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NEGOCIACION ESTANCADA EN COLOMBIA
Entre muchos fuegos

Los militares y el ministro de Defensa colombianos salieron a cuestionar la decisión del presidente Andrés Pastrana de prorrogar indefinidamente la desmilitarización de una zona del país.

Guerrilleros de las FARC en entrenamiento.
Controlan 42.000 kilómetros cuadrados al sudeste del país.

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t.gif (862 bytes)  Las negociaciones de paz en Colombia están ante otra encrucijada. El nuevo frente de conflicto se abrió ayer entre la cúpula militar y el presidente Andrés Pastrana, después de la decisión del gobierno de prolongar indefinidamente la desmilitarización de 42.000 kilómetros cuadrados al sudeste del país. El ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, hizo público su desacuerdo con la medida anunciada por el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, y dijo que presentaría su renuncia si “(ella) constituye la solución a las discrepancias”. El ejército colombiano expresó su “lealtad” al presidente, pero el comandante de esa fuerza, el general Jorge Mora, dejó sentado que la postura castrense es “respaldar totalmente” a Lloreda porque la desmilitarización supone “riesgos políticos, militares y sociales”. Según una encuesta del diario El Espectador de Bogotá, publicada después de las declaraciones del ministro Lloreda, el 71 por ciento de los colombianos no está de acuerdo con la decisión del gobierno.
“Si el presidente Pastrana considera que mi renuncia constituye la solución a la discrepancia con el Alto Comisionado para la Paz, estoy dispuesto a presentarla de inmediato.” El ministro de Defensa Rodrigo Lloreda mostró así su rechazo a la desmilitarización de la región selvática que está ahora bajo control de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La desmilitarización había sido dispuesta por el presidente Pastrana el 7 de noviembre pasado para facilitar las negociaciones de paz con las FARC, la mayor guerrilla del país. Otra fuerza de menores dimensiones, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), intentó sin lograrlo conseguir una zona desmilitarizada similar a la de las FARC.
El Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, aseguró la semana pasada que la desmilitarización “sin límites de tiempo ni fechas fatales” es necesaria para tener un espacio geográfico donde el gobierno y la guerrilla puedan iniciar las negociaciones de paz. Lloreda cuestionó la decisión y advirtió que las fuerzas armadas la “ven con mucha preocupación”. Según el ministro, la medida dilataría el diálogo en lugar de agilizarlo y le restaría posibilidades al gobierno de controlar el avance del diálogo de paz. “El mecanismo del gobierno para generar un escenario destinado a las conversaciones se conduce mejor si se lleva por etapas, como se ha venido haciendo en los últimos nueve meses. De esa manera el gobierno tiene un mayor control”, disparó Lloreda. Después de esas declaraciones, Víctor Ricardo delimitó los ámbitos de competencia en el asunto al decir que “el presidente de la República es quien toma las decisiones relativas al proceso de paz”.
Pastrana abrió ayer la posibilidad de incluir a los paramilitares en el proceso de pacificación al anunciar su intención de “alcanzar la paz con todos los actores del conflicto”. Así lo indicó en un comunicado en el que autoriza una “gestión humanitaria” para liberar a la senadora opositora Piedad Córdoba, secuestrada el viernes por la organización derechista Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), cuyo líder, Carlos Castaño, reclamó un “trato político” similar al de las FARC. “El secuestro de un ciudadano o una autoridad no puede servir de recurso para obtener decisiones del Estado”, advirtió Pastrana ante las presiones de los paramilitares.
El enfrentamiento entre el ministro de Defensa y el Alto Comisionado evidenció las discrepancias en el interior del gobierno por el proceso de paz y encendió una nueva luz roja. La cúpula militar salió ayer a respaldar al ministro, aunque se preocupó por no desairar la gestión de paz de Pastrana. “Somos leales con el señor presidente y con el gobierno nacional, de tal manera que estamos en una sola tónica y en una misma dirección”, declaró el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Rafael Hernández. Al mismo tiempo, el comandante del ejército, el general Jorge Mora, advirtió que la desmilitarización “sería inconveniente para el país” y que los militares están “identificados con el ministro, porque lo consideramos como el mejor que hemos tenido en la historia”. Las Fuerzas Armadas aseguraron que el presidente es libre de aceptar o rechazar sus recomendaciones, que estarán consignadas en un documento privado, pero consideran –como señaló el general retirado y posible integrante de la comisión gubernamental negociadora, Juan Salcedo– que Pastrana hizo demasiadas concesiones a la guerrilla a cambio de muy poco.

 

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