Por Pablo Plotkin Los responsables creen que la
masividad que logró FM Rock & Pop en sus apenas 14 años de existencia tuvo que ver
con el hecho de haber sintonizado con una necesidad que las radios tradicionales no
contemplaban: la del público joven que quería escuchar rock. A través del tiempo,
varios de los conductores de Rock & Pop se volvieron figuras (sobre todo los que
incursionaron en la televisión), y ahora cada programa tiene la suya: Mario Pergolini,
Juan Di Natale, Elizabeth Vernaci, Lalo Mir, Bobby Flores. La radio tenía, empero, una
asignatura pendiente: el público del interior. En principio el motivo fue técnico:
recién ahora -con el proyecto de instalación de repetidoras bautizado Rock & Pop
Net la FM rockera llega a lugares como Corrientes, Tucumán o San Martín de Los
Andes, por ejemplo. Pero hay otro que es cultural: está claro que la mayoría de los
chicos del interior, el público al que apunta la empresa de Daniel Grinbank, no escucha
rock. Si bien esta tendencia varía según la ciudad (Santa Fe, Rosario y Bahía Blanca,
por nombrar algunas, son más rockeras), el gran público joven sigue prefiriendo las
radios de cumbia, chamamé y folklore. En medio de esta realidad aparece el Sprite Radio
Festival Tour 99, un camión de casi 20 metros de largo, equipado con un sonido de
seis kilovatios, que recorre las rutas argentinas y pretende llevar el rock a las
diferentes provincias. Como una misión.
La cosa es así: el móvil ancla en alguna ciudad, se transmite en vivo el programa de
turno, y una banda local toca en vivo sobre el techo del camión. Así Pergolini estuvo en
Bahía Blanca, el staff de Day Tripper -el ciclo de Di Natale en
Rosario, y Lalo Mir con el resto del equipo de Animal de Radio en la ciudad de
Corrientes, donde estuvo Página/12. En Punta Arazatí, una bajada verde al borde del
Paraná y bajo el puente que conecta Corrientes y Resistencia, el minoritario público
rocker correntino se acercó con mate y cerveza según el caso para ver en
vivo y en directo la transmisión del programa. La idea es generar una retroalimentación
entre conductores Martín Scicioli, además del ex Radio Bangkok y público.
El estudio está en uno de los lados del camión, se levanta una persiana metálica y el
staff hace el programa enfrentando a la gente. En Corrientes, por ejemplo, Lalo leía
noticias de diarios locales y el público devolvía silbidos e insultos a Romero Feris y a
Rafael Oreste Porelorti, el personaje corrupto del programa, típico funcionario venal.
Después tocó La Murga, una banda de ska festivo local, que provocó el fervor de sus
seguidores embanderados. La emisión terminó con la caída del sol, mientras los
técnicos de la radio desarmaban los equipos para volver a Buenos Aires.
El proyecto, que busca federalizar el número de oyentes y expandir la presencia de la
marca Rock & Pop más allá de la General Paz se renovará el sábado que viene con el
viaje que hará Bobby Flores a Neuquén. Si las cosas siguen el curso esperado por la
radio (y el que ciertamente resultó efectivo en Buenos Aires), en algunos años el rock
será un género más o menos masivo en todo el país. Considerando que aun en la capital
el rock goza de una popularidad relativa, para que eso ocurra debe faltar mucho.
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