Página/12
en Bélgica
Por Eduardo Febbro
Desde Bruselas
La OTAN
reemplazó ayer sus asiduos partes de guerra por una sonrisa victoriosa y escuetos
comunicados con el desarrollo de los últimos movimientos de las tropas, tanto las
serbias, que salen de Kosovo, como las de la fuerza internacional de paz, la KFOR, que se
apresta a ingresar en la provincia de la ex Yugoslavia. La alegría de la paz
quedó sin embargo ocultada por el grueso nubarrón que tapó el cielo de la OTAN cuando,
ante la sorpresa general, las tropas rusas atravesaron Serbia y ya entraron en Kosovo,
según los medios serbios, aunque desde Moscú se dijo que las tropas estaban a las
puertas de la provincia. Los rusos buscan imponerse en el terreno por
encima de la autoridad unificada de la OTAN, que pretende mantener a los rusos
bajo sus órdenes. La confusión es total, nadie sabe nada, ni dónde están, ni por
qué están ahí, admitió ayer por la tarde un miembro de la OTAN luego de que el
Consejo permanente de la Alianza se reuniera de urgencia para analizar la situación.
La OTAN confirmó en su sede de Bruselas que alrededor de 4000 soldados
serbios habían abandonado Kosovo el viernes por la mañana. Pese al fin de los bombardeos
ordenado la víspera por el secretario general de la Alianza Atlántica, Javier Solana,
fuentes aliancistas advirtieron que los aviones seguían sobrevolando la región. El
viernes, los aparatos realizaron 399 salidas consagradas esencialmente a misiones de
reconocimiento y patrullas. Simultáneamente, las fuerzas de la KFOR continuaban
llegando a Macedonia, donde actualmente hay poco más de 20 mil hombres. Las tropas
francesas, estacionadas en la localidad de Kumanovo, en Macedonia, esperan el visto bueno
del comando unificado para entrar en Kosovo, igual que los británicos, estacionados en
Blace, Macedonia.
Muy diferente es la situación de los rusos, que son hoy la manzana de la
discordia del plan de paz. Los soldados rusos que participan en la KFOR ocuparon el
terreno con 500 hombres que llegaron el viernes por la tarde a la región de Nis, a unos
200 kilómetros de Belgrado. Los 16 transportes de tropas, 23 camiones llenos de soldados,
tres jeeps y dos vehículos de transmisión avanzaron hasta encontrarse a unos 80
kilómetros de la frontera administrativa de Kosovo. Este contingente salió de Bosnia
Herzegovina, donde formaba parte de la SFOR, la Fuerza de Estabilización desplegada en
Bosnia luego de los acuerdos de paz de Dayton. En total, poco más de 1500 hombres hacían
tiempo en varios aeropuertos de la zona para entrar en la provincia pero con un telón de
fondo más antagónico: Moscú y los occidentales congelaron ayer sus negociaciones con
vistas a pactar las modalidades operativas de la KFOR y el sistema de mando de la fuerza.
Según trascendió en Bruselas, las imprevistas tropas rusas son la cabeza de puente del
resto de los soldados.
La OTAN aseguró ayer que Moscú había dado serias garantías de que sus
hombres no ingresarían en Kosovo sin un acuerdo previo. Sin embargo, el rápido
despliegue de los ejércitos de Boris Yeltsin sorprendió a los expertos de Bruselas, ya
que Rusia y la OTAN aún no se pusieron de acuerdo sobre los elementos fundamentales del
funcionamiento de la KFOR. Fuentes de la Alianza insistieron ayer en recalcar que Moscú
no había cedido en su exigencia de ocupar un sector ruso independiente del
comando unificado de la OTAN. La situación parece tanto más delicada cuando que las
discusiones con la OTAN y los norteamericanos atraviesan por un período crítico. Ayer
por la noche Moscú repitió que estaba decidido a decretar un sector propio
sin pasar por la OTAN, es decir, a través de un dialogo directo con las autoridades de
Belgrado. La Alianza Atlántica pretende que la KFOR, en cuyo seno habrá 10.000 soldados
rusos de un total de 50.000, funcione bajo un comando aliado unificado. Un principio
rechazado por Moscú que propone arreglar el diferendo mediante discusiones directas con
Belgrado. Sin embargo, el plan de paz no autoriza a la ex Yugoslavia a cursar
autorizaciones ni tampoco a dar su opinión sobre el funcionamiento de la KFOR. La
arquitectura del acuerdo dividió en cinco sectores operacionales el despliegue de la
fuerza internacional, cuyos primeros protagonistas serán únicamente los países miembros
de la OTAN: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia.
