Por Felipe Yapur Desde Tucumán Finalmente la junta electoral
tucumana terminó con el recuento de las 308 mesas que no habían sido escrutadas por el
correo. El PJ amplió su ventaja en 1229 votos y obtuvo al fin del escrutinio provisorio
una diferencia de casi 4000 votos sobre el candidato de Fuerza Republicana (FR), Ricardo
Bussi. En el bunker del hijo del ex dictador, aunque todavía no lo digan públicamente,
tratan de digerir lo que ya consideran una derrota irreversible. Y como soldado que se
rinde sirve para otra guerra, ya planifican en voz baja el futuro político del fallido
candidato a gobernador y sus adláteres. Lo primero, coinciden todos, es desligarse
de la pesada mochila que representa, incluso para Ricardo, el ex hombre fuerte
de la provincia: Antonio Bussi. Lo segundo una alianza con el actual hombre fuerte del
bussismo, el vicegobernador Raúl Topa, a quien Bussi padre no quiere ni ver.
Los ricardistas están anímicamente destruidos. Sin embargo, intentan mantener la cabeza
fría para enfrentar los dos escenarios posibles que se les presentan. Ellos los
denominan, de acuerdo al origen del partido en que militan, la guerra o la paz.
Nosotros optamos por la paz, seguiremos los pasos que prevé la Justicia para
reclamar lo que creemos que es válido, aunque estamos seguros que no tendremos una
respuesta positiva, reconoció a este diario uno de los hombres más cercanos al
frustrado candidato republicano. La misma fuente sostiene que el camino de la guerra
es el más cómodo para el general, pero nosotros no lo compartimos. Es más,
creemos que es el peor de los escenarios porque perdemos seguro. De todas formas y
en un último esfuerzo, Ricardo viaja hoy a Buenos Aires en busca de un salvador apoyo y,
de paso, realizará una conferencia de prensa.
El camino judicial o de la paz, optado por el ricardismo, y que según éstos no tendrá
buen destino, finalizará cuando sus reclamos lleguen a la Corte local: Allí nos
esperan (Alfredo) Dato y (René) Goane, por lo tanto rechazarán nuestros pedidos. Esto no
tiene retorno, confesó casi sin consuelo otro de los asesores del hijo del ex
dictador. La pelea con Dato, el actual presidente de la junta electoral, es reciente. La
desconfianza con Goane la arrastran desde que éste presidió, en su condición de
presidente de la Corte, el juicio político contra el anciano general que se sustanció en
1998 por las cuentas suizas. Pero los muchachos de Ricardo también consideran el frente
interno. Saben que el tiempo juega a su favor; Ricardo tiene recién 36 años y puede
sobrevivir políticamente a una derrota. Bussi, de 73 años, está solo, desesperado
y es capaz de cualquier cosa, sostiene el ricardismo, al tiempo que resalta que los
paladares negros del militar fueron ampliamente derrotados. Todos encabezaron
sublemas que no alcanzaron ni siquiera el piso de votos necesario para pelear alguno de
los cargos en disputa.
Ricardo y sus hombres ya comenzaron a conversar con el sector que lidera el actual
vicegobernador e intendente electo de la capital provincial Raúl Topa. Una buena
relación con Topa es fundamental, ya que los guarismos no favorecen al ricardismo en la
conformación de la próxima Legislatura y menos en el Concejo Deliberante de la capital.
Algo similar le ocurre a Topa y ésta es la razón por la cual Bussi junior cree que el
intendente electo aceptará una alianza.
Pero el acercamiento con Topa tiene también un escollo cercano: son las elecciones
nacionales del 24 de octubre. En Tucumán se elegirán los próximos diputados nacionales.
En la FR, al igual que en el PJ pero por motivos diferentes, muchos dirigentes se están
anotando para encabezar la boleta del partido. El ex dictador quiere volver a ser
diputado, el ricardista Pablo Walter también y seguramente Topa querrá hacer valer
suhegemonía interna para poner su gente. Por lo tanto, y como sucedería en cualquier
partido democrático, la FR debería convocar a internas. No tiene mucha experiencia, la
última vez que se hizo una fue en 1984. En esa oportunidad el candidato de Bussi padre
fue derrotado.
Otro punto que juega en contra de las aspiraciones del sector que lidera Ricardo Bussi es
la fuerte influencia que conserva el padre sobre él. Todavía lo escucha y acata
las órdenes y caprichos del viejo (por Bussi padre). Y esto conspira hasta con sus
posibilidades políticas, es la queja que en secreto suelen repetir los hombres del
candidato derrotado.
Mercedes Sosa invitada al festejo El justicialismo tucumano se desespera por festejar. Anoche, después de que
la junta electoral terminó con el recuento de las 308 mesas, sus fiscales se reunieron en
la sede partidaria para brindar por el triunfo. Pero esto recién comienza. Ya están
trabajando en una jornada de festejos que contará con la presencia de Eduardo Duhalde,
Ramón Ortega, pero también pretenden que ese día se convierta en el retorno de Mercedes
Sosa a Tucumán.
Queremos que sea una jornada inolvidable, una gran fiesta por la democracia y por
ello queremos que participe Mercedes Sosa para que cante ahora que (Antonio) Bussi se va
de la provincia, confió a este diario uno de los organizadores. La fecha todavía
no está definida, aunque muchos apuntan a que se realice durante la primera semana de
julio. El festejo de anoche fue mucho más pequeño por orden de Julio Miranda. En
candidato electo quiere esperar la resolución de la Justicia sobre la medida interpuesta
por el bussismo de que se abran todas las urnas y se realice un recuento voto por voto. En
el peronismo nadie cree que en un fallo favorable a Fuerza Republicana, pero hasta tanto
no esté confirmada prefirieron un festejo casi íntimo. |
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