El domingo el bussismo festejó el
triunfo. Pero el escrutinio provisional, cuando faltan escrutar 300 mesas, estableció una
leve diferencia a favor del PJ. Duhalde viajó a Tucumán y dijo que "la tendencia es
irreversible". Bussi denunció fraude y pidió que se abran las urnas. |
Por Felipe Yapur Desde Tucumán "Algo sucede de noche en Tucumán", dijo en la mañana de ayer Ricardo Bussi, quien se había acostado con la certeza de que había sido elegido gobernador y se despertó escuchando cómo los peronistas festejaban la victoria de su candidato Julio Miranda. Lo cierto es que el recuento de los votos fue favoreciendo al PJ, que se interrumpió dándole una leve ventaja y que en la noche de ayer los peronistas, con el gobernador Eduardo Duhalde a la cabeza festejaban haberle arrebatado la provincia a Fuerza Republicana, mientras el jefe de esa fuerza, el patibulario Antonio Domingo Bussi, en medio de un clima de desánimo entre sus partidarios denunciaba fraude y exigía apertura de las urnas y recuento de los votos "uno por uno". Ricardito se quejó dos veces. La primera fue al mediodía de ayer cuando su padre Antonio le ordenó que explicara lo que había sucedido ante la prensa nacional. Bussi junior, apenas conteniendo la bronca, se trasladó hasta la sede de Fuerza Republicana para decir que el domingo se acostó gobernador electo pero se levantó derrotado: "Algo sucede de noche en Tucumán", señaló en alusión al supuesto fraude. Pero este endeble argumento no fue suficiente y por ello, a la noche, y en el mismo momento del arribo de Eduardo Duhalde y Ramón Ortega a la provincia, denunció desde la antesala del despacho del gobernador que "hemos comparado los resultados de boca de urna con los que arrojó el correo. Y, en el caso de los números computados para intendente de la capital coinciden con las encuestas, pero en la grilla para gobernador hay grandes diferencias, esto es sospechoso. El resultado publicado no es el verdadero", indicó. Y anunció que hoy, cuando la junta electoral de comienzo al escrutinio definitivo se abran todas las urnas. El PJ festejaba desde las 17, en sede provincial del justicialismo, Miranda anunció oficialmente su triunfó: "Hemos derrotado a la dinastía que quería instalarse en nuestra provincia y convoco a todas las fuerzas democráticas para trabajar en pos de Tucumán". Poco más tarde, Duhalde, Ortega y el gobernador santacruceño Néstor Kirchner, llegaron para festejar. El bonaerense no dudó en enviar un mensaje al actual mandatario provincial: "Al general Bussi, que dice que hay fraude, le digo que ahora a los gobernadores no los eligen los comandantes en jefe, sino los votos. Por eso le insisto a Bussi, que cada vez que cuente encontrará más y más votos favorables al justicialismo". Uno de las visitas que llegaron hasta Tucumán y que causaron más de una sorpresa, fue la presencia del Señor Cinco, como se lo conoce al titular de la Secretaria de Información del Estado (Side), Hugo Anzorreguy. El jefe de los espías argentinos confió a Página/12 que su repartición hizo las únicas encuestas correctas de los comicios tucumanos" Nos daban un triunfo de Miranda por cinco puntos", dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Alegres y todo, los duhaldistas que llegaron hasta Tucumán se preguntaban cuál fue la razón por la que se produjo un resultado tan ajustado. Pese a lo precario de las cifras los peronistas locales ensayaban algunas explicaciones. Prácticamente todos los peronistas votaron lista completa. En cambio, los bussistas, de acuerdo a los datos arrojados por la junta electoral, sí cortaron boletas en la capital de la provincia, donde son mayoritarios. El candidato a intendente, el actual vicegobernador Raúl Topa desde hace tiempo mantiene una feroz interna con Bussi padre y sacó muchos más votos que Bussi hijo. Tampoco previeron los bussistas fue el crecimiento de la Alianza. Los votos que se trasladaron a la boleta de Rodolfo Campero provinieron, en gran medida, del bussismo capitalino. Según sostuvieron operadores de la radicalismo local, "son votos que retornaron al partido". Votos más o menos, lo que viene en Tucumán es una larga batalla que llevará adelante el bussismo. El ex dictador querrá evitar que su hijo viva lo mismo que él en los comicios del '91, cuando fue derrotado por Palito. En ese tiempo el anciano general también denunció fraude pero la justicia electoral no le hizo lugar y, a pesar de mandar a unos acólitos a realizar una protesta en la plaza frente a Tribunales, tuvo que esperar cuatro años para llegar a la gobernación. La junta electoral cerró el recuento cuando faltaban trescientas mesas y lo reiniciará hoy. La diferencia era mínima: el resultado oficial es 35,89 por ciento para el PJ y para Fuerza Republicana el 35,40 por ciento. Son pocos votos pero Bussi padre sabe que hay elementos que ya juegan en su contra. Le resultará muy difícil convencer a su tropa de que tiene que pelear para revertir los votos escrutados. Para ello sólo bastó con observar el clima que se vivió en la sede del bussismo cuando Ricardo anunció irregularidades, todos los presentes estaban como si participaran de un velorio. La fiesta del lunes fue toda para los peronistas que se solazaron cantando la marcha, las nuevos temas de Palito Ortega y el clásico "es para Bussi que lo mira por tevé".
