El candidato
presidencial de la Concertación por la Democracia, el socialista Ricardo Lagos
virtualmente el próximo presidente de Chile, anunció que en derechos
humanos nunca va a haber punto final en Chile, porque esto no se hace por negociación
política, ya que el dolor está adentro de la gente. En un encuentro-desayuno con
los corresponsales extranjeros destacados en Santiago de Chile, Lagos señaló que su gran
desafío será saber claramente qué pasó con los 1100 detenidos desaparecidos que
tenemos en Chile. Además de por el constante recuerdo de la prisión del ex
dictador Augusto Pinochet en Londres, el suicidio de un represor puso ayer en primer plano
las cuestiones pendientes en derechos humanos. Uno de los soldados chilenos que fusilaron
al sacerdote católico Juan Alsina el 11 de setiembre de 1973 el día en que fue
depuesto Salvador Allende se quitó la vida en el poblado de Calle Larga. Lagos
añadió en este contexto que también había que crear las condiciones para que el ex
dictador chileno Augusto Pinochet, actualmente detenido en Londres, pueda ser juzgado por
tribunales en Chile. Lo que Chile ha hecho en el caso Pinochet es defender
principios y no personas y el principio a defender es que los delitos cometidos en
territorio chileno se juzguen en Chile, dijo repitiendo la línea oficial sobre el
punto.
El líder socialista resultó victorioso en elecciones primarias efectuadas por la
Concertación de Partidos por la Democracia el domingo pasado, tras derrotar al candidato
democristiano Andrés Zaldívar por una abrumadora mayoría de votos. En la entrevista con
los corresponsales, Lagos destacó que en Chile tenemos una transición a la
democracia inconclusa, porque hay una Constitución que no interpreta a la mayoría
nacional. Refiriéndose al candidato de la derecha Joaquín Lavín al que
deberá enfrentar en diciembre, Lagos advirtió que no entienden nada quienes
dicen que la discusión política o constitucional no interesa al país. Frente a
las Fuerzas Armadas, Lagos se mostró partidario de reducirlas en caso de que exista un
proceso de distensión en el continente en materia militar.
En un testimonio ante la televisión hace año y medio, el ex represor suicida, Nelson
Bañados Pintos, conscripto de 18 años de edad en un regimiento de Santiago en la fecha
del golpe, dijo haber disparado al religioso por órdenes de un superior y alegó que sus
balas pudieron no dar en el blanco. Agentes que investigan el suicidio del ex soldado
dijeron que dejó una carta sobre su autoeliminación, pero sin mencionar el caso de
Alsina ni el caso de su hijastro, un niño de cuatro años desaparecido. El ex soldado se
ahorcó en su casa en una población de Calle Larga.
En declaraciones judiciales en Madrid ante el juez Manual García Castellón, que
precedió a Baltasar Garzón en la investigación española de los crímenes de la época
pinochetista, el sacerdote catalán Miguel Jordá, que residió en Chile, dijo que entre
las víctimas mortales de la represión de la dictadura figuran cuatro religiosos. Además
del fusilado Alsina, Jordá citó las muertes violentas de los sacerdotes Gerardo Poblete,
chileno, y Miguel Woolward, británico, que sucumbieron a torturas entre 1973 y 1975, y al
francés André Jarlan, asesinado con disparos de un policía en 1984.
ASUMIO FRANCISCO FLORES, PRESIDENTE DE EL
SALVADOR
El triunfo de la derecha académica
En un
país donde el recuerdo de los Escuadrones de la Muerte sigue vívido, el nuevo presidente
salvadoreño, Francisco Flores, de 39 años de edad, representa al derechista partido
ARENA, que alguna vez fue el brazo político de los escuadristas. Flores, un profesor
universitario de filosofía y el más joven de los 33 mandatarios que han gobernado en el
presente siglo, juró ayer y tomó juramento a su gabinete.
