Desde su
llegada, en el barrio de Agronomía nada es como era antes. A ella la visitan miles de
personas cada día, un número que sube a 15.000 entre sábado y domingo y llega a su pico
los días 8 de cada mes, con unos 60.000 fieles. El motivo de la devoción es que a la
Virgen Desatanudos, que ocupa un rincón en la iglesia de San José del Talar desde hace
dos años, se le atribuyen poderes milagrosos. Su poder de convocatoria alteró la vida de
la iglesia, que tiene desde vocero de prensa a personal de seguridad contratado para
contener a los fieles. E hizo florecer el negocio de la fe: además de la santería
instalada por la parroquia, un convento vecino puso la propia y un centenar de puesteros
ocupan las veredas para ofrecer todo tipo de objetos con la figura de la virgen. Tampoco
se perdieron el negocio los comerciantes, que en los últimos meses multiplicaron puestos
de venta de choripanes y panchos. Ahora todos los fines de semana centenares de
colectivos, combis, taxis y remises, que traen fieles de todo el país, pueblan la zona.
Algunos vecinos han puesto el grito en el cielo: dicen que el desorden, los ruidos y la
basura que provoca semejante movimiento les robó la paz e hicieron una denuncia ante la
Justicia.
¿Esto está bendecido? pregunta la primeriza Alicia de Ferreyra, mientras
levanta una estampita del puesto improvisado.
Pase por delante de la Virgen y queda como bendecido dice Mariano, sin
inmutarse. Alicia sigue camino en la abultada cola que lleva hasta la imagen de la Virgen.
Mariano sigue su trabajo. Ya tiene casi dos años de experiencia en el negocio: desde que
notó que la Desatanudos atraía gente se instaló en la calle Navarro. Como él, una cola
de puestos precarios acapara la vereda de la iglesia y se extiende sobre la calle Zamudio.
Mariano exhibe con orgullo uno de sus productos únicos. Una especie de bola de cristal,
con la imagen de la Virgen en la base, y varias monedas flotando en su interior. Es
para conseguir plata, asegura a quien lo pregunte. En todos los puestos, La
novena es uno de los más vendidos: un paquete con nueve velas para prender durante
nueve días y pedir deseos. Además, está lleno de llaveros, pirámides, anillos, imanes
para heladera y todo tipo de chucherías donde una distorsionada imagen de la Virgen se
repite.
También se ofrece la vela de los siete nudos, para encender durante siete días seguidos,
consumiendo un nudo por vez. Se supone que los nudos son los pecados o los problemas que
la Virgen ayuda a resolver. Y aunque la gente hace todo tipo de pedidos, la mayoría
reclama que haga uso de sus poderes sanadores. Tenemos un registro interno donde la
gente escribe los pedidos que hace. Muchos piden por enfermedades importantes, como
cáncer. Y lo impresionante es que traen comprobantes médicos de que se curan, dice
sin asomo de duda Leonardo Martínez, vocero de la iglesia. Para el padre
agrega es un milagro de fe. Rodolfo Arroyo, de 39 años, el párroco de
la iglesia, se mueve apurado entre la multitud que rodea la iglesia y se escabulle.
Diez estampitas por dos pesos, aúlla una mujer, tras su paso. La cola de los
creyentes que quieren tocar a la sanadora se engruesa.
Jorge Pérez Medina viaja desde Florencio Varela para ubicarse en la populosa cuadra, pero
no por fe: es vendedor de La solidaria. Los jueves, viernes y sábado, en un par de
horas, vendo unas 100 relata. Pero los 7 y 8 de cada mes llego a 400 o
500. Por 7 pesos, Carlos Balcarce trajo un tour desde Merlo, los llevé al
Colón y después vinimos para acá, comenta. Pero la gente fluye desde distintos
lugares del interior del país. Algunos, incluso, hacen tours de fe y van
recorriendo las diferentes iglesias de Buenos Aires. Pero la pasión por la Desatanudos no
tiene límites. La iglesia recibe continuamente pedidos de estampitas de países de todo
el mundo. De Brasil, España, Miami, Puerto Rico, Paraguay, confirma
Martínez.
Oscar Matoza estaciona su combi. Desde Isidro Casanova trajo a toda la familia al bautismo
de su hijita. A mí me cambió la vida, tuve variosintentos de suicidio... por cosas
materiales. Ahora vengo todos los domingos. Dos vecinas miran desde enfrente,
orgullosas de tener la imagen a su disposición en la semana: Yo vengo de hacer los
mandados, entro con la bolsa y la miro a los ojos, ella entiende lo que me pasa, no hace
falta que yo le diga nada, dice una.
La gran cola desemboca en la puerta de la parroquia, donde una servidora
entrega el primer número de una serie de 12 catecismos para coleccionar. Graciela asegura
que la multitud avance. Vayan pasando, sean breves, pasen por el costadito así
aceleramos, indica. Un vallado de metal asegura que nadie se desbande. Y algunos
custodios, contratados por la iglesia, se encargan, entre otras cosas, de sacar a la calle
a quien se atreva a estampar un flash contra el cuadro de los milagros. Vidrio y reja de
por medio, todavía hay quienes logran tocar el cuadro. Otros se contentan con escribir
sus pedidos y dejarlos en un buzón.
