El País de Madrid
Por José Comas Desde Prizren Decenas de guerrilleros del
Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), armados y uniformados, desfilaban ayer a bordo
de automóviles por las calles del centro de Prizren y trataban de establecer retenes y
controles. Las tropas alemanas de la fuerza internacional de paz para Kosovo (KFOR)
toleran la presencia de los efectivos armados del UCK. Los mandos alemanes aseguran que
carecen de un mandato con base legal para desarmarlos. El UCK y los soldados de KFOR
juegan al gato y el ratón: tropas alemanas intervienen, cuando el UCK trata de asumir
tareas propias de la soberanía estatal.
El UCK ha ocupado el vacío que dejaron las tropas yugoslavas, que ayer abandonaron
Prizren a primera hora de la mañana. Ante el cuartel general de las fuerzas alemanas de
KFOR, no se veía ayer ni un solo uniforme de los serbios, que durante las 48 horas
precedentes discutían allí los detalles de su salida de Kosovo. A las puertas del
edificio que sirve de cuartel general de KFOR, media docena de efectivos del UCK
esperaban, armados con sus fusiles kalashnikov, al lado de los centinelas alemanes.
En el interior del edificio, un oficial de prensa declaraba a los periodistas que las
tropas alemanas se habían hecho cargo del puesto fronterizo de Morina, en la frontera con
Albania. Tras la salida de los serbios, el UCK tomó el puesto fronterizo y comenzó a
ejercer por su cuenta las funciones de controlar la entrada en Kosovo, hasta que llegaron
los alemanes y mandaron parar. El general Fritz von Korff asegura que sobre la actitud
ante el UCK no hay nada acordado y espera el desarrollo de la resolución de Naciones
Unidas. No obstante, el general deja claro que no habrá la menor cesión de soberanía al
UCK. Por ese motivo, los invitaron a abandonar el punto fronterizo con Albania, que ahora
controlan las tropas alemanas de KFOR.
Los guerrilleros del UCK se muestran inasequibles al desaliento y han iniciado un tira y
afloja con los alemanes. Ayer por la mañana, el UCK había implantado un retén en el
centro de la ciudad, en una rotonda en torno del hospital Prizren. Una docena de elementos
del UCK, uno de ellos provisto del utensilio de la policía de tráfico destinado a parar
a los coches, controlaban con gesto altivo los vehículos que pasaban. Al poco rato llegó
un carro blindado alemán. Los alemanes invitaron al UCK a desalojar el lugar y los
guerrilleros independentistas kosovares obedecieron la orden. Por la tarde, ya no había
retén en las proximidades del hospital, pero en una callejuela estaban agazapados media
docena de guerrilleros, sin duda dispuestos a ejercer su autoridad a la menor oportunidad.
Ante un periodista alemán que quiso entrar por la tarde al hospital le salió al paso un
uniformado del UCK que se presentó con un soy el viceministro de Sanidad del
UCK y mostró un carnet que lo acreditaba como tal.
Durante el encuentro vespertino con la prensa, el oficial alemán encargado de la
información no daba crédito a sus oídos, cuando un periodista le relató que el UCK
había emplazado un retén en Prizren, no lejos de un blindado de KFOR. El oficial
explicó que esto no puede ser. No obstante, todo parece indicar que el juego va a seguir
por algún tiempo.
El UCK realizó ayer un simulacro de desfile de la victoria por las calles de Prizren, con
muchos combatientes subidos a los coches. Por la ciudad se escucharon todo el día
tiroteos, pero ahora se trata de disparos al aire, que no hacen daño a nadie. Entre los
coches del desfile aparecía un Mercedes 300. Alguien del público comentó: Ahí va
el comandante. Lo del comandante es un decir, porque resulta casi imposible
encontrar amedia docena de miembros del UCK, sin que uno de ellos se identifique como
comandante.
Otro de los puntos ocupados por el UCK es una sede abandonada del Ejército de Yugoslavia,
donde ayer ondeaban, a la entrada y en las ventanas, banderas rojas de Albania con el
águila bicéfala. Un blindado alemán a la entrada aparecía tapado por completo, rodeado
por guerrilleros del UCK. Los tres o cuatro soldados alemanes daban sensación de
desamparo, ante la superioridad numérica del UCK.
