Por David Cufré Desde Córdoba Como todo político, Domingo
Cavallo se compromete con unas causas y abandona otras de acuerdo con las circunstancias.
Ahora prefiere desentenderse de las denuncias judiciales contra el banquero preferido de
Menem, Raúl Moneta, y las que pesan sobre el procesado presidente del Banco Central,
Pedro Pou. Sobre este último, incluso, asegura que no debería ser juzgado por su
desempeño al frente de la entidad rectora del sistema bancario. Marcando diferencias con
la Alianza y el duhaldismo, que desean que Pou no continúe como titular del BC cuando
asuma el próximo gobierno, el jefe de Acción por la República le dijo a Página/12 que
debe concluir su mandato de cuatro años como dispuso el Senado. Cavallo
llegó ayer a la capital cordobesa para asistir a la asamblea anual de la Fundación
Mediterránea, el bunker intelectual del que sigue abrevando.
¿Le sorprendió el pedido de captura librado contra Raúl Moneta?
Es un tema judicial que debe ser conducido por los canales institucionales. Lo mejor
es que los políticos no opinemos sobre esa cuestión.
¿El juez Gustavo Literas, quien solicitaría la causa de Moneta que se tramita en
Mendoza, figuraba en la servilleta de Carlos Corach?
Corach había escrito el nombre de todos los jueces federales y me explicó cómo
hacía para influir sobre ellos. Pero ésa era la palabra de Corach. No quiere decir que
los jueces realmente le hayan respondido como él lo describió. Así que ese tema es algo
que para mí ya pasó. La gente sabe quién es Corach y cómo se manejó al Poder
Judicial. Ahora, yo creo que cada juez irá demostrando en la práctica si es idóneo e
independiente o no. Prefiero no prejuzgar en ningún caso.
¿El procesamiento y las reiteradas denuncias contra el presidente del Banco
Central, Pedro Pou, harían recomendable que deje el puesto?
En todos los países del mundo se sabe que las decisiones de un superintendente de
bancos no son judiciables. Es sólo en la Argentina donde los jueces se arrogan la
capacidad de revisar todas las decisiones administrativas. Obviamente, esa actitud no va a
tener éxito. Además, los jueces, en general, entienden muy poco de estas cuestiones y no
están en condiciones de evaluar la actuación de un presidente del Banco Central.
¿Y usted cómo evalúa la actuación de Pou?
El presidente del Banco Central es un funcionario que ha sido confirmado por el
Senado y debe cumplir su mandato. No es oportuno que los hombres políticos opinemos sobre
su desempeño. En el momento que termine su gestión, explicaremos qué evaluación
hacemos de él. Pero, por ejemplo en Alemania, el ministro de Economía empezó a querer
darle instrucciones al presidente del Bundesbank y eso provocó una desestabilización del
Euro. No debemos cometer el mismo error.
Si se critica la gestión del presidente de la Nación, la del ministro de Economía
y a los políticos en general, ¿por qué no se podrían señalar los errores y los
aciertos del presidente del Banco Central?
Está bien, pero yo no lo voy a hacer, porque veo que sobre este tema habla mucha
gente que no está en condiciones de evaluar las decisiones del Banco Central. No me voy a
prestar a hacer comentarios, que después dan lugar a nuevos comentarios. Así se produce
todo un manoseo que va a ser inconveniente para el país.
Los inversores manifestaron en el seminario organizado por los banqueros que temen
la transición política. ¿Usted comparte ese temor?
No. Fue muy clara la posición de todos en defensa de la convertibilidad. Se le ha
dicho no a la devaluación, no a la dolarización y sí a la convertibilidad.
¿Comparte la opinión de Duhalde acerca de que el modelo está agotado?
Depende de a qué modelo se refiere. Pero creo que sólo se trata de una cuestión
semántica. De todos modos, estoy de acuerdo en que el modelo de gobierno de Menem, sobre
todo en los aspectos laborales, educativos, losque hacen a la cuestión de la salud, la
seguridad y la Justicia, sin duda deben ser cambiados.
Hace dos semanas usted se reunió con Duhalde, acompañados ambos por sus
respectivos equipos económicos. ¿Existen diferencias en sus propuestas?
A nivel de equipos técnicos no hay grandes diferencias. Creo que donde se va a ver
la diferencia es en el coraje para introducir cambios.
¿Y ve diferencias en los discursos económicos de la Alianza y el duhaldismo?
No, por una sencilla razón: están llevando adelante la campaña electoral con
discursos que redactan los asesores externos mirando las encuestas. No ha habido un debate
serio sobre las reformas que cada uno propone. El único que ha hablado de reformas,
explicando en detalle cómo las llevaría adelante, soy yo. Por eso creo que mi presencia
en la campaña electoral va a obligar a los otros candidatos a ser más específicos y
más precisos.
José Luis Machinea opinó que el Gobierno debería postergar la rebaja de aportes
patronales, porque la situación fiscal es complicada.
Estoy en total desacuerdo. Creo que todos los partidos políticos deberíamos no
sólo apoyar la rebaja de aportes patronales, sino también que se eliminen los impuestos
a los automotores, a la renta presunta, a los intereses, al gasoil y que las provincias
supriman los impuestos a los Ingresos Brutos y a los Sellos.
¿Cómo cree que serán los últimos meses de gestión de Roque Fernández?
Lamentablemente limitados a la cuestión presupuestaria federal. Roque hace lo que
puede y lo que puede es algo muy limitado.
Hay que cambiar a la Corte En el diálogo con este diario, Domingo Cavallo se pronunció a favor de la
remoción de jueces de la Corte Suprema de Justicia. Poniendo una cuña en el debate que
existe dentro de la Alianza por este tema, el ex ministro expresó: El radicalismo
no tiene coraje para introducir ninguna modificación en el sistema judicial. Ya habla de
que no va a trabajar por la remoción de ningún juez y que va a dejar las cosas como
están. Eso no debe sorprender, porque si hay algún partido que es, no diría
conservador, sino ultraconservador y que no se anima a hacer cambios, ese es el
radicalismo.
¿Usted promueve la remoción de jueces de la Corte Suprema?
Sin duda. Creo que hay que promover cambios de los malos jueces, de aquellos que no
han demostrado ni idoneidad ni independencia.
¿Cuál sería la fórmula, reduciendo el número de miembros?
No, creo que debe reformarse la Constitución para que por una vez el Consejo de la
Magistratura revise cada una de las designaciones. Ese organismo deberá determinar quién
puede quedar y quién no. |
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