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La tragicomedia en capítulos que se conoció como el "caso Coppola" se reanudará mañana, cuando se abra el juicio oral por "tenencia ilegal de estupefacientes" contra Guillermo Coppola, Tomás "Paco" Simonelli y Héctor "Yayo" Cozza. En el mismo proceso, otro Coppola, Claudio, está acusado por "tenencia para comercialización". El caso saltó a la fama en octubre de 1996, cuando el juez de Dolores Hernán Bernasconi allanó la casa de Coppola y, en un jarrón de boca angosta, encontró 406 gramos de supuesta cocaína. El magistrado se había servido de las jóvenes Samantha Farjat, Julieta La Valle y Natalia De Negri, quienes rápidamente pasaron de ser "testigos protegidas" a protagonistas de escándalos en la TV. Las chicas terminaron acusando a policías "de elite" por fabricar pruebas: éstos están presos, como así también el propio secretario del juzgado de Bernasconi. La Cámara de Apelaciones tiene pedido el juicio político para el juez, y otros dos policías que declararán como testigos también están en la cárcel, pero por el crimen de José Luis Cabezas. Pese a que la tenencia simple tiene pena de 1 a 6 años y es excarcelable, Guillermo Coppola podría quedar detenido si lo condenan, porque en 1989 fue sentenciado por lesiones a un compañero de trabajo de su ex mujer, Amalia González. El 9 de octubre de 1996, el empresario futbolístico Guillermo Coppola fue detenido por orden de Bernasconi. Cinco días antes, en el allanamiento a su casa, se habían encontrado "406 gramos de cocaína" escondida en un jarrón (en los peritajes, la sustancia resultó contener sólo 10 por ciento de cocaína). Bernasconi lo acusó de "tenencia con fines de comercialización". Cinco días antes, el juez había apresado a Yayo Cozza, encargado de la disco Stone Ranch; a Paco Simonelli, representante de músicos de rock, y al remisero Claudio Coppola --sin parentesco con Guillermo--, acusado de venderles la cocaína. Y el 6 de octubre detuvo al ex futbolista Alberto Tarantini y a Natalia De Negri por tenencia de 12 gramos. En la investigación, Bernasconi había empleado al oficial de la Policía Bonaerense Daniel Diamante y a los cabos Antonio Gerace y Carlos Gómez, quienes, como "agentes encubiertos", se vincularon con las jóvenes Farjat, De Negri y La Valle. Pero, poco después, Samantha y Julieta confesaron que la droga por la que estaba preso Tarantini había sido provista por Diamante y "plantada" por ellas. El 19 de diciembre de 1996, el juez federal Gabriel Cavallo pidió el juicio político de Bernasconi para procesarlo por ocho delitos, entre ellos, liderar una "asociación ilícita" dedicada a cazar "ricos y famosos" fabricando pruebas. El juez, sin embargo, continúa en funciones ya que la bancada justicialista en Diputados se negó a suspenderlo. Cavallo detuvo a Diamante, Gerace y Gómez y a Roberto Schlagel, secretario del juzgado de Bernasconi, quienes siguen presos. Entretanto, la Cámara Federal de Mar del Plata declaró la incompetencia del juez Bernasconi y remitió las actuaciones a la Cámara Federal porteña, que cambió la carátula por "tenencia ilegítima de estupefacientes" y ordenó al juez Carlos Liporace que liberara a los detenidos, con la excepción de Claudio Coppola, acusado de "comercialización", que recién salió de la cárcel en abril último. Guillermo Coppola estuvo en la cárcel hasta el 14 de enero de 1997. En julio del año pasado, los fiscales Carlos Rivolo y Claudio Navas Rial solicitaron la elevación a juicio de la causa contra los cuatro que ahora serán juzgados: si bien las pruebas aportadas por Diamante y Gerace se habían declarado nulas, estimaron que otra línea de investigación, que incluyó la pinchadura a las líneas telefónicas de los imputados, sigue siendo válida. Varios policías llegarán esposados a prestar declaración testimonial: además de los detenidos Diamante, Gerace y Gómez, participaron en la investigación los ex oficiales Gustavo Prellezo y Sergio Cammarata, presos por el crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas. Albino Stefanuolo, abogado de Simonelli y de Claudio Coppola, dijo a este diario que "pediremos la nulidad de lo actuado, porque el juez Bernasconi dispuso intervenciones telefónicas sin hacer inteligencia previa, lo cual equivale a un allanamiento sin motivo fundado". El abogado de Coppola, Mariano Cúneo Libarona, destacó que "está probado que Guillermo sabía que lo iban a allanar, con lo cual resulta ingenuo pensar que iba a dejar droga en un jarrón; y de los 400 gramos, sólo el 10 por ciento era cocaína: esto va a ser central en nuestra estrategia".
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