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Dos empresas privadas norteamericanas, Geron de California y Advanced Cell Therapeutics (ACT) de Massachusetts, están experimentando la clonación de embriones humanos, según informó ayer The Washington Post. Las dos empresas precisaron que su objetivo no es producir por clonación un ser humano completo, sino intentar utilizar los embriones como bancos de células madre. Eso, sostienen, implica un avance considerable en el tratamiento de numerosas enfermedades crónicas, desde la diabetes hasta el mal de Parkinson. Sin embargo, la noticia generó una nueva polémica ya que esa experimentación dejaría a los científicos a un paso de implantar ese embrión clonado en un útero de mujer y permitir el nacimiento del primer ser humano clonado. Geron y ACT están experimentando con fondos privados. El presidente Bill Clinton ha prohibido explícitamente el empleo de fondos federales en experimentos sobre clonación humana. Clinton también desea que se declare ilegal cualquier investigación, pública o privada, en esa dirección, pero no ha conseguido imponer sus tesis, que son objeto de una encendida polémica en el Congreso, el Instituto Nacional de Salud (NIH) y la comisión presidencial sobre Bioética. Entretanto, el sector privado, con financiación propia, está avanzando en la creación de las bases para un sector que puede resultar tan lucrativo como importante en la lucha contra la enfermedad. Las dos empresas de California y Massachusetts pretenden crear por clonación embriones que sirvan como cosecha de células madre susceptibles de ser utilizadas en el tratamiento de diversos males. Sin embargo, se trata de los primeros intentos sostenidos y abiertos de crear embriones humanos por medio de la clonación. Y los científicos creen que esta experimentación inevitablemente permitirá a otros resolver dificultades técnicas para clonar seres humanos. El problema es establecer las diferencias éticas y legales entre clonar embriones humanos para investigación médica y hacerlo como una alternativa a la reproducción humana. Las opiniones científicas a favor de la clonación terapéutica han evitado hasta ahora que el Congreso norteamericano vote a favor de una prohibición de este tipo de experimentación, como ya sucedió en otros países. Los legisladores también deberán debatir en los próximos meses hasta qué punto se pueden utilizar fondos federales para estudiar las células madre embrionarias. Creo que la gente no se da cuenta de que estamos hablando de células que no se han convertido en nada aún. No hay manos ni pies, y creo que buena parte del debate es sobre imágenes mentales que palabras como embrión implican dijo Michael West, presidente de Advanced Cell Therapeutics (ACT). Impedir que la ciencia use células para curar enfermedades humanas sería un terrible paso atrás. Sin embargo vuelven a aparecer opiniones encontradas, ya que se trata de crear embriones humanos con el propósito de destruirlos para cultivar sus células, una idea rechazada en Estados Unidos sobre todo por sectores vinculados con la Iglesia. George Annas, de la Universidad de Boston, insistió ayer en que el embrión es un ser humano desde el momento de la concepción, por lo que cultivar embriones como bancos celulares sería abominable. Pero otros científicos reiteraron su tesis de que el embrión no puede ser considerado una persona hasta que tiene 14 días, cuando aparecen las primeras manifestaciones del sistema nervioso. La investigación de Geron parte de tomar material genético de una célula humana e insertarlo en un óvulo humano cuyo ADN ha sido previamente removido. El director científico de la compañía, Calvin Harley, dijo que a largo plazo esperan aprender a obtener células madres de otras fuentes que no sean embriones, pero no saben cuánto tiempo demandará alcanzar esa técnica. Por lo que por ahora trabajarán en embriones clonados. En el caso de ACT donde el área de Biología Celular está dirigida por el argentino José Cibelli, el procedimiento es distinto. La compañía trabajó con un embrión generado a partir de una célula humana y un óvulode vaca, cuyos genes habían sido extraídos. Como la difusión del método generó polémica, el año pasado ACT informó al Congreso norteamericano que había suspendido la investigación hasta tanto avanzara el debate ético. Pero en el último tiempo han reiniciado esa línea de experimentación. No dejamos que los embriones superen los diez o doce días antes de destruirlos dijo Cibelli al Post. Estamos investigando cuáles son los mejores tipos de células para usar en este caso e intentamos mejorar la eficacia. Los investigadores rechazan las críticas desde el punto de vista ético. Se puede decir de todas las tecnologías útiles para la humanidad que pueden ser volcadas hacia aplicaciones antiéticas dijo Harley, de la empresa Geron. Es la responsabilidad de la sociedad entender la tecnología y asegurar que existan salvaguardas apropiados. Por su parte, Cibelli dijo esperar que la perspectiva de un generalizado rechazo público evitará que los científicos apliquen su descubrimiento a la clonación de seres humanos. Hay mucha controversia sobre la clonación humana para hacerlo dijo. Pero finalmente, la mente humana es complicada.
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