El enviado de este diario tuvo ocasión de presenciar la entrega de una gasolinera,
propiedad de la empresa pública yugoslava Yugopetrol, a otro de los múltiples
comandantes del UCK. El director de la gasolinera serbio había abandonado la ciudad. Un
empleado albanés se hizo cargo de la caja y esperó la llegada de cinco UCK armados que
la recibieron, junto con un arma automática, que figuraba entre los utensilios de la
gasolinera.
En ese momento llegó un jeep con soldados alemanes, que contemplaban sin mover un
músculo la presencia de los guerrilleros armados. El capitán alemán Manuel Meier, de 36
años, dijo que su misión era el cumplimiento del acuerdo de paz e impedir la violencia.
El oficial alemán resumió su filosofía ante la situación: Estamos aquí para
terminar un conflicto y no para iniciar uno nuevo.
The Guardian De Gran Bretaña
Por Tom Whitehouse y Richard Norton-Taylor Desde
Moscú y Londres
La situación de
alerta entre las fuerzas rusas que controlan el aeropuerto de Pristina y las fuerzas de la
OTAN descendió ayer a niveles farsescos cuando los rusos tuvieron que clamar por ayuda a
las tropas británicas después de quedarse sin agua. Las fuerzas británicas respondieron
inmediatamente al pedido de auxilio, a pesar de la disputa con el grupo de 200 soldados
rusos. La humillación de tener que pedir ayuda ocurrió en un día en el que la tensión
fue en aumento para los rusos. Más temprano, supuestos guerrilleros del Ejército de
Liberación de Kosovo (UCK) les habían disparado con granadas de artillería, que
aterrizaron en los terrenos del aeropuerto sin explotar. Nos sentimos
vulnerables, dijo un vocero militar ruso.
Con las provisiones a punto de acabarse, Rusia desplegó 11 vehículos de su contribución
a la fuerza de paz de la ONU en Bosnia para llevar comida, agua y combustible a las tropas
en el aeropuerto de Pristina. Se espera que lleguen hoy escoltadas por soldados
británicos. No tenemos ningún problema en que las fuerzas rusas reciban comida y
agua, dijo Jamie Shea, el portavoz de la OTAN en Bruselas. Las esperanzas para un
final del impasse crecieron ayer cuando el primer ministro ruso, Sergei Stepashin, predijo
que se podría llegar a un acuerdo sobre cómo deberían trabajar las tropas de paz rusas
con la OTAN en Kosovo. También aseguró que su gobierno, previamente dividido por
desacuerdos entre los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa, ahora tendría una
sola voz. Todos los esfuerzos relacionados con Yugoslavia deben ser coordinados. El
Ministerio de Exterior conduce el esfuerzo, dijo.
Stepashin agregó que todos los malentendidos deberían resolverse antes
del fin de semana cuando el grupo G7 de las principales naciones industriales se
reúna con Rusia en Colonia. Su énfasis en la unidad del gobierno está destinada, en
parte, a calmar los temores entre los gobiernos de la OTAN de que no se repetirá la
confusión de la semana pasada, cuando los paracaidistas rusos entraron al aeropuerto de
Pristina sólo horas después de que su ministro de Exteriores, Igor Ivanov, dijera que se
quedarían fuera de Kosovo hasta que se llegara a un acuerdo sobre su rol con la OTAN. El
embajador de Serbia en Moscú, Borislav Milosevic, hermano del presidente serbio, le
pidió a Rusia que reclamara su propio sector en Kosovo. El desplazamiento de una
presencia de seguridad internacional no es monopolio de la OTAN, dijo.
Pero Hungría, Bulgaria, y Rumania le negaron a Rusia el corredor necesario para
abastecerse de refuerzos desde Rusia. Ayer quedó fuera un compromiso posible, cuando el
Ministerio de Defensa ruso señaló que su fuerza de paz no serviría bajo las órdenes de
un general de Finlandia, que no es miembro de la OTAN. Rusia no aceptó estar bajo un
comando de la OTAN en Kosovo. La OTAN insiste en que ella debe controlar un comando
unificado de fuerzas de paz, KFOR. Gran Bretaña sugirió un arreglo semejante al de las
fuerzas de paz en Bosnia, donde un general ruso se reporta en Bruselas al general Wesley
Clark, en su carácter de general norteamericano y no de supremo comandante de la OTAN. La
OTAN desechó un sector ruso en la provincia, temiendo que pudiera pavimentar el camino a
una división de facto de la provincia y atraer bajo la protección rusa a los serbios que
huyen de sus hogares en el sur de Kosovo.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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