Por Fernando Almirón
Antonio Erman González
abandonó su último acto de gobierno en la carroza de las flores. Muerto pero adornado.
Al menos ésa fue la clara intención del Presidente que después de obligarlo a renunciar
a la cartera de Trabajo, no ahorró elogios para el hombre que se paseó por tres
ministerios durante la gestión menemista. La política tiene un nombre, se llama
lealtad, sentenció Carlos Menem antes de agregar que el doctor González ha
hecho un apostolado de la lealtad; seguramente pensando en aquellos que abandonaron
sus filas sin que los echen cuando el sol político abandonó Olivos y se mudó a San
Vicente, la sede de Eduardo Duhalde. Negro dijo Menem al cerrar la despedida
girando su cabeza hacia el ex funcionario ubicado donde se acaba la tarima, te deseo
mucha suerte. Y Erman tragó saliva. Sabe que hay dos jueces ansiosos por llevarlo
ante los estrados, y por lo menos un fiscal que quiere verlo preso. El sabe que los
honores del despido no le otorgan fueros.
La asunción del nuevo ministro de Trabajo, José Uriburu, transcurrió en una ceremonia
de despedida. Ayer, en el atestado Salón Blanco de la Casa de Gobierno la atención se
concentró después de las seis de la tarde en el saliente jefe de la cartera, Antonio
Erman González, quien el viernes pasado debió renunciar a su cargo por expreso pedido
del presidente Menem. A lo largo de esa semana, el entonces funcionario había invocado
públicamente su derecho a cobrar una jubilación de privilegio de 8 mil pesos mensuales,
más un retroactivo de 220 mil pesos más, mientras que al mismo tiempo percibía su
sueldo ministerial.
Apenas Menem ingresó por detrás del cortinado y caminó con paso decidido hacia el
centro de la escena para presidir la jura de los nuevos hombres del Gabinete, le llamó la
atención la cantidad de gente abigarrada bajo el fresco que conmemora la Independencia
Nacional. Es que Uriburu tiene once hermanos, justificó Granillo Ocampo.
... Algunos serán de la familia, pero los demás son del Negro, especuló
Menem tomando nota de la barra propia que había convocado Erman González para su salida
del gobierno. Una barra a la que no defraudó.
A la hora de las palabras Menem dijo que el ex ministro era uno de los grandes de la
política nacional que ya ha logrado trascender a nivel internacional. Y después
adjudicó la renuncia de González a maniobras arteras: Se han ensañado con él
aprovechando la amistad que todos saben que nos une para en realidad dañarme a mí.
De inmediato les pidió a los nuevos funcionarios que continúen con las políticas
implementadas por el doctor González, con lo que tranquilizó a los representantes
de la CGT y de las cámaras empresarias sentados en primera fila con objeto de leer esta
afirmación de los labios de Menem. Ellos querían a Erman.
El nuevo ministro emergió apenas del segundo plano al que lo relegó el protagonismo de
Erman en una conferencia de prensa que dio después de la jura. Paradójicamente, Uriburu,
quien llegó a donde llegó por una denuncia sobre jubilaciones de privilegio, dedicó la
mayor parte de su exposición a minimizar el tema. No quisiera traer una especie de
revanchismo que la sociedad no quiere, pontificó, y luego, campero, explicó que
publicar listas sobre jubilaciones de privilegio es hacer como el avestruz, meter la
cabeza en el hoyo para no ver nada.
El equipo que acompañará a Uriburu en los últimos seis meses que le quedan a este
gobierno está integrado por Gerardo Maristany como secretario de Trabajo, Alberto
Ciaravino a cargo de Empleo y Capacitación Laboral, y el ex orteguista Santiago De
Estrada, quien vuelve a la Secretaría de Seguridad Social, cargo que ya ocupó en 1976
durante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla.
Otra tormenta ética El anuncio llegó en el mismo momento en que Erman González se despedía
formalmente del Ministerio de Trabajo. En una conferencia de prensa convocada en la sede
de la Procuración del Tesoro, Rodolfo Díaz dio por abierta la investigación sobre las
jubilaciones de privilegio otorgadas por provincias y transferidas a la Nación y
anticipó que si encuentra irregularidades recomendará las acciones legales
correspondientes.