Gran Bretaña inicia hoy el primer trabajo
sucio
Los efectivos británicos
encargados de la limpieza de minas serbias serán la primera fuerza que haga hoy su
entrada en Kosovo. |
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The Guardian
de Gran Bretaña
Por Will Woodward
y Richard Norton-Taylor
Desde Londres
Primero entrarán los
que hagan el trabajo más riesgoso. Las tropas del escuadrón 21 de limpieza de minas
terrestres Royal Engineers, serán las primeras fuerzas de la OTAN que entren hoy en
Kosovo por la ruta desde Macedonia. Las primeras tropas aerotransportadas lideradas
por el primer batallón del regimiento de paracaidistas y acompañadas por el Royal Gurkha
Rifles, serán trasladadas en helicóptero a las montañas que miran hacia el
angosto paso de Kacanik, a través del cual el blindaje pesado emprenderá su camino. Las
unidades blindadas se tomarán su tiempo: el Paso un desfiladero de seis millas,
rodeado de montañas de 6000 pies en la frontera entre Macedonia y Kosovo es
señalada como la ruta más minada en la historia.
Los serbios prometieron brindar información sobre la ubicación de las minas terrestres,
lo que hace presumir que los limpiadores de minas negociarán su paso en cinco horas. Pero
podría demandar más tiempo. Dos túneles y puentes cruciales deben limpiarse si se
pretende que la operación se realice con tranquilidad. En cambio, si deben descartarse,
podría llevar días establecer otra ruta alternativa. Ochenta tropas del equipo de
Eliminación de Artefactos Explosivos (EOD), parte de los Royal Engineers, cruzarán desde
su base en camiones Black Mamba vehículos resistentes a las minas, a los que el
Ministerio de Defensa describió como transportes que tienen un artefacto de
choque en su parte delantera para levantar la tierra. Los Black Mambas se
mantendrán cuidadosamente en los caminos principales pavimentados, que son los que
muestran las señales más obvias de haber sido minados. El equipo cuyo segundo al
mando es una mujer, la capitán Verity Orrell-Jones procederá cautelosamente.
Aunque los camiones son resistentes a las minas, la limpieza de las minas, llamadas
verdes en el léxico militar, deberá hacerse a mano.
Un problema común en Bosnia son los árboles tirados en el camino. Cuando los vehículos
intenten esquivarlos, podrían explotar por las minas ocultas debajo de ellos. Un vocero
del Ministerio de Defensa británico describió al equipo como altamente
entrenado y conocedor de todas las minas que pueden encontrar. Pero todo
eso indica que el trabajo es muy peligroso. Para buscar las minas, los soldados usarán un
instrumento como un clavo largo, al que deberán introducir tres o cuatro pulgadas en la
tierra a un ángulo exacto de 30 grados. Si el ángulo no es el correcto, el soldado
arriesgará su vida y la de sus colegas. Muchas de las minas que están buscando
pertenecen a la herencia soviética. Las minas más potentes antitanques de los serbios,
las TMRP-6, enterradas a tres pies, son capaces de destruir un tanque Challenger. Las
minas más pequeñas antiinfantería, a menudo del tamaño de un teléfono celular, son
menos peligrosas pero más frecuentes, y suelen estar a unos pocos centímetros de la
superficie. Algunas, de plástico, son mucho más difíciles de detectar.
Parte del trabajo de los soldados que limpian las minas consiste en estar tirados boca
abajo, punzando la tierra. Van a ser muy cautelosos. Lo harán muy lentamente,
dijo un vocero. Los ingenieros también estarán muy alerta a los cazabobos, los que ellos
llaman IED (Artefactos Explosivos Improvisados).
A medida que las tropas del escuadrón 21 marchen por el Paso de Kacanic, tendrán
protección aérea para detener los posibles ataques de fuerzas serbias descontentas que
estén operando unilateralmente. Las misiones de reconocimiento de la OTAN han estado
inspeccionando el área durante semanas. El general Michael Jackson, el oficial británico
que comanda la fuerza internacional de 50.000 efectivos (KFOR), dijo ayer que planeaba
estar en Pristina, la capital de Kosovo, hoy a las cinco de la tarde. El militar estará a
cargo de la coordinación y organización de la entradaen Kosovo la OTAN
se mostró deliberadamente tímida a la hora de utilizar términos más duros para
describir la llegada de las tropas.
Si el ambiente es lo suficientemente permisivo, los contingentes de Gran
Bretaña, Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos podrían establecer una franja de
seguridad de 25 kilómetros en Kosovo en seis horas. A los pocos días, los primeros
refugiados albaneses podrían iniciar su retorno.
Traducción: Celita Doyhambéhère
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