Representante de una derecha política que prefiere verse como agente de modernización,
Flores aseguró que promoverá con estímulos el empleo tanto en el agro como en la
pequeña y mediana empresa, con la finalidad que terminar con la marginación y la pobreza
de una gran parte de los salvadoreños. En El Salvador existe un desempleo neto mayor del
7 por ciento. Pero la cifra más reveladora es la del subempleo, que sobrepasa al 50 por
ciento. También la pobreza afecta a más de la mitad de la población. En un discurso de
aproximadamente 45 minutos, ante representantes de 48 países y 450 periodistas nacionales
y extranjeros, el nuevo presidente salvadoreño prometió renovados impulsos a las áreas
de educación y salud, promoviendo y profundizando las reformas iniciadas por las
anteriores gobiernos. No debe haber una niña o un niño que se quede sin
escuela, afirmó el mandatario, quien también reclamó para los salvadoreños un
mejor y más eficiente sistema de salud pública.
Respecto a la ola de criminalidad, Flores afirmó que fortalecerá la Policía Nacional
Civil (PNC), a la que dotará de mejores técnicas para investigar el delito. No
podemos esperar ciudadanos íntegros a partir de una familia que se debate en un entorno
social peligroso, y que ve constantemente lesionados sus valores y su tranquilidad. Por
esta razón tiene para nosotros rango prioritario la seguridad ciudadana, dijo el
nuevo funcionario. Afirmó que el sector agropecuario, que genera en el país más del 50
por ciento del empleo, será prioritario, para lo cual se impulsarán políticas que
logren mejoras en la infraestructura física, la asociatividad y la rentabilidad del
sector agrícola. A la oposición política el presidente entrante llamó a construir una
nación mejor que la que hemos heredado.
A su partido, fundado por un grupo de extremistas de derecha en la pasada década
encabezados por el ya fallecido Roberto Daubuisson a quien se acusa de haber
asesinado el arzobispo Oscar Romero en 1980, Flores expresó su agradecimiento y
gratitud por haberle permitido ser el candidato presidencial. Por cinco años le
dedicaré toda la fuerza de mi intelecto, mi coraje entero, mi sentido de justicia, y
cargaré sobre mis hombros cualquier peso que la Patria quiera depositar en mis
espaldas, resumió finalmente. Su gabinete de gobierno, en su mayoría profesionales
y empresarios, tiene un promedio de edad de 45 años, y lo acompañará hasta el año 2004
en regir los destinos de esta nación centroamericana, una de las más pobres y violentas
del continente.
Noticias de un secuestro, II
El
presidente de Colombia, Andrés Pastrana, no tiene un minuto de tranquilidad. Tras la
grave crisis que tuvo que superar la pasada semana -cuando dimitieron el ministro de
Defensa y 17 generales, ayer tuvo que suspender su visita oficial a Canadá, volar a
Cali y ponerse al frente de un consejo de seguridad que trata de poner fin al secuestro de
decenas de personas que siguen en poder del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde
el pasado domingo, cuando los guerrilleros irrumpieran en una iglesia de un barrio lujoso
de Cali y se llevaran a más de 100 feligreses.
Las cifras sobre los feligreses que aún permanecen en poder del ELN no son claras. Juan
Camilo Restrepo, el ministro de Hacienda, asegura que son entre 50 y 60; la Fiscalía dice
que 95. Los parientes de los rehenes han decidido mantener silencio, tal vez para evitar
la extorsión. No se sabe tampoco si hay niños entre el grupo de rehenes. Los elenos
(como se conoce a los miembros del ELN) liberaron en su huida a 84 personas.
Monseñor Isaías Duarte, arzobispo de la provincia del Valle, tal vez en el más duro
cuestionamiento que se ha hecho hasta el momento al ELN, aseguró que hay niños y
ancianos en el grupo que retienen los elenos. La guerrilla no puede
seguir ultrajando al pueblo, dijo Duarte, quien pidió a los colombianos y a los
europeos que coquetean y dan dinero al ELN que no se dejen engañar, pues esta
organización es mentirosa y no quiere al pueblo. Los analistas
consideran que la organización guerrillera cometió un grave error al ofender a la
Iglesia Católica. Fue en un monasterio alemán donde se firmó hace un año un acuerdo
con representantes civiles para respetar el derecho internacional humanitario. El
ejército continúa sus operativos en la zona cercana a Cali. Los oficiales aseguran que
tienen rodeada la zona, y que los secuestradores no tienen opción.
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