Página/12

Un investigador de la UBA quiere buscar información en la página web de, por ejemplo, la Universidad de Princeton. Ya tecleó la dirección virtual y ahora espera. Deberá ser paciente porque la espera puede ser muy larga: la conexión de la universidad porteña con Internet está saturada, es lenta y no puede afrontar la creciente demanda de sus profesores y estudiantes. La escena, que se multiplicaba cada vez más en los últimos años, será abolida en treinta días. El Centro de Comunicaciones Científicas de la UBA (CCC) acaba de iniciar una reestructuración informática de toda la universidad, que duplicará la velocidad y la capacidad de trabajo en Internet, permitirá un aumento de la cantidad de usuarios, extenderá las conexiones a toda la casa de estudios y más: “No es simplemente un cambio tecnológico. Esta será la plataforma sobre la que van a desarrollarse la universidad virtual y la educación a distancia”, explicó a Página/12 Julián Dunaievich, integrante del consejo directivo del CCC.
El CCC fue creado en 1992 y, dos años después, instaló en la UBA la primera red informática de alta velocidad y con salida internacional de la Argentina. Un año después explotaba el mercado comercial de Internet. “Como todo pionero, el que arranca primero después se queda –comentó Dunaievich, del Departamento de Computación de Ciencias Exactas–. Ahora tenemos una red en la que cada unidad académica, cuando quiere utilizar Internet, cuando quiere intercambiar datos con otras universidades o facultades y con el resto del mundo, no lo puede hacer porque la red está saturada.”
A partir de ese diagnóstico, el CCC propuso el diseño de una “nueva topología de la red” que acelerará sus funciones. El proyecto fue aprobado por el Consejo Superior y, en el presupuesto de este año, se le destinaron 400 mil pesos para aprontar la infraestructura necesaria. Esa partida fue una de las amenazadas por el finalmente frustrado tijeretazo oficial.
“El fundamento de nuestra red es que, para bajar el costo del vínculo internacional, la UBA tiene una sola salida que luego distribuye la conexión con Internet entre sus facultades, sus colegios secundarios, el rectorado y algunas instituciones científicas como la Fundación Campomar y el Conicet, entre otras”, detalló, en diálogo con este diario, Juan Carlos Chervatín, decano de Ciencias Económicas y consejero directivo del CCC.
Por ahora, la red tiene la forma de una estrella, con su centro en la Facultad de Ciencias Exactas, en Ciudad Universitaria. Allí nacen todos los vínculos de la UBA con la red de redes. “Esto está produciendo un cuello de botella en nuestras comunicaciones –dijo Chervatín–. Por eso, vamos a trasladar la conexión central a Plaza Houssay, en el piso 18º de la Facultad de Odontología. La zona se eligió porque concentra muchas unidades académicas y nos permite bajar los costos de transmisión.”
Además del nodo central, se van a instalar nodos secundarios, conectados por microondas: el que está en Exactas será uno; otro se construirá en La Paternal (donde funcionan las facultades de Agronomía y Veterinarias); y habrá otro en la Facultad de Ingeniería (en la sede Paseo Colón). A su vez, los nodos secundarios funcionarán también como estrellas: desde Ingeniería se conectará la sede regional de la UBA en Avellaneda y, desde el de Exactas, se conectará la sede de San Isidro, hasta ahora aisladas.
“Hay varios edificios de la UBA que todavía no están vinculados con Internet y ahora van a poder estarlo”, destacó Alberto Dams, consejero del CCC y vicedecano de Ingeniería. Las sedes que carecen de conexiones pertenecen a las facultades de Psicología, Ciencias Sociales y Filosofía y Letras. Hasta hoy, cada facultad podía conectar sólo uno de sus edificios: por eso, las carencias se concentraban en las facultades con más de una sede.
“Con este cambio de topología, en 30 días, se va a duplicar, como mínimo, la capacidad de la red”, aseguró Chervatín. Además, el decano estima que en noventa días el nuevo diseño estará terminado. “Al dar mayor capacidad, va a haber más usuarios. Pero, fundamentalmente, va a mejorarla calidad. Se va a tardar menos tiempo en entrar en Internet –explicó Alicia Fernández Cirelli, titular de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA, de la que depende el CCC–. Va a ser como tener una avenida más ancha en la que entran y pueden circular muchos más autos.”

Algunas más, otras menos

“Internet es utilizada por miles y miles de estudiantes, profesores e investigadores de la universidad. Es una necesidad implícita para toda la comunidad académica. Es imprescindible del mismo modo que la luz, el teléfono o las tizas”, dijo Julián Dunaievich, quien fue el primer director del Centro de Comunicaciones Científicas. Pero, en realidad, la difusión de su uso depende de cada unidad académica. “Hay facultades que todavía tienen muy poca conexión, porque no han desarrollado su red interna. En las facultades más científicas se la usa más, y hay más conexiones que en las más humanísticas”, alertó Alberto Dams, vicedecano de Ingeniería. El aprovechamiento del nuevo vínculo entre la UBA e Internet que está desarrollando el CCC dependerá de la infraestructura con que cuenten las diversas sedes de la UBA. Desde el CCC se informó que las principales carencias de instalaciones se concentran en las facultades de Ciencias Sociales y de Filosofía y Letras.

para el tiempo... libre (si queda)

Cine. La Facultad de Medicina (UBA) lanza el ciclo “Recordando a nuestro cine”, desde ahora y hasta noviembre. Hoy, a las 16, se exhibirá “El jefe”, con posterior debate, en el Aula Magna, Paraguay 2155. Gratis.
Folklore. Mañana, a las 21, Juan Falú y Suna Rocha participarán del Encuentro Folklórico de Arte y Política, organizado por la Tendencia Estudiantil de Resistencia. En Uriburu 950, piso 1º.
Fotos. Hasta mañana, en el hall del Pabellón II de Ciudad Universitaria, se podrá visitar una muestra fotográfica sobre “Marchas y puebladas”, organizada por “La Marea” y estudiantes de Ciencias Exactas. Mañana, a las 17, el jurado premiará tres fotografías.