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Ante lo que ven como idas y venidas yugoslavas, las potencias atlantistas decidieron mantener su apuesta por los misiles. La OTAN anunció ayer que continuará con la ofensiva aérea hasta que haya pruebas claras de la retirada de las fuerzas serbias de la provincia de Kosovo, porque la "firma de un papel" no alcanza. Las conversaciones entre militares de la OTAN y representantes del ejército y la policía yugoslavos en Macedonia para lograr un acuerdo de paz fueron suspendidas ayer, en un signo de que podrían caer otra vez en un punto muerto. El Grupo de los Ocho (G-8, las siete potencias industriales más Rusia) vuelve a reunirse hoy en Bonn. "Las discusiones aún están en curso", declaró prudente el secretario de Defensa norteamericano, William Cohen. "Aún quedan muchos detalles por resolver", de modo que "los bombardeos continúan", advirtió. El segundo día del encuentro entre los representantes de la OTAN y de Yugoslavia en la ciudad macedonia de Kumanovo quedó abortado ayer, después de que los militares yugoslavos anunciaran que no firmarían el acuerdo esa noche y que exigieran una resolución de las Naciones Unidas previa a la firma del documento. La reunión tiene el objetivo de lograr la firma yugoslava del acuerdo para un repliegue militar serbio, que es la condición para suspender los bombardeos, lograr una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y establecer una fuerza internacional en Kosovo. El plan de paz que la parte yugoslava evitó firmar ayer contempla una situación que dista de ser clara: no hay acuerdo sobre el cese de los ataques ni sobre la composición y el control de la fuerza de pacificación en Kosovo. Rusia ya anunció que pretende que haya dos contingentes, uno bajo su mando y otro a cargo de la OTAN, y que ambos respondan a las Naciones Unidas. Pero los aliados insisten en ser el núcleo duro de un único contingente. "El mando de la OTAN está fuera de discusión --sentenció William Cohen--. La participación rusa depende de ellos, aunque nosotros lo estamos deseando." Los aliados atlánticos insistieron en que las conversaciones "no son una negociación", porque la parte yugoslava sólo puede aceptar el documento o resignarse a que los bombardeos continúen. La delegación encabezada por el general Svetozar Marjanovic, jefe adjunto del Comando Supremo yugoslavo, solicitó una semana más que los siete días contemplados en el acuerdo para lograr el retiro de sus tropas. El militar serbio justificó el pedido por la falta de combustible para que sus vehículos se desplacen y por el nivel de destrucción de los caminos en Kosovo, causados por los ataques aéreos de la OTAN. También exigió garantías aliadas de que la guerrilla del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) --que se niega a ser desarmado-- no aproveche la retirada serbia para tomar el control en Kosovo. La OTAN amenazó con reanudar con toda intensidad los bombardeos si la parte yugoslava no firma el plan elaborado la semana pasada en la ciudad alemana de Petersberg por los emisarios de Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea y aceptado el jueves por el presidente Slobodan Milosevic. El vocero civil de la OTAN, Jamie Shea, declaró que la Alianza iba a continuar con su ofensiva aérea hasta tener pruebas convincentes de la retirada. "La firma de un papel no es suficiente para detener las operaciones aéreas. Los tanques deben cruzar los puestos fronterizos", disparó Shea desde la sede aliada en Bruselas. "Belgrado debe tener claro que la OTAN está decidida, resuelta, y que vamos a continuar con las operaciones aéreas hasta que los detalles del acuerdo sean firmados y veamos claramente que son aplicados", remató. La reunión entre las partes enfrentadas despertó por un momento la esperanza de que finalmente se llegue a un acuerdo. El ministro de Defensa alemán, Rudolf Scharping, se declaró confiado en que la retirada completa de las tropas yugoslavas se lograría entre siete y diez días. Scharping calculó que el plan de paz podría empezar a "aplicarse" este viernes. Pero la Alianza no descarta un estancamiento de las conversaciones. "Hubo escasos progresos esta tarde, se avanzó poco", aseguró ayer un portavoz atlantista, el comandante Trey Cate. Adelantó que un bloqueo del diálogo "es una posibilidad", y que es improbable que la Alianza tome alguna decisión en relación a los bombardeos antes de la reunión del G-8 hoy en Bonn. La OTAN denunció que continúan los combates en la zona de la frontera con Albania entre las fuerzas serbias y el UCK. El portavoz militar de la Alianza, el general Walter Jertz, advirtió que, si tales actos continúan, "las acciones aéreas de la OTAN serán intensificadas". La OTAN continuó ayer con los bombardeos sobre Kosovo, donde una persona murió y otra fue herida por disparos del UCK contra un vehículo en el que viajaban sindicalistas serbios, y otras cinco murieron por un disparo de mortero proveniente de Albania que impactó en una ambulancia. EL DIA DESPUES DE UNA GUERRA QUE AUN NO
TERMINO
The Guardian Por Jasmina Tesanovic En los últimos días ha habido noches sin que sonara la alarma aérea. Nos habíamos acostumbrado a esperarla hasta el amanecer y después nos íbamos a dormir esperando escucharla, como perros entrenados. Yo lloro y lloro. Pienso en estos últimos días, donde más soldados y civiles están muriendo porque los políticos necesitan más tiempo para afinar su acuerdo de paz. Cuento en mi cabeza aquellos hijos de amigos míos que sobrevivieron. Escuché que los serbios tendrán que limpiar el terreno de minas: nuestros hijos tendrán que hacerlo, no los paramilitares que las plantaron. Escuché que los serbios tendrán que pagar por las bombas que cayeron. Es como si los judíos pagaran el gas de las cámaras de gas. Terminamos rodando un film basado en los diarios que he conservado desde que comenzó la guerra. "Filmen la euforia en las calles de Belgrado", nos dice nuestro amigo alemán. Pero no hay euforia sino depresión. El concierto ritual patriótico de todos los mediodías en la Plaza de la República lleva a menos de 20 personas, y la mitad de ellos son linyeras que viven en la plaza. Entre el terror, mi hija recibió los resultados de sus exámenes. Sus calificaciones eran buenas, aunque no haya ido a la escuela desde el inicio de los bombardeos. Los extranjeros quieren que derroquemos a nuestro presidente electo, a quien ellos mismos están enjuiciando. El gobierno quiere que derrotemos a la OTAN. Y entre los dos estamos nosotros como rehenes, como idiotas. Como los animales del zoológico de Belgrado que devoraron a aquellos jóvenes, perdimos nuestros instintos animales, caminando sin atender a nuestra propia seguridad, arriesgando las vidas de nuestros propios hijos. Perdimos nuestras charlas en las noches de miedo y oscuridad. Lo que quedó es un escudo de lo que alguna vez fuimos. Estoy enojada y deprimida, como todos aquí. Cuando las bombas terminen, vamos a ser capaces de enfrentar nuestros problemas. ¿Pero encontraremos la paz en nuestras mentes? ¿Quién puede darnos una explicación creíble por la bomba que explotó en mi patio, matando a una gitana de 23 años, que ellos llaman "daño colateral"?
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