y hasta cerca de las diez de la noche, unos 500 pasaron por la guadaña peluqueril, muchos de ellos sin que sea demasiado necesario tal rebaja. Hasta los pelados vinieron, fue el grito triunfal de una maestra. Así se juntaron casi tres mil pesos. Sin contar lo que ingresó por la clásica feria del plato, el concurso de baile, las empanadas, una rifa, y los aportes de los famosos de Córdoba que han visitado la escuela en medio de la campaña. Entre los peluqueros, se paseó el lunes el boxeador Santos Laciar. Y los visitó el nadador José Meolans, figuras tan populares en Córdoba como los jugadores de los clubes de Belgrano y Talleres de Córdoba, que en cantidad y con camisetas, también estuvieron. El próximo paso de la María Ignacia Navarro es ser sede del mismísimo cuartetazo, pero en vivo. Ya comprometieron su presencia para una fecha gratis La Mona Jiménez y su banda.
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