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TENSION EN PRIZREN POR LOS INTENTOS GUERRILLEROS DE IMPONER SU ORDEN
Gatos atlánticos, ratones albanokosovares

Los yugoslavos pueden estar retirándose de Kosovo, pero dejan atrás dos grandes problemas: la tensión entre la OTAN y la guerrilla y el rechazo de Rusia a subordinarse a la Alianza.

Una multitud de albanokosovares festeja ayer en Mitrovica su liberación de los serbios.
En muchas áreas, la guerrilla del UCK ha tomado las posiciones abandonadas por Yugoslavia.

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El País de Madrid
Por José Comas Desde Prizren

t.gif (862 bytes) Decenas de guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), armados y uniformados, desfilaban ayer a bordo de automóviles por las calles del centro de Prizren y trataban de establecer retenes y controles. Las tropas alemanas de la fuerza internacional de paz para Kosovo (KFOR) toleran la presencia de los efectivos armados del UCK. Los mandos alemanes aseguran que carecen de un mandato con base legal para desarmarlos. El UCK y los soldados de KFOR juegan al gato y el ratón: tropas alemanas intervienen, cuando el UCK trata de asumir tareas propias de la soberanía estatal.
El UCK ha ocupado el vacío que dejaron las tropas yugoslavas, que ayer abandonaron Prizren a primera hora de la mañana. Ante el cuartel general de las fuerzas alemanas de KFOR, no se veía ayer ni un solo uniforme de los serbios, que durante las 48 horas precedentes discutían allí los detalles de su salida de Kosovo. A las puertas del edificio que sirve de cuartel general de KFOR, media docena de efectivos del UCK esperaban, armados con sus fusiles kalashnikov, al lado de los centinelas alemanes.
En el interior del edificio, un oficial de prensa declaraba a los periodistas que las tropas alemanas se habían hecho cargo del puesto fronterizo de Morina, en la frontera con Albania. Tras la salida de los serbios, el UCK tomó el puesto fronterizo y comenzó a ejercer por su cuenta las funciones de controlar la entrada en Kosovo, hasta que llegaron los alemanes y mandaron parar. El general Fritz von Korff asegura que sobre la actitud ante el UCK no hay nada acordado y espera el desarrollo de la resolución de Naciones Unidas. No obstante, el general deja claro que no habrá la menor cesión de soberanía al UCK. Por ese motivo, los invitaron a abandonar el punto fronterizo con Albania, que ahora controlan las tropas alemanas de KFOR.
Los guerrilleros del UCK se muestran inasequibles al desaliento y han iniciado un tira y afloja con los alemanes. Ayer por la mañana, el UCK había implantado un retén en el centro de la ciudad, en una rotonda en torno del hospital Prizren. Una docena de elementos del UCK, uno de ellos provisto del utensilio de la policía de tráfico destinado a parar a los coches, controlaban con gesto altivo los vehículos que pasaban. Al poco rato llegó un carro blindado alemán. Los alemanes invitaron al UCK a desalojar el lugar y los guerrilleros independentistas kosovares obedecieron la orden. Por la tarde, ya no había retén en las proximidades del hospital, pero en una callejuela estaban agazapados media docena de guerrilleros, sin duda dispuestos a ejercer su autoridad a la menor oportunidad. Ante un periodista alemán que quiso entrar por la tarde al hospital le salió al paso un uniformado del UCK que se presentó con un “soy el viceministro de Sanidad del UCK” y mostró un carnet que lo acreditaba como tal.
Durante el encuentro vespertino con la prensa, el oficial alemán encargado de la información no daba crédito a sus oídos, cuando un periodista le relató que el UCK había emplazado un retén en Prizren, no lejos de un blindado de KFOR. El oficial explicó que esto no puede ser. No obstante, todo parece indicar que el juego va a seguir por algún tiempo.
El UCK realizó ayer un simulacro de desfile de la victoria por las calles de Prizren, con muchos combatientes subidos a los coches. Por la ciudad se escucharon todo el día tiroteos, pero ahora se trata de disparos al aire, que no hacen daño a nadie. Entre los coches del desfile aparecía un Mercedes 300. Alguien del público comentó: “Ahí va el comandante”. Lo del comandante es un decir, porque resulta casi imposible encontrar amedia docena de miembros del UCK, sin que uno de ellos se identifique como comandante.
Otro de los puntos ocupados por el UCK es una sede abandonada del Ejército de Yugoslavia, donde ayer ondeaban, a la entrada y en las ventanas, banderas rojas de Albania con el águila bicéfala. Un blindado alemán a la entrada aparecía tapado por completo, rodeado por guerrilleros del UCK. Los tres o cuatro soldados alemanes daban sensación de desamparo, ante la superioridad numérica del UCK.
El enviado de este diario tuvo ocasión de presenciar la entrega de una gasolinera, propiedad de la empresa pública yugoslava Yugopetrol, a otro de los múltiples comandantes del UCK. El director de la gasolinera serbio había abandonado la ciudad. Un empleado albanés se hizo cargo de la caja y esperó la llegada de cinco UCK armados que la recibieron, junto con un arma automática, que figuraba entre los utensilios de la gasolinera.
En ese momento llegó un jeep con soldados alemanes, que contemplaban sin mover un músculo la presencia de los guerrilleros armados. El capitán alemán Manuel Meier, de 36 años, dijo que su misión era el cumplimiento del acuerdo de paz e impedir la violencia. El oficial alemán resumió su filosofía ante la situación: “Estamos aquí para terminar un conflicto y no para iniciar uno nuevo”.