El jefe de los abogados del Estado cumplió así con una orden del presidente Menem que,
en un intento por recuperar la iniciativa, le había encomendado la investigación 24
horas después de la renuncia forzada de su ministro. Díaz se ocupará de chequear qué
otros funcionarios o ex funcionarios perciben este tipo de ingresos y a su vez cobran un
salario, a través de información que proveerán la ANSeS y las gobernaciones. El
procurador no dio un plazo de finalización para esta tarea, pero anticipó que sus
resultados serán públicos, y podrán ser consultados por cualquier ciudadano en la mesa
de entradas del organismo. |
UNA AMPLIA MAYORIA CREE QUE MENEM CUMPLIRA
El traspaso a la hora señalada
Se
instaló en las últimas semanas. Y ganó un lugar en el discurso de los principales
dirigentes políticos del país. El fantasma de la entrega anticipada del poder ni
siquiera estuvo exento de las afrentas epistolares de Carlos Menem, quien ayer volvió a
atacar por esa vía a quienes hablan de crisis de gobernabilidad. Pero si
fuera por la opinión de la gente, el Presidente no debería preocuparse demasiado. El
83,3 por ciento está convencida que no habrá un revival de los últimos años de Raúl
Alfonsín y que el mandatario justicialista terminará su mandato a la hora señalada.
El dato surge de un estudio de opinión realizado por la consultora Equis en la Capital
Federal y 23 partidos del conurbano bonaerense. La encuesta telefónica se llevó a cabo
entre el 21 y el 25 de mayo y el tamaño de la muestra fue de 440 casos, con ponderación
diferencial en la zona sur de Capital Federal y el II Cordón Bonaerense, para compensar
la menor homogeneidad en la distribución de teléfonos por hogar en dichas zonas y así
evitar el sesgo de la muestra.
La equiparación entre el final del mandato de Alfonsín y el de Menem fue alentada no
sólo por la oposición. También dentro del Gobierno se elevaron voces en ese sentido.
Hace dos semanas Roque Fernández le dijo a Menem que si no se iba a fondo con el ajuste
presupuestario iba a terminar como Alfonsín. El ministro de Economía tocó uno de los
puntos más sensibles del Presidente. Fueron días en que la continuidad del funcionario
en su cargo se puso en duda.
Los encuestados por la consultora que dirige el sociólogo Artemio López no están tan
seguros de que el jefe del Palacio de Hacienda llegue hasta el final. Los que dicen que se
va de la Casa Rosada con Menem son el 53,1 por ciento. Los que están convencidos de que
será reemplazado antes de fin de año son el 35,3 por ciento.
Menem no registra en el fin de su mandato brotes hiperinflacionarios ni saqueos de
supermercados, como le sucedió al de Alfonsín. Pero su debilitamiento es notorio y
quedó reflejado con la pérdida de dos de sus ministros Susana Decibe y Erman
González en menos de quince días.
Desde entonces, el candidato presidencial de la Alianza, Fernando de la Rúa, y el
precandidato del PJ, Eduardo Duhalde, sugieren la necesidad de un encuentro con Menem para
garantizar la gobernabilidad.
El Presidente le escapa a esa reunión, que sería entendida por todos como una muestra de
que efectivamente la gobernabilidad está en peligro. Cuando se le pregunta cuándo
entregará el gobierno, exhuma una frase que alguna vez pronunció un conocido
antiperonista, el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu: Ni un minuto antes, ni
un minuto después.
Negocios complicados del flamante
ministro
José Uriburu apareció vinculado
al procesado financista Carlos Rohm y a la quiebra de Noel.
José Alberto Andrés Uriburu, hijo de
un militar golpista, en la jura de ayer.
El nuevo ministro tiene once hermanos. Uno fue indagado por insolventación
fraudulenta. |
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Por Susana Viau
Pese a ser el de su
designación como ministro de Trabajo, mayo no es un buen mes para la familia de José
Alberto Andrés Uriburu. En mayo de 1969 ocurrieron en Córdoba los hechos que
suscitarían, casi dos años más tarde, la desgraciada frase con la que su padre,
interventor provincial, se comprometió a cortar la cabeza de la víbora
subversiva. La respuesta a su desafío fue otra pueblada mayúscula a la que, en su
homenaje, los insurgentes bautizaron el viborazo. A raíz de esos hechos
rodó, en efecto, una cabeza; pero no fue la del ofidio sino la del interventor. El jueves
pasado uno de los once hermanos del ministro, Ignacio Abel, debió prestar declaración
indagatoria en un juzgado correccional, sospechado de insolventación
fraudulenta. La causa es desprendimiento de otra anterior, por estafa en perjuicio
de María Isabel Inchauspe y donde aparece el nombre del reemplazante de Erman unido al
del procesado banquero Carlos Rohm y su Banco General de Negocios. Ese incómodo lugar no
es nuevo para el flamante ministro, ya había sucedido en la quiebra de la empresa Noel,
propiedad de Humberto Romero, otro recordado ministro menemista.
