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Por Felipe Yapur y Adrián H. Mouján La reunión de ayer entre Eduardo Duhalde y Domingo Cavallo tuvo dos momentos: el primero, a solas, durante el cual conversaron sobre el futuro pacto entre ambos y en el que coincidieron que aún no es el momento para rubricarlo. El otro fue público: un cónclave técnico para analizar la situación económica y donde ambos dejaron sentados sus puntos en común y sus disidencias. El único ausente fue el aliado cavallista Gustavo Beliz, quien prefirió mantenerse distante y hasta crítico de un acuerdo con el bonaerense. Cuando estuvieron a solas efectivamente, se habló de política. Cavallo coincidió con el bonaerense sobre lo inoportuno de concretar una coalición en este momento. Duhalde necesita por ahora superar el escollo de la interna justicialista para convertirse en el candidato oficial de su partido y para Cavallo es menester afianzar su estructura partidaria a nivel nacional. La relación con Cavallo no es reciente y es muy buena, pero ambos necesitamos tiempo para poder cerrar el acuerdo. Duhalde tiene que tener a todo el peronismo detrás de él antes de cerrar nuevas alianzas, confió a este diario un operador del gobernador bonaerense. Necesito tiempo, le dijo Cavallo a Duhalde. Estoy de acuerdo, porque yo también lo necesito, le contestó el bonaerense. El diputado de Acción por la República trabajó con dos escenarios: en uno se ve llegando a octubre con un porcentaje de intención de voto que rondaría el 15 por ciento y en una posición inmejorable para negociar en una segunda vuelta con el precandidato presidencial del PJ. Pero, obsesivo como es, Cavallo también maneja un escenario negativo, aquel que lo mostraría a mediados de agosto perjudicado por la polarización. En ese caso, rubricaría en forma inmediata el acuerdo. A Duhalde el tiempo también le juega a favor. Mientras espera que se defina la situación interna del PJ con la convocatoria del congreso partidario para el 4 de junio, que ratificará la interna del 4 de julio, continúa construyendo este nuevo espacio político con Cavallo que, de concretarse, servirá para afrontar con mayor fuerza las elecciones de octubre, aseguró un hombre del bonaerense. Esto está relacionado con la creencia que hay en el duhaldismo de que el ex ministro va a ser fagocitado por la polarización en los comicios y que en ese caso las condiciones en que pueda reclamar Cavallo serán menores. Pero el encuentro entre ambos precandidatos estuvo a punto de fracasar. Cavallo no pudo contener la bronca cuando leyó que el jefe de campaña duhaldista, Julio César Aráoz, aseguró que el pacto entre ambos dirigentes era un hecho. Y el ex ministro menemista les dijo a sus colaboradores que no iba a participar de la reunión: Si ya está el acuerdo, entonces para qué sirve mi presencia. Que vayan sólo los técnicos. Pero un oportuno llamado telefónico de Duhalde al diputado de Acción por la República, y una formal desmentida sobre la especie, logró calmar al economista. No es verdad lo que publicaron. Aráoz me aseguró que nunca dijo eso. Además vos y yo sabemos que no es verdad, fueron los argumentos con los que el bonaerense logró calmar al exaltado cordobés. Bueno, vení a buscarme al Alvear y desde acá vamos juntos al Libertador, fue la propuesta de Duhalde cuando comprobó que Cavallo había dejado de gruñir. Durante veinte minutos ambos precandidatos charlaron en la suite que Duhalde tiene en el primer piso del Hotel Alvear. Gran parte del tiempo lo utilizaron para aclarar nuevamente el incidente Aráoz y poner en claro qué iban a contestar en la conferencia de prensa posterior al encuentro con los técnicos. La necesidad de coordinar coincidencias y disidencias fue producto de la conclusión a la que llegaron ambos: las preguntas sólo iban a ser políticas. Al encuentro con los técnicos, entre los que se contaron Jorge Remes Lenicov y Orlando Ferreres por el duhaldismo, y Adolfo Stuzenegger, Guillermo Francos y Haroldo Grisanti por el cavallismo, también asistió Ramón Palito Ortega. Y en esa reunión ambos candidatos fueroncomprobando cuáles son sus diferencias y sus coincidencias. Duhalde es partidario de un control estatal en materia de educación, salud y seguridad. Nosotros creemos que el control debe ser a nivel ciudadano, explicó un cavallista marcando una diferencia entre las dos fuerzas. Pero las coincidencias fueron puestas en evidencia en la conferencia de prensa cuando Cavallo elogió la predisposición de Duhalde para las charlas entre los técnicos y castigó a la Alianza por negarse. El PJ es más pragmático y sincero que la Alianza, cuyos dirigentes le dan más importancia a las palabras que a la realidad, señaló Cavallo. A De la Rúa lo acompleja tener una reunión como ésta porque el estilo que tienen en la Alianza es que son absolutamente incompatibles con otras fuerzas, fue el dardo que le lanzó Cavallo al candidato presidencial aliancista luego de decir que hace 30 años que somos amigos. Pero hubo más palos para la Alianza aunque esta vez partieron de parte de Duhalde. El precandidato del PJ reaccionó con una ironía a la estrategia aliancista de pegarlo al presidente Carlos Menem. Son argumentos de campaña. Es lo mismo que se diga que Alfonsín y De la Rúa son lo mismo, pero no son iguales ... Es más aburrido De la Rúa, dijo Duhalde, sarcástico. Pero el gran ataque llegó poco después cuando denunció que Graciela Fernández Meijide cobró dos sueldos: Cuando vivía en mi provincia esa dirigente se llamaba Rosa Castagnola y, al mudarse, a la Capital, comenzó a llamarse Fernández Meijide. La candidata frepasista no tardó en desmentir al gobernador (ver página 10).
ENTREVISTA A GUSTAVO BELIZ Por Santiago Rodríguez
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