 


 

The Guardian De Gran Bretaña
Por Tom Whitehouse y Richard Norton-Taylor Desde Moscú y Londres

t.gif (862 bytes) La situación de alerta entre las fuerzas rusas que controlan el aeropuerto de Pristina y las fuerzas de la OTAN descendió ayer a niveles farsescos cuando los rusos tuvieron que clamar por ayuda a las tropas británicas después de quedarse sin agua. Las fuerzas británicas respondieron inmediatamente al pedido de auxilio, a pesar de la disputa con el grupo de 200 soldados rusos. La humillación de tener que pedir ayuda ocurrió en un día en el que la tensión fue en aumento para los rusos. Más temprano, supuestos guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) les habían disparado con granadas de artillería, que aterrizaron en los terrenos del aeropuerto sin explotar. “Nos sentimos vulnerables”, dijo un vocero militar ruso.
Con las provisiones a punto de acabarse, Rusia desplegó 11 vehículos de su contribución a la fuerza de paz de la ONU en Bosnia para llevar comida, agua y combustible a las tropas en el aeropuerto de Pristina. Se espera que lleguen hoy escoltadas por soldados británicos. “No tenemos ningún problema en que las fuerzas rusas reciban comida y agua”, dijo Jamie Shea, el portavoz de la OTAN en Bruselas. Las esperanzas para un final del impasse crecieron ayer cuando el primer ministro ruso, Sergei Stepashin, predijo que se podría llegar a un acuerdo sobre cómo deberían trabajar las tropas de paz rusas con la OTAN en Kosovo. También aseguró que su gobierno, previamente dividido por desacuerdos entre los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa, ahora tendría una sola voz. “Todos los esfuerzos relacionados con Yugoslavia deben ser coordinados. El Ministerio de Exterior conduce el esfuerzo”, dijo.
Stepashin agregó que todos “los malentendidos” deberían resolverse “antes del fin de semana” cuando el grupo G7 de las principales naciones industriales se reúna con Rusia en Colonia. Su énfasis en la unidad del gobierno está destinada, en parte, a calmar los temores entre los gobiernos de la OTAN de que no se repetirá la confusión de la semana pasada, cuando los paracaidistas rusos entraron al aeropuerto de Pristina sólo horas después de que su ministro de Exteriores, Igor Ivanov, dijera que se quedarían fuera de Kosovo hasta que se llegara a un acuerdo sobre su rol con la OTAN. El embajador de Serbia en Moscú, Borislav Milosevic, hermano del presidente serbio, le pidió a Rusia que reclamara su propio sector en Kosovo. “El desplazamiento de una presencia de seguridad internacional no es monopolio de la OTAN”, dijo.
Pero Hungría, Bulgaria, y Rumania le negaron a Rusia el corredor necesario para abastecerse de refuerzos desde Rusia. Ayer quedó fuera un compromiso posible, cuando el Ministerio de Defensa ruso señaló que su fuerza de paz no serviría bajo las órdenes de un general de Finlandia, que no es miembro de la OTAN. Rusia no aceptó estar bajo un comando de la OTAN en Kosovo. La OTAN insiste en que ella debe controlar un comando unificado de fuerzas de paz, KFOR. Gran Bretaña sugirió un arreglo semejante al de las fuerzas de paz en Bosnia, donde un general ruso se reporta en Bruselas al general Wesley Clark, en su carácter de general norteamericano y no de supremo comandante de la OTAN. La OTAN desechó un sector ruso en la provincia, temiendo que pudiera pavimentar el camino a una división de facto de la provincia y atraer bajo la protección rusa a los serbios que huyen de sus hogares en el sur de Kosovo.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

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