Por Felipe Yapur Desde Tucumán Luego de tres de días de
malas noticias, Fuerza Republicana mostró, a través de Ricardo Bussi y como si se
tratara de un triunfo, la resolución de la Cámara en lo Contencioso Administrativa que
ordenó a la junta electoral tucumana no suspender el escrutinio definitivo y menos
consagrar gobernador hasta tanto se defina si se hará lugar al recuento de los votos en
todas las urnas. Vamos paso por paso y lograremos el recuento voto por voto,
aseguró el candidato bussista en un intento por darse fuerza. Sin embargo, fuentes
judiciales confiaron a este diario que las posibilidades de que la Cámara acceda al
pedido del partido oficialista son, en el mejor de los casos, mínimas y el
recuento se hará de acuerdo a las actas que se confeccionaron en cada mesa electoral.
Pero más allá de las diferentes presentaciones jurídicas, los últimos guarismos
continúan dando ventaja al justicialismo sobre el bussismo.
Las últimas cifras son las siguientes: 95 mesas escrutadas de las 308 con 6760 votos para
el Partido Justicialista, 6396 para Fuerza Republicana y 5290 para la Alianza, lo que
mantiene la mínima ventaja general a favor del PJ.
La estrategia republicana consiste en presionar a la junta electoral a través de la
Justicia. El apoderado de FR, Javier Morof, presentó dos escritos. Uno de ellos fue
dirigido a la Cámara y cuya resolución es considerada por los bussistas como favorable,
aunque todavía no resolvió el pedido principal del partido oficialista. Esta causa
produjo muchos comentarios en los pasillos de los Tribunales locales. Varios juristas se
sorprendieron cuando se enteraron que los republicanos le hacen juicio a la provincia:
Antonio Bussi como presidente de Fuerza Republicana promueve una acción de amparo
contra la provincia, es decir contra sí mismo porque él es el gobernador. Esto se parece
mucho a la esquizofrenia jurídica, reflexionó un hombre de leyes tucumano.
La otra presentación judicial no corrió la misma suerte. Morof recusó al titular de la
junta y presidente de la Corte Suprema, Alfredo Dato, por considerarlo un hombre muy
cercano al orteguismo. Pero fue rechazada de plano y significó un duro golpe para los
bussistas porque uno de los jueces que firmó la desestimación fue el juez Héctor Area
Maidana, quien se desempeñó como secretario de Gobierno durante el primer año de
gestión de Antonio Bussi en 1995 y como diputado provincial entre 1989 y 1991. Entre los
bussistas es considerado, al menos hasta ahora, un hombre del general.
El predio ferial donde se realiza el escrutinio definitivo es un constante peregrinar de
apoderados partidarios y fiscales de los miles de sublemas que participaron de la
elección del domingo pasado. Cada uno de ellos sigue con celo el recuento de los votos de
las 308 mesas que no fueron controladas por el Correo. Pero no pierden el sentido del
humor y el chiste que más se escucha entre los fiscales peronistas es el siguiente:
Dicen que viene a Tucumán Moria Casán para que le diga a Ricardito: si querés
llorar, llorá.
Entre los bussistas no hay bromas. Están concentrados en la contraofensiva sobre la junta
electoral. Convencidos de que el principal enemigo dentro de la junta es su presidente,
lanzaron una gran pegatina. Ayer, por ejemplo, las paredes tucumanas amanecieron tapadas
de carteles con la siguiente leyenda: Doctor Dato, abriendo las urnas surge la
verdad. El pueblo de Tucumán.
Pero en el predio donde se cuentan los votos también se hace presión. Cada vez que se
abre una de las 308 urnas los fiscales republicanos presentan alguna impugnación que debe
ser resuelta por Dato y el otro integrante de la junta, el ministro fiscal Antonio Gandur.
Es una formade actuar para desgastarlos, confió uno de los ayudantes de los
miembros de la junta.
La contraofensiva también es mediática. Ayer se publicó una solicitada dirigida, una
vez más, a Dato, donde le recuerdan antecedentes de la apertura de todas las urnas en las
elecciones de 1973. De la misma forma, un equipo de militantes bussistas recorre las
escuelas de la provincia tratando de hallar votos, planillas o cualquier elemento que les
permita encontrar elementos para justificar su denuncia de irregularidades. Mientras
tanto, operadores bussistas buscan convencer a los periodistas sobre la recuperación de
votos que están logrando en este escrutinio definitivo que les permitiría triunfar,
según su razonamiento, en caso de abrir todas las urnas.
Te juro que si contamos voto por voto vos ganás, Ricardo. Es más, si la diferencia
es menor de 10.000 votos no te dejo asumir, le dijo un colaborador republicano al
hijo del ex represor cuando regresó exultante de la junta electoral con la buena noticia
de que tienen 51 votos más. El candidato republicano sonríe, aunque siempre con una
mueca de resignación, y anuncia que en un par de días hará colocar mesas en las calles
de la ciudad. Queremos que la gente nos apoye firmando un petitorio donde se
exigirá a la Justicia que abra todas las urnas, aseguró Ricardo mientras piensa si
dará el okey a un acto de repudio a la junta electoral.
Sin duda, la iniciativa hoy la tienen los bussistas. Los peronistas han decido mantener un
perfil más bajo. Han desaparecido de la escena y se ríen cuando recuerdan que el
presidente Carlos Menem afirmó que está convencido del triunfo de Julio
Miranda. El viejo Bussi está solo. Hasta el Turco salió del lado nuestro, se
jactó un operador mirandista.
Recuento voto a voto El candidato presidencial de la Alianza, Fernando de la Rúa, sostuvo que
para solucionar el conflicto creado alrededor de las elecciones de Tucumán lo mejor era
que se hiciera un recuento voto a voto, en coincidencia con la postura
sostenida por el gobernador de la provincia, Antonio Domingo Bussi. Desde Córdoba, en
donde se encontraba en visita de campaña, De la Rúa calificó como muy
extraño lo sucedido en Tucumán. En los comicios del domingo pasado, el escrutinio
provisorio terminó dando como ganador con un resultado muy ajustado al justicialista
Julio Miranda, cuando todas las encuestas de boca de urna daban al frente a Ricardo Bussi.
El candidato de la Alianza, Rodolfo Campero, quedó tercero lejos. |
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