LOS TUCUMANOS ELIGIERON SEGUIR BAJO EL MANDO DE LOS BUSSI
Votos para seguir en el pasado
Ricardo Bussi será el gobernador
de la provincia. Sucede a su padre, el represor. La Alianza y el PJ discutían anoche por
el segundo lugar en el lento escrutinio, pero reconocieron el triunfo de Fuerza
Republicana. |
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Por Felipe Yapur
Desde Tucumán
Tal como
se preveía, aunque todavía sigue siendo incomprensible, los tucumanos siguen votando a
la familia Bussi, que una vez más triunfó en Tucumán. Sin datos oficiales y sólo con
encuestas de boca de urna, todos los contrincantes reconocieron el triunfo de Ricardo
Bussi. Mientras tanto, el peronista Julio Miranda y el aliancista Rodolfo Campero se
peleaban bajo la influencia de lo que parecía ser el síndrome Carlos Reutemann: los dos
juraban ser segundos y se achacaban mutuamente la responsabilidad del triunfo republicano.
Sin embargo, al cierre de esta edición, los datos oficiales, con apenas 7 por ciento de
las mesas escrutadas, daban una ventaja al PJ de diez puntos.
Más allá de que los datos que salían del Correo era guarismos que favorecían al
justicialismo, los popes del bussismo parecían no estar preocupados. Pablo Walter, un
legislador muy cercano a Ricardito, aseguró que en el interior, sobre todo en el
este tucumano, hay pocos sublemas y el peronismo es fuerte, pero en la capital somos más
fuertes y allí se verá la diferencia.
Sin embargo, y con anuncios que decían que la dinastía Bussi se perpetúa
caprichosamente en Tucumán, no hubo festejos. El propio Bussi ordenó a sus subalternos
la presencia de simpatizantes en la sede partidaria y en la casa de gobierno. Pero el ex
dictador se quedó con las ganas. En el bunker apenas un centenar de republicanos se hizo
presente y en la plaza Independencia brillaron por su ausencia. Claro que muchos hinchas
de Boca Juniors les ganaron de mano a los pocos bussistas y utilizaron la plaza para dar
vueltas olímpicas y las escaleras de la casa de gobierno para mandar saludos a los
hinchas de River y en un momento todos, algo más de 800 personas, decidieron darse vuelta
y mandaron un mensaje al general a los gritos: Asesino, asesino, fue primero y
después milico hijo de puta, la puta que te parió. Esto fue decisivo, el ex
represor dijo que no saldrá al balcón y su hijo asintió.
De todas formas los operadores bussistas seguían insistiendo en que las huestes del
gobernador estaban por llegar, una vez que toda esta gente se vaya el general
saldrá, aseguró tibiamente el secretario de Información Pública, Eduardo Komaid.
Pero parecía que la multitud bussista era conducida por el recordado general Alais. La
hinchada boquense vernácula nunca se retiró; de todas formas, el jefe de policía,
Roberto Véliz, tenía en el primer piso de la sede gubernamental un destacamento
antimotines listo para evitar cualquier tipo de desorden. Véliz estaba presto,
seguramente porque le debe mucho al general. Por ejemplo, el jefe policial tiene a su
esposa como candidata a legisladora por un sublema de Fuerza Republicana.
Igualmente, el gobernador ordenó que los fuegos artificiales preparados se lanzaran.
Hay demostrar que Tucumán está alegre, confesó un operador bussista. Sin
embargo, las calles del microcentro estaban prácticamente vacías; sólo algunos
fanáticos boquenses continuaban por las calles gritando sus loas al equipo de sus amores.
En la sede del Correo, en tanto, no había nadie. Allí estaba el centro de cómputos
oficial de la elección. Hasta las 21 prácticamente los representantes del PJ y la
Alianza se habían retirado, pero con el correr de las horas varios tuvieron que volver.
