Por A.H.M. A pesar de que se encarga de
negarlo públicamente, Carlos Corach está muy preocupado por la suerte que puede correr
su pliego de senador porteño por la minoría. El ministro del Interior se enteró en los
últimos días que si los bloques de la Alianza y Nueva Dirigencia se oponen a consagrarlo
como miembro de la Cámara Alta, Eduardo Duhalde no va a mover un dedo por el operador
menemista ya que, aunque sabe que la presencia de Corach en el Senado le vendría muy
bien, no quiere pagar el costo político del escándalo que se generaría con el rechazo
de la Legislatura porteña.
Sobre Corach, los duhaldistas aclaran: Por supuesto que es necesario, quién
rechazaría a un operador de semejante calibre. Pero nosotros no vamos a pagar el costo
político de tener que forzar su proclamación en la Legislatura. Mientras, desde la
Alianza reclaman que el pliego llegue sin ningún tipo de cuestionamientos, lo que implica
que la Corte Suprema resuelva cuanto antes el recurso de queja presentando por Claudia
Bello invalidando la elección del 11 de abril.
Corach, enterado de esta posición, comenzó a trabajar desde hace unas semanas para
unificar la posición del bloque justicialista, donde se hicieron públicos los primeros
resquemores a la aprobación de su pliego. Es como un fierro caliente, tenemos el
bloque dividido, y nadie quiere poner la cara, confiaron a Página/12, en la bancada
peronista.
En sus contactos con el gobernador bonaerense para acordar una acercamiento entre el
menemismo y el duhaldismo a nivel nacional, Corach también le pidió un apoyo a su
pliego. La respuesta de Duhalde fue positiva, pero el ministro se quedó con un sabor
amargo, ya que sabe que el candidato presidencial no le ordenó a su gente que modifique
su negativa a concederle la senaduría. La voz cantante de la disidencia la llevan Jorge
Argüello y Juliana Marino. Sobre ellos, en el bloque del PJ señalan: están
agitando de tal manera el clima que el pliego, en lugar de pasar por la Legislatura como
un trámite, que es lo que debería pasar, se va a convertir en un botín de la campaña
presidencial.
En el Ministerio del Interior consideran que los duhaldistas porteños están
azuzando al Frepaso y a los radicales para que armen un escándalo y con ese marco va a
ser imposible conseguir una definición de Duhalde al respecto. Pero esta
indefinición de Duhalde tiene directa relación con el enorme disgusto que le provoca al
gobernador leer las listas de candidatos a diputados y legisladores por la Capital
Federal, un distrito en el que tiene que remontar 700 mil decisivos votos en relación con
la Alianza. Con la idea de introducir algún cambio, el gobernador recibió el lunes
pasado al candidato a jefe de Gobierno, Raúl Granillo Ocampo.
La charla se centró en la forma en que se realizará la campaña y en el deseo del
candidato presidencial peronista de colocar a extrapartidarios y dirigentes con mejor
imagen en las nóminas de postulantes. Corach y el secretario de Seguridad Interior,
Miguel Angel Toma, están de acuerdo, pero el ministro, quien se encontraba de gira
oficial en Guatemala, sufrió una verdadera rebelión en su granja cuando un grupo de
funcionarios que figuran en las listas se reunió para enviar un mensaje: no vamos a
permitir que nos saquen de un lugar en donde nos colocaron los afiliados. Para mover
a algunos dirigentes de la lista, los duhaldistas utilizan como argumento el escándalo
que rodeó a la elección interna y a la presentación judicial que fue saldada en favor
de Corach por la jueza María Romilda Servini de Cubría, aunque después Bello elevó su
queja al máximo Tribunal.
El discurso de Argüello respecto de la situación del justicialismo porteño era mucho
más duro que el de Duhalde, pero ayer en un acto de apoyo al sector que lo representa en
el distrito, el gobernador dijo: con este peronismo no alcanza. Es necesario renovar
el partido y las instituciones. Quememos los padrones y comencemos a trabajar de
cero,generando una nueva mística. Cuando Duhalde terminó de cerrar esta frase,
Argüello, Alberto Iribarne y Julio Bárbaro dejaron escapar una sonrisa.
Esta señal pública de disconformismo significó el lanzamiento de una ofensiva para
destronar al menemismo en el distrito y dejó las puertas abiertas a la posibilidad de que
la boleta presidencial Duhalde-Ramón Ortega también la lleven otros partidos. Una señal
enviada a hacia Domingo Cavallo, con quien Duhalde negocia un acuerdo.
Un furcio de Duhalde El candidato presidencial del PJ, Eduardo Duhalde, aseguró ayer que
después de Perón, voy a ser el mejor presidente que haya tenido la
Argentina. En lo que constituyó una verdadera provocación a Carlos Menem, el
único peronista que se había atrevido a ponerse al mismo nivel del fundador del
justicialismo, el gobernador bonaerense prometió quedar en la historia. También se
posicionó en la discusión sobre los índices de pobreza al señalar que es fácil
decir que se reparte mal la riqueza, pero el tema es cómo le ponemos el cascabel al gato.
Para eso, se necesita poder y coraje. En un acto de apoyo al duhaldismo porteño,
que encabezan Jorge Argüello, Alberto Iribarne, Julio Bárbaro, Roberto Digón y Alberto
Fernández, el candidato presidencial del PJ no pudo evitar caer en un furcio de carácter
histórico: Vamos a trabajar para el 24 de marzo, dijo Duhalde confundiendo la
fecha del golpe de Estado que derrocó a Isabel Perón con el 24 de octubre, fecha de las
elecciones nacionales de este año. |
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