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INDIA Y PAKISTAN SE ENFRENTAN POR LAS ALTURAS DE CACHEMIRA
Guerra entre dos gobiernos bomba

Pakistán derribó ayer al menos un caza  indio en el peor incidente desde que ambos países adquirieron capacidad nuclear.

Tropas indias cerca de Drass disparan contra posiciones de separatistas musulmanes en Kashmir.
India escaló sus ataques aéreos en los últimos días y ayer sufrió su baja más grave en muchos años.

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The Guardian de Gran Bretaña
Por Suzanne Goldenberg Desde Nueva Delhi

t.gif (862 bytes) La larga disputa de frontera entre las potencias nucleares rivales del subcontinente indio amenazó descontrolarse ayer, cuando Pakistán derribó a por lo menos un cazabombardero indio en los helados desiertos al norte de Cachemira. Golpeado por el fracaso de la inteligencia militar de su país, el primer ministro de la India, Atal Bihari Vajpayee, convocó a su gabinete en Delhi para considerar la situación, en medio del temor de que el conflicto se extienda más allá de la franja de montañas que se encuentra a lo largo de la línea de cese de fuego.
La pérdida de la aeronave se sumó a la humillación de la última incursión de Pakistán. El avión indio, un MIG-27, fue atacado por un misil disparado desde el lado paquistaní de la línea, cuando volvió para buscar al piloto perdido de un antiguo MIG-21 indio, cuyos motores habían fallado, según declaró un oficial de la fuerza aérea en Nueva Delhi. “Esto fue una acción provocativa”, dijo el vice mariscal del Aire, S.K. Malik. “Resulta claro que el otro lado escaló este particular incidente.” Y añadió: “Tomaremos las medidas apropiadas”.
En Rawalpindi, el vocero del ejército paquistaní declaró que su país había derribado a ambos aviones dentro de su territorio, y había capturado a un piloto. Agregó que el otro piloto había muerto. “Los aviones estaban bien dentro del territorio paquistaní”, dijo el brigadier Rashid reishi. “Le habíamos hecho una advertencia a la India.” Malik concedió que en el terreno, donde no hay demarcación fronteriza en alturas de hasta 5500 metros, los aviones pudieron haberse estrellado en el lado paquistaní de la línea de cese del fuego.
Ninguno de los relatos del segundo día de los ataques aéreos indios, contra lo que Nueva Delhi dice que es una fuerza invasora de militantes islámicos bien armados, pudo ser verificado de manera independiente. El terreno alrededor de la ciudad de Kargil es tan inhóspito que los puestos de observación de invierno están abandonados. Según Nueva Delhi, cuando los soldados indios regresaron con el deshielo de la primavera se encontraron con más de 600 guerrilleros atrincherados alrededor de las alturas estratégicas que miran hacia Kargil, en una calculada usurpación de tierras. India agrega que las tropas paquistaníes también están involucradas en la incursión que comenzó el 6 de mayo. Pakistán niega ambos cargos.
Sin embargo, resulta claro que hubo un fracaso monumental por parte de la inteligencia india. Nueva Delhi está ahora decidida a castigar a los invasores con más poder aéreo, y con artillería terrestre que fue llevada a la región del norte. “Esto es una guerra –dijo el comodoro Subash Bhjwani en Nueva Delhi–. No tenemos intención de cesar con los ataques aéreos hasta haber logrado nuestros objetivos.” India y Pakistán regularmente intercambian fuego de artillería a lo largo de las 450 millas de la línea de cese de fuego que divide a Cachemira, especialmente durante el verano, pero ésta es la confrontación más seria, desde que ambos países realizaron una serie de ensayos de bombas nucleares hace un año.
China pidió a los dos países que muestren moderación, aunque India sufrió sus peores pérdidas en Cachemira en muchos años, y EE.UU., Gran Bretaña y Francia han expresado inquietud respecto de la posibilidad de los dos países de controlar este tipo de conflictos en una era nuclear. Pero ninguno de los dos parece inclinado a echarse atrás, aunque India ha sufrido sus peores bajas en Cachemira en muchos años. El ejército dice que 120 soldados fueron muertos o heridos y 14 están desaparecidos. Aunque hasta ahora la opinión pública india apoya la operación, las pérdidas de ayer suscitarán dudas sobre lo acertado o no de usar poder aéreo, y sobre el supuesto de que los aviones de guerra indios podrían ahorrarle a lasfuerzas terrestres un ataque letal en las cumbres controladas por los invasores.
Funcionarios en Nueva Delhi dijeron que aviones de guerra indios habían expulsado a los intrusos –descriptos como endurecidos mercenarios afganos–, de dos importantes alturas en el sector de Drass, y que los picos estaban cubiertos de cadáveres y heridos. Pero los funcionarios acusaron a Pakistán de haber actuado en represalia para defender a sus protegidos. El mayor general Mohan Bhandari dijo que el fuego de artillería intentaba encubrir una segunda ola de 400 invasores guiados por oficiales del ejército, que acampaban en la ciudad paquistaní de Gilgit.

