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Cerca de 900 comisarios y subcomisarios en actividad de la Policía Bonaerense deberán realizar a partir de agosto cursos obligatorios de actualización o especialización en las universidades de Lanús, Lomas de Zamora y San Martín. La iniciativa, que forma parte de la estrategia de profesionalización de la fuerza encarada por el ministro de Justicia y Seguridad, León Arslanian, se concretará a partir de un convenio firmado ayer, que también prevé la creación de la carrera de Técnico en Seguridad, con una extensión de dos años y que deberá ser cursada por todos los aspirantes a oficiales de la policía provincial a partir del año 2000. Los cursos para los jefes policiales en actividad comenzarán en la primera semana de agosto, luego de finalizadas las vacaciones de invierno, y tendrán una duración de dos meses, según anunció ayer Arslanian en conferencia de prensa. Las materias por dictarse serán gerenciamiento y seguridad para los jefes y subjefes de las 18 Policías Departamentales (100 cursantes), y también para comisarios y subcomisarios (550 cursantes). Habrá otros cursos sobre investigación científica en materia de seguridad, con 228 inscriptos, y acerca de delitos informáticos, del que participarán veinte policías. Ante un centenar de jefes policiales, firmaron el convenio el ministro Arslanian y los rectores Omar Szulack, de la Universidad de Lomas de Zamora; Ana María Jaramillo, de Lanús, y Daniel Malcom, de San Martín. El acto se llevó a cabo en la Casa de la Provincia de Buenos Aires. El ministro resaltó que con la creación de la carrera de Técnico en Seguridad, los futuros policías recibirán una formación básica en las universidades, que luego completarán en el Instituto de Formación Policial Juan Vucetich. La parte específicamente policial apuntará a la capacitación operativa. Durante seis meses, aprenderán a usar las armas de fuego, harán prácticas de tiro, defensa personal, educación física y simulacros de procedimientos en la vía pública. El llamado Plan de Transformación del Sistema de Seguridad bonaerense trata de lograr un profundo cambio en la formación y capacitación del personal, según explicó Arslanian. El programa de estudios apunta a superar una formación policial cerrada sobre sí misma, que era dictada por docentes que, en su gran mayoría, pertenecían a la misma institución. El ministro dijo que se intenta un acercamiento entre la policía y la universidad. Para ello, sostuvo, el desafío pasa por desarrollar políticas de formación y capacitación de esencia democrática, dentro de los marcos legales, humanísticos y culturales. Los cursos para aspirantes, que comenzarán en el 2000 y que serán de dos años, servirán tanto para ingresar a la policía provincial como a las empresas privadas de seguridad. Al mismo tiempo, con las universidades se comenzó a diseñar una carrera de posgrado, maestría o especialización sobre políticas públicas en materia de seguridad para policías de altos niveles de conducción. Arslanian resaltó que, como todas las profesiones, la de policía requiere de una actualización continua y permanente. También aclaró que los aspirantes que están cursando la vieja carrera policial en el Instituto Vucetich, que egresarán en el año 2001, deberán completar sus estudios en la Universidad. En cuanto a los cursos que comenzarán en agosto, constarán de cuatro módulos sobre organización, presupuesto, recursos humanos y relaciones con la comunidad. Cada curso durará dos meses, con un promedio de dos clases semanales. Los oficiales que participen serán relevados de sus funciones para garantizar la asistencia. Los policías analizarán y debatirán problemas prácticos planteados por los docentes. Arslanian subrayó que el concepto relevante de la tarea iniciada es lograr la profesionalización de la policía y para eso están las universidades, que son las instituciones formadoras de la sociedad.
ALLANARON UNA EMPRESA PARA REVISAR
COMPUTADORAS En un
caso que no tiene antecedentes en el país, una empresa fue allanada por la Justicia por
no tener en regla los programas usados en sus computadoras. En la mañana del lunes, la
casa central de Café Cabrales S.A., ubicada en Mar del Plata, recibió la visita de los
uniformados. En el allanamiento se constató que sólo el diez por ciento de los programas
de software que utilizaba era legal, y una asociación que nuclea a grandes empresas
comercializadoras de estos productos informáticos le inició un juicio por daños y
perjuicios y por violación de los derechos de propiedad intelectual.
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