Bill Clinton ya dejó en claro que la factura por la reconstrucción de los Balcanes hay que pasársela a Europa. Mientras nadie le garantice que las empresas de su país se quedarán con la mayoría de los contratos, el grueso de los 12.000 millones de dólares presupuestados para la guerra de Kosovo se concentrará en la renovación del ejército de Estados Unidos. Sólo reemplazar la munición gastada por el Pentágono en las 11 semanas de bombardeos le supone a la industria norteamericana mil millo
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