 


 

ISRAEL DECIDIO RETIRAR UNA MILICIA DEL LIBANO
Un guiño de Barak a Siria

t.gif (862 bytes) El nuevo premier electo de Israel, Ehud Barak, lanzó ayer su primer globo de ensayo en su intento de reanudar el diálogo de paz con Siria y el Líbano, al autorizar el repliegue del Ejército de Líbano Sur (ELS) –una milicia libanesa cristiano-maronita aliada al Estado hebreo– de la ciudad libanesa de Jezzin, en el plazo de un año. Barak habría iniciado conversaciones secretas con Estados Unidos para reactivar las negociaciones de paz con Siria, al tiempo que negocia con los diferentes partidos de su país para formar la nueva coalición de gobierno.
“La retirada del ELS se inscribe en el marco de una retirada general israelí por etapas del sur del Líbano”, declaró el jefe de Estado Mayor adjunto, Matan Vilnai. Radio Israelí, una emisora cercana a las fuerzas de seguridad, señaló que el repliegue de la milicia era “una prueba para una retirada completa de las tropas israelíes del Líbano”. Sin embargo, el jefe de Estado Mayor, el general Shaoul Mofaz, aseguró que por ahora la medida “no tendrá incidencia alguna en la retirada israelí del sur del Líbano” –donde Israel estableció un franja de seguridad para evitar los ataques de la guerrilla proiraní Hezbollah–. Las palabras del presidente del Líbano, Salim Hoss, de que su ejército “emprenderá los pasos necesarios” después del repliegue, fueron vistas como un aval de Beirut de que será el ejército libanés y no el Hezbollah el que tome el control de la zona una vez que el ELS se haya retirado.
Un enviado de Barak llegó ayer a Washington para entablar negociaciones secretas que allanen el camino al proceso de paz con Siria. Según el diario israelí Yedioth Ajronoth, el ex embajador israelí en Washington, Itamar Rabinovich –que condujo las negociaciones con Siria en 1992 y 1996–, se reunió con el secretario de Estado adjunto para Medio Oriente, Martin Ondyk, y con el coordinador norteamericano para el proceso de paz, Dennis Ross, a quienes les habría pedido que transmitan a Siria la disposición israelí a retomar las negociaciones interrumpidas en 1996. Rabinovich le habría solicitado a la administración norteamericana que no tome ninguna iniciativa en el asunto antes de la conformación del nuevo gobierno en Israel, que es cuando Barak pretende encontrarse con Bill Clinton para discutir los caminos del diálogo de paz. Las negociaciones de Israel con Siria y Líbano están íntimamente ligadas por la presencia en Líbano de una división siria de 40.000 hombres, lo que lo convierte en un virtual protectorado sirio.
A nivel nacional, el Partido Laborista de Barak empezó la ronda de conversaciones para formar la coalición de gobierno antes del 8 de julio. Las reuniones de ayer incluyeron al partido de izquierda Meretz y a la derecha del Partido Nacional Religioso. La semana que viene Barak negociará con el Likud, el partido del premier saliente Benjamin Netanyahu, y con los ultraortodoxos del Shas.

 

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