Cuando la iglesia se llena es el momento de la bendición. Aunque no llegue el agua
al fondo quedan bendecidos, dice el cura, mientras lanza agua bendita hacia sus
fieles. En una escena medieval, con música sacra de fondo, los alborotados fieles se
amontonan a su alrededor y con los brazos en alto ofrecen al atrio llaveros, estampitas,
velas, rosarios, lo que hayan comprado en la calle. Les recordamos que tienen que
salir por la puerta del costado derecho. Que Dios los bendiga. Es un sábado como
cualquier otro y una nueva tanda de fieles se acerca al altar.
Producción: Sonia Santoro.
La historia de la Virgen La Virgen Desatanudos nació en la ciudad de Ausburgo en el siglo XVII, de la
mano de un artista anónimo que pintó la imagen de una virgen rodeada de ángeles.
Mientras un ángel le da una cinta llena de nudos, ella la devuelve con los nudos
desechos. Los nudos representarían los problemas o pecados con los que deben luchar los
fieles y la virgen tendría el poder de resolverlos. En 1984, el actual arzobispo de
Buenos Aires, Jorge Bergoglio, viajó a Alemania y trajo estampitas con la imagen de la
virgen para repartir entre sus conocidos. En 1996, tres devotos de la virgen y de la
parroquia del barrio de Agronomía propusieron instalar la imagen en la iglesia. La
artista Ana Betta de Berti, también devota, hizo la reproducción. Y el 8 de diciembre,
el cuadro fue entronizado en una nave de la Iglesia San José del Talar. Desde entonces,
la cantidad de personas que buscan la solución milagrosa a sus problemas fue
creciendo. Al año, 8000 creyentes pasaron por el lugar y el último 8 de diciembre, el
día de la Inmaculada Concepción, la suma ascendió a más de 70.000. Ahora, según el
vocero de la iglesia, el boom de la Desatanudos llegó a varios países del exterior,
desde donde recibieron cartas pidiendo estampitas. E incluso, agrega, el fervor se
ha contagiado a Alemania. A raíz de las noticias que llegan desde acá, allá está
renaciendo la fe en Nuestra Señora que desata los nudos. |
LOS VECINOS QUIEREN QUE SE TRASLADE LA IMAGEN
Esto es nuestro via crucis
Es
nuestro via crucis. Imaginate la Iglesia de Luján en esta cuadra, no hay infraestructura,
no hay nada. Dante Cisilino vive enfrente de la parroquia de San José del Talar y
desde hace varios meses lucha, junto con 200 vecinos, para conseguir que la Virgen
Desatanudos sea trasladada a un lugar más adecuado. Hasta el momento enviaron
cartas al gobierno de la ciudad, al Arzobispado, a la Fiscalía y a la Defensoría del
Pueblo de la ciudad y consiguieron algunas cosas: que el cura dejara de dar misa en la
calle y que la zona no sea vallada los días 8 de cada mes. Por otro lado, a raíz de una
denuncia presentada ante la Justicia, la fiscalía ordenó levantar los puestos callejeros
e inició un juicio contra una vendedora ambulante por obstrucción de la vía
pública. Sin embargo, los puesteros vuelven cada día porque dicen que están
habilitados por la comuna.
No nos dejan trabajar, se queja Nélida Pérez, que desde hace un año se
ubica con su puesto en la esquina de Navarro y Zamudio. La ordenanza 39.910 nos
habilita para vender a menos de 70 metros de la iglesia cuando se realizan actos
celebratorios. Una misa es un acto celebratorio, se enoja. La fiscal Sandra
Guanigno, que tiene a su cargo la causa madre, considera que esa misma norma no los
autoriza porque establece que los permisos se dan para el día de la respectiva fiesta
patronal. Y en el caso de la Iglesia de San José, es el 19 marzo. Por eso, dice,
todo el resto del año están violando el artículo 41 del Código de Convivencia, que
prohíbe la obstrucción de la vía pública.
Y por eso también el 8 de abril hubo corridas y forcejeos cuando la policía y agentes de
Inspecciones y Verificaciones de la comuna porteña intentaban sacarlos de la calle. Los
vecinos apoyaron el operativo y celebraron que se cumpliera otro de sus pedidos: no hubo
más misa en la calle. El párroco había invadido la vía pública, vallaban las
veredas, daba misa en la calle y nos daba un permiso para entrar a nuestras casas,
relata Cisilino.
Pero ahora dicen que están amenazados por los vendedores ambulantes. Ves cómo nos
vigilan, señalan dos vecinas del barrio, que no quieren dar sus nombres. Y desde la
vereda de enfrente una mujer dice en voz alta, para que todos oigan: A éstas les
vamos a dar una biaba. Además, los trastornos no cesaron. No es sólo la
multitud dice Sicilino, a los micros te los ponen en la puerta y los dejan
media hora encendidos. Además, almuerzan, toman mate y tiran la basura en mi jardín. Y
les hacen hacer pis en la calle a los chicos.
Para otros la afluencia de gente le dio vida al barrio. El almacén y la panadería
trabajan como nunca, comentan las dos señoras. El último 8, Osvaldo Cíccola
abrió un negocio de comidas justo enfrente de la iglesia. A menos de una cuadra, 20 días
atrás, empezaron a vender choripán y panchos en el garaje de una casa. También, meses
atrás, en Zamudio 3595, una santería se sumó al ya abarrotado mercado de las velas y
las estampitas.
Sin embargo, los vecinos que se agrupan detrás de Cisilino, insisten con el traslado de
la imagen. Hace dos semanas, pidieron a la Defensoría de la ciudad que impulse esa
medida. Estamos esperanzados en llegar a una instancia de mediación con la
iglesia, dice Cisilino. Pero para la parroquia la posibilidad del traslado de
la virgen no se está evaluando.
|