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ENTREVISTA A LAS FOLKLORISTAS TERESA PARODI Y MARIAN FARIAS GOMEZ
“Los artistas debemos seguir molestando”

Son referentes de distintas épocas del folklore argentino, pero han coincidido en muchas “elecciones de vida”. Con ese espíritu, realizarán por primera vez un espectáculo conjunto.

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Por Fernando D’Addario

t.gif (862 bytes)  La adrenalina de un año electoral ni siquiera rozó los pensamientos de Teresa Parodi y Marián Farías Gómez cuando decidieron que el espectáculo que realizarán el 19 y 20 de junio próximos en La Trastienda debe llamarse “Si tengo que elegir”. Una canción que lleva ese nombre, escrita en otros tiempos por Teresa y Enrique Llopis, fue el disparador formal. Sus vidas paralelas, esculpidas a través de coincidencias vitales, sueños comunes y exilios externos e internos, representan –en conjunto y por separado– una suma de elecciones. Que en muchos casos han sido políticas (desde el intento de renovación folklórica hasta la búsqueda de lenguajes que privilegian el humanismo por sobre una visión meramente paisajista de la música), y no necesariamente partidarias. “Las dos hemos tomado en nuestras vidas elecciones tremendamente parecidas”, coinciden en la entrevista concedida a Página/12. Se sabe que no son mujeres que derrochan el sí fácil. Marián, ligada en los ‘60 a los legendarios Huanca Hua y posteriormente solista, lleva años sin grabar por su negativa a adaptarse a los códigos que dicta el folklore oficial. Teresa, una de las responsables de que el chamamé fuera abordado desde otra perspectiva, también se encuentra hoy en una vereda no recomendable para los que diseñan la política de la arenga criolla sin contenido.
Entonces, la reunión, que podría plasmarse posteriormente en un disco, no suena descabellada. “Las coincidencias pasan por un concepto familiar parecido, por una formación cultural de mucha provincianía y por cosas que hemos elegido. En este espectáculo de alguna manera contamos nuestras vidas, a través de canciones que nos representan y de textos que tienen que ver con esas historias”, señala Teresa. El repertorio, que ya fue preestrenado en un reciente show realizado en La Plata, incluirá creaciones de Teresa, Serrat, María Elena Walsh, Alfredo Zitarrosa y clásicos correntinos y santiagueños. Chango Farías Gómez se hará cargo de la dirección musical.
–A pesar de coincidir generacionalmente, ustedes fueron referentes renovadores en distintas épocas y hoy ya son un clásico del folklore. Cuando se convierten en clásicos, ¿los músicos dejan de “molestar”?
Marián: No, cuando un artista está comprometido con su tiempo y con la gente, inevitablemente se convertirá en un clásico, y esto significa que las generaciones posteriores van a estar marcadas de algún modo por eso que una hizo. Y en cuanto se sigue tomando aquella ruptura como parámetro, el músico popular que se convirtió en clásico sigue molestando. Y hay que seguir haciéndolo.
Teresa: Y si no, fijate Atahualpa Yupanqui, a ver si molesta o no molesta... Cada generación es un eslabón en la cadena y después cada cual va poniendo de su propia cosecha.
–Sin embargo, los referentes siguen siendo artistas de hace treinta años. Frente a la hegemonía de Soledad y Los Nocheros, ¿no hay posibilidades de ruptura en los 90?
M: Llega un momento en la vida de los artistas en que tienen que pasar la posta. Eso es lo que queremos hacer nosotras, sobre todo porque vemos que los jóvenes están muy desorientados.
T: Ocurre que es difícil reponerse después de tanto silencio. Yo confío. El folklore tiene una gran fuerza interior. Estamos viviendo una etapa en que se privilegia una cultura light, y es lógico que la música también viva ese proceso, porque responde a lo que el sistema le propone. Pero ante eso siempre habrá resistencia. Ahora el resurgimiento folklórico parece monopolizado por la danza. Pero ojo, que no sólo bailamos. También pensamos.
M: Pero tampoco hay que menospreciar el baile, que surge con más fuerza en los períodos oscurantistas, como forma de manifestar emociones cuando no se puede hablar. En el norte de nuestro país, los pueblos comenzaron a manifestarse a través de la danza. Pero no es lo único. T: A mí siempre me dolió que en Corrientes jamás llegara a las letras del chamamé la angustia del pueblo. También es un poema de amor contar el sufrimiento del otro. El compromiso del arte es transformar en belleza las cosas más dolorosas. Yo noto que este momento del folklore, con el auge de lo llamado romántico, es similar a lo que se vivía durante la dictadura.
M: Por eso creo que nuestro compromiso debe ser como el de los juglares. Vivir la historia, y no que te pase por el costado mientras vos mirás para otro lado.
P: Tampoco hay que confundirse. Generalmente cuando se habla de compromiso se piensa que es una cuestión panfletaria. Y no tengo nada contra eso. Está bien, en su contexto. Pero la nuestra es una coincidencia ideológica, no panfletaria.

 

Vidas paralelas
Aunque tienen casi la misma edad, asomaron en el folklore argentino en distintos momentos. Marián Farías Gómez comenzó a ser conocida en el ambiente cuando reemplazó a Hernán Figueroa Reyes en los Huanca Hua, conjunto en el que cantó durante tres años. Luego inició una carrera solista que mantuvo su prestigio, a partir de sus espectáculos con figuras reconocidas, como Manolo Juárez, Chabuca Granda y el mismo Chango Farías Gómez, entre otros. Entre 1976 y 1981 sufrió el exilio. Hace más de diez años que no graba. Teresa, en cambio, tras un intenso trabajo en su Corrientes natal, se consagró en Buenos Aires en la década del ‘80 (“antes sufrí el exilio interno”, dice), y pertenece, junto con Antonio Tarragó Ros, a la denominada “renovación del chamamé”, aunque luego en los 90 también tuvo problemas para difundir su música.



Mujeres argentinas

–A diferencia del tango, e inclusive del rock, el folklore parece haber sido mucho más abierto para el surgimiento de mujeres.
M: La presencia fuerte de mujeres se manifestó en toda América latina, y tiene que ver con eso del matriarcado. La mujer llevó adelante las cosas. En mi familia, la que acicateó para que los Farías Gómez fueran quienes son, fue mi madre. Los Carabajal idolatran a su abuela. Y fijate la cantidad de mujeres que dieron y dan testimonio en Latinoamérica: Chabuca, Violeta Parra, Amparo Ochoa, Mercedes Sosa, e inclusive Soledad, que podrán decir lo que quieran, pero tiene una personalidad impresionante.
T: Pero también yo tendría que decir que como autora siempre tuve que rendir examen por ser mujer.
M: Es verdad. No ha sido tan grave como en el tango, porque las mujeres del folklore han sabido imponerse por lo que te decía antes, que es cultural, pero aún así hemos sido marginadas, no por la gente, sino por el ambiente y la industria. A una mujer nunca le ponen la misma pauta comercial que a un hombre. Claro que es como en las películas norteamericanas, que siempre tienen que tener un negro. Bueno, las discográficas contrataban a una mujer. Eso lo rompió ahora Soledad. Nunca se apostó tanto a una mujer como se apostó por ella. Y ahora todos quieren tener a una nueva Soledad en su staff.

 

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