La causa por estafa iniciada hace ocho años fue elevada para sentencia. Comenzó en 1991,
cuando María Isabel Inchauspe de Ferrari, una de los cinco herederos del centenario Grupo
Inchauspe (Agnette Lund de Inchauspe, Arnaldo Guillermo, Oscar Emilio, María Isabel y
Marta Margarita, representada por su marido Hernán Algorta), dedicado a actividades
agropecuarias, presentó una denuncia porque, hallándose fuera del país, fue inducida a
malvender mediante engaños su participación en la antigua sociedad familiar. Su
apoderado, Rubén Beraja, le había aconsejado aceptar, aún sin conocer la
documentación, el planteo societario, que sostenía que el alejamiento de María Isabel
Inchauspe era la única posibilidad de salvar la quiebra del grupo. A su regreso,
Inchauspe de Ferrari advirtió que préstamos millonarios tomados por el grupo se habían
esfumado en las cuentas de los directores, quienes los habrían destinado a la timba
financiera; la deuda que, se le dijo, ascendía a 17 millones no pasaba de los 300 mil
dólares y la administración de los bienes había pasado a su cuñado Hernán Algorta y
dos personas propuestas por éste, Horacio Iván Gándara y Luis María Merello.
Tras el alejamiento de María Isabel Inchauspe, Campos Santiagueños, una
propiedad familiar de 40 mil hectáreas, fue rápidamente vendida a la Pastoril
Santiagueña, sociedad formada por la panameña Maid Investment Corporation, que
integraban Gándara y Merello. Lo curioso es que la hipoteca sobre los campos hecha
simultáneamente por el Banco General de Negocios, con la presencia ante el escribano del
propio banquero Carlos Rohm, tasó los campos de la Pastoril Santiagueña en casi el doble
de lo que ésta los había pagado. En 1996, los representantes de Maid Investment ya eran
el actual ministro de Trabajo José Alberto Uriburu y su esposa, María José Algorta,
hermana de Hernán Algorta, cuñada de Marta Margarita Inchauspe y, por lo tanto,
concuñada de la denunciante María Isabel Inchauspe de Ferrari.
La Justicia, después de muchas idas y vueltas y una resolución favorable de la Corte
ante un recurso presentado por la denunciante (con las disidencias de Julio Nazareno,
Antonio Boggiano y Eduardo Moliné OConnor, es decir una porción de la mayoría
automática) resolvió el procesamiento, embargo de bienes y prisión preventiva de
Arnaldo Inchauspe, Merello, Gándara y Algorta. No obstante, cuando la jueza de sentencia
Mónica Budión de Crudo ordenó el embargo de las acciones de Gándara y Merello en el
moderno criadero de semillas SPS (también propiedad del Grupo Inchauspe) tuvo
la desagradable sorpresa de comprobar que éstas habían sido transferidas a Ignacio Abel
Uriburu, hermano del ministro. La nueva causa fue girada a la jueza correccional Bulacio
de Rúa, que ordenó ladeclaración indagatoria de Merello, Gándara y Uriburu como
presuntos partícipes de una maniobra de insolventación fraudulenta.
La plata dulce
El ministro Uriburu no es un simple conmilitón para Erman González. Se conocían desde
antes, de aventuras comunes en la actividad privada. Y habría sido Erman quien lo sacó
de la vida ciudadana normal para incorporarlo al funcionariado. Uriburu fue presidente de
la Petroquímica Bahía Blanca, bajo la órbita del salteño Humberto Romero, entonces
titular de la cartera de Defensa. Pero el cargo lo desempeñaba en simultáneo con el de
síndico del Banco Central, durante la gestión de Javier González Fraga y con Erman
González como ministro de Economía. Ninguna de las dos cosas habría impedido que
Uriburu motorizara desde el BCRA el diseño de un régimen especial que permitía cancelar
deudas financieras con la contrapartida de fuertes quitas. El régimen, si bien aprobado a
posteriori, benefició a la quebrada FINDA S.A., empresa de los Romero, y fue el mismo
Uriburu el encargado de anunciar su aplicación en el caso FINDA S.A. La fórmula llevaba
el nombre técnico de Régimen Alternativo de Pagos, pero a partir de entonces la
franqueza de la city iba a popularizarlo como resolución Romero. Las
dependencias funcionales no eran la única incompatibilidad que Uriburu se saltaba a la
torera: el ministro Uriburu era el presidente de Biblos, una empresa fantasma uruguaya,
subsidiaria del Banco General de Negocios, dueño del 70 por ciento de las acciones de
Noel, la industria dulcera cuya posesión compartía con el grupo Romero luego del
alejamiento de los fundadores, la familia Noel, en 1984. Los Romero, al igual que Uriburu
y que el renunciado Erman González son entusiastas inversores en propiedades rurales. A
Erman, aseguran, no le ha ido del todo bien con el criadero de chanchos que instaló en un
enorme predio en Villa Lía localidad ubicada entre Luján y Carlos Ken.
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