El primero en reconocer el triunfo bussista fue el candidato de la Alianza, Rodolfo
Campero: No puedo evitar mi tristeza, considero que los tucumanos se perdieron de
elegir al mejor gobernador para la provincia. Esta frase enervó a varios de los
asesores del candidato. Muchos de ellos sostenían que era demasiado temprano para
abrir la boca. Pero eso a Campero parecía no importarle. Hablaba con cuanto medio
periodístico se acercaba y hasta llegó a compartir una nota en vivo por una radio
localcon Bussi junior: Le deseo suerte en su gestión, dijo el radical y
pareció dolerle escuchar que el electo gobernador le decía que lo convocaba para poder
sacar adelante a la provincia.
Campero luego elaboró una teoría que parecía consolarlo: Tucumán se dividió en
tres, los dos tercios de la población no apoya a Bussi. Y eso es importante.
El peronismo, en tanto, manejaba siempre sus declaraciones en potencial. Miranda dijo que
habría ganado Fuerza Republicana, al menos así dicen las encuestas, y se
retiró. Me resisto a reconocer el triunfo de Bussi de acuerdo a las bocas de
urna, aseguró Sisto Terán, el candidato a vicegobernador. De todas formas, cuando
los primeros resultados oficiales comenzaron a darles una leve ventaja todos, incluido
Julio Miranda, volvieron al bunker para escuchar, con cierta esperanza, que las
preferencias tucumanas podían retornar al legendario partido de Perón.
La ciudad tucumana se fue a dormir con datos contradictorios. Tanto Bussi padre como hijo
aseguraron que eran los triunfadores, pero con cifras extraídas de encuestas realizadas
en bocas de urna. Pero después, con los primeros datos oficiales, los dirigentes de los
partidos democráticos comenzaron a tener una luz de esperanza. Pero esto recién
comenzará a dilucidarse con el correr de los días, cuando se determine exactamente
cuántos votos sacaron los casi dos mil sublemas que se presentaron.
EL CONSUELO DE LA ALIANZA Y EL PJ
La lucha por ser subcampeón
Por F. Y.
Desde Tucumán
Mientras
en la casa de gobierno el bussismo festejaba su continuidad en el gobierno, en los
diferentes bunkers de la oposición el clima era diametralmente opuesto. Los hombres de la
Alianza observaban sus propios resultados de boca de urna y se jactaban de ser el segundo
partido provincial. Pero los justicialistas no se quedaban atrás y ellos también juraban
que eran la segunda fuerza. Como si lo más importante fuera saber quién había perdido
menos, la oposición comenzó anoche una pelea absurda.
El justicialismo fue un poco más allá al sostener que el responsable del triunfo
bussista es la Alianza: Si ellos hubieran aceptado nuestra propuesta que les hicimos
llegar en diciembre de unirnos en un gran frente hoy la historia sería totalmente
diferente, aseguró Julio Miranda, quien además sostuvo, obviamente, que el PJ es
segundo partido de la provincia. En cambio, uno de los operadores, por lo bajo, le
preguntaba a un compañero: Le echamos la culpa a la Alianza. Nosotros llevamos a un
ex Ucedé y a un ex bussista. ¿Me querés decir cómo hacíamos para ganar?. Sisto
Terán, por su lado, acusó al gobierno nacional de apoyar al ex represor: El hombre
que más apoyó a Bussi fue Carlos Corach. Primero con los ATN y después recibiéndolo en
la Casa Rosada junto al presidente Carlos Menem. Allí también están los responsables de
nuestra derrota.
El candidato de la Alianza no se amedrentó y señaló a este diario que salí
segundo, parezco (Carlos) Reutemann, pero estoy seguro de que Tucumán perdió un gran
gobernador. En cuanto a los dichos del justicialismo prefirió no opinar:
Ellos que digan lo que quieran, los resultados demostrarán que la Alianza creció,
está segunda y que más temprano que tarde seremos gobierno.
Campero era la imagen de la desilusión: No entiendo, la verdad que no entiendo por
qué los tucumanos prefieren a estos personajes. Yo no puedo decir que el pueblo se
equivocó pero algo hay que hacer. El lamento generalizado de los opositores tenía
un premio consuelo, la lucha por el segundo lugar.
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