SUSPENSO TOTAL DURANTE TODO EL
ESCRUTINIO Por F.Y. * A las 20.30 Miranda se retira preocupado, no hay datos oficiales, sólo las encuestas a boca de urna que dan como ganador al hijo del ex dictador Antonio Bussi. Sólo quedan Terán, el legislador Alberto Darnay y un grupo de militantes. "No puedo reconocer la derrota, esperemos los números y después hablamos", dijo Terán a Página/12 para agregar que "Corach nos dejó solos. El gobierno nacional ayudó a Bussi y a nosotros nos dejó a la buena de Dios". * Cuando se acercaban las 22 se conocieron los primero datos oficiales y, sorpresivamente, Miranda tenía una ventaja de siete puntos sobre Bussi junior. Darnay se acercó a Terán y le susurró al oído: "Tengo el presentimiento de que ganaremos por un margen menor que ése". El candidato lo miró como si estuviera delirando. Silvana, la mujer de Terán, llegó y dijo que "de aquí no nos movemos hasta el triunfo". Sisto acató sin chistar. * Batti, un obeso dirigente, descargó su humanidad en una silla y desde allí controló los informes de los fiscales. Dos colaboradores lo ayudaban mientras, con papel y lápiz, hacía las proyecciones: "No podemos cantar victoria, pero creo que al viejo (por Bussi) lo desbancamos de la Casa de Gobierno", dijo mirando a un incrédulo Terán que reconocía que no se iría a dormir. El reloj marcaba las 2.30, Miranda dormía en su casa mientras en la Casa de Gobierno los Bussi y algunos de los considerados "paladares negros" deliberaban sobre los datos que arrojaba el escrutinio oficial y el nerviosismo comenzaba a apoderarse del oficialismo provincial. * Bussi prácticamente no durmió, su hijo tampoco, pero eso no evitó que el escrutinio favoreciera minuto a minuto a Miranda. A partir de las 3 de la mañana la diferencia entre el PJ era de siete mil votos. Pero a partir de las 5 la diferencia se fue achicando. Silvana se enojó con Terán, su marido: "Dejame que anote yo los guarismos porque cada vez que vos agarrás el lápiz caemos en los votos", le dijo al candidato y, tal vez por casualidad, no se equivocó. * Darnay daba fuerza a la tropa con bebidas espirituosas. Esto llevó a que algunos entonaran la marchita pero sin mucho eco. Todos querían tener más votos escrutados para gritar. A las 6.30 Terán decidió que era hora de ser optimista y le dijo a su gente: "Ya hay casi material para festejar", pero luego se arrepintió a pesar de que había 5 puntos de diferencia. * A las 8.25 las caras en el bunker peronista estaban contracturadas, la diferencia con Fuerza Republicana disminuyó peligrosamente y sólo los separaba apenas el 1,54 por ciento. Pese a ello Terán no dejaba de responder a entrevistas radiales. Miranda no aparecía, prefería quedarse en casa. Terán caminaba por las paredes: "Estoy cortando bulones", le confió a este diario. * Cuando las casi diez personas que acompañaban a Terán querían comenzar a llorar por la escasa diferencia, Batti se levantó nuevamente de su asiento y dijo con autoridad: "Sisto, la cosa es simple, según los datos que tenemos, una diferencia constante de cinco mil votos puede reducirse al final en unos mil. Pero eso no importa. Sólo es preciso que los muchachos vayan al Correo y presionen". La propuesta fue aceptada por Terán y Darnay y varios comenzaron a llamar a punteros para que se dirijan al Correo. Desde el teléfono Miranda también coincidió con la propuesta. * Las 9.30 y un militante gritó: "Diez pesos por pera para comprar las bombas de estruendo para demostrar que somos peronistas". Todos pusieron lo que tenían y largaron la primera marcha peronista. El optimismo había vuelto al bunker. Miranda ordenó salir a la calle: "El triunfo tiene que ser nuestro, que los bussistas tengan que reconocer la derrota". A partir de ese momento todo fue más rápido. Hacia el mediodía Ricardo Bussi denunciaba manejos extraños en la manipulación de la información, pero los peronistas ya estaban por todos lados en las calles tucumanas gritando: "Y ya lo ve, es para Bussi que lo mira por TV".
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