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Ricardo
Argentino Bussi es el menor de los hijos varones del ex dictador Antonio Bussi. El 29 de
octubre el vástago del militar sucederá a su padre en la gobernación de Tucumán y
enfrentará, sin ninguna experiencia previa, la conducción de una de las provincias más
conflictivas del país y con el índice de desocupación más alto. Pero a Bussi junior
eso parece no importarle: Sé perfectamente lo que enfrento y gracias a la tarea que
desarrolló mi padre sacaremos a Tucumán hacia adelante, dijo a Página/12 como si
todavía continuara en campaña. EL ANALISIS DEL TRIUNFO BUSSISTA El gobierno nacional utilizó la victoria de Ricardo Bussi en Tucumán para cuestionar a los medios de comunicación y así cubrir el evidente divorcio entre la administración Menem y la ciudadanía. El secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan recurrió a una frase del ex premier español Felipe González. "El resultado de una elección representa la distancia que hay entre la opinión pública y la opinión publicada", dijo el funcionario. En el ministerio del Interior ensayaron una autocrítica al cuestionar duramente a los dirigentes del justicialismo y la Alianza tucumanos. Con la intención de sacarle provecho a la situación, en la cartera política compararon el triunfo del hijo del actual gobernador tucumano con el de Alfredo Avelín en San Juan. "La gente vota a los gobernantes que responden a sus expectativas. Ricardo Bussi fue el más votado porque la gente cree que en definitiva su padre ha hecho un buen gobierno", dijo Kohan. El colaborador del presidente Menem rescató que Antonio Domingo Bussi cuando fue consultado sobre si apoyaría a la fórmula presidencial del PJ o de la Alianza, haya contestado que "vamos a votar a quien nos garantice la continuidad del actual modelo". En el ministerio de Interior la opinión era algo distinta. "La victoria de Bussi es un fracaso de los grandes partidos de origen democrático; la ratificación de un liderazgo local fuerte y la lamentable confirmación de que aunque algunos gobernantes hayan sido represores o miembros del Proceso no es motivo suficiente para que la ciudadanía les dé la espalda". "El triunfo de un partido de neto corte localista en Tucumán es similar al de Avelín en San Juan, donde la Alianza pactó inteligentemente con dos partidos que fueron colaboracionistas del Proceso". Pero el funcionario también guardó un párrafo para señalar que este resultado "arroja un hecho de fuerte impacto: que las denuncias por violaciones a los derechos humanos contra un determinado dirigente no movilizan ni impactan en la mayoría del electorado, si no, cómo explicamos este triunfo, el de Avelín, el acuerdo de la Alianza con (Roberto) Ulloa en Salta y la alta imagen positiva que tiene Luis Patti". El funcionario consideró que "a los tucumanos les quedó la impresión de que el fallido juicio político contra Bussi y la divulgación de que tenía una cuenta en Suiza eran maniobras orquestadas desde Buenos Aires y quizás, impulsado por lo que consideró una intromisión, reafirmó su intención de votar a Fuerza Republicana". Pero el colaborador de Corach también realizó una autocrítica en su rol de dirigente justicialista. "No hubo candidaturas sólidas del PJ o la Alianza. En nuestro caso se ratificó el divorcio que existe entre 'Palito' Ortega y el partido a nivel local tal como ocurrió en el '95 cuando Olijela del Valle Rivas perdió con Bussi padre y 'Palito' participó poco y nada de la campaña".
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