Página/12 en Estados Unidos
Por Mónica Flores Correa Desde Nueva York Ante el ligero azoramiento de
su comitiva, Carlos Menem cambió ayer el tono emotivo de despedida, de estadista que dice
adiós después de haber cumplido con el deber de colocar la Argentina nuevamente en
el mundo, por el francamente combativo de pugilista político. Con ánimo de
boxeador, el Presidente dijo que era superior, años luz superior a sus dos
posibles sucesores, Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa. Derramó sobre el radical un
torrente de críticas, que por momentos pareció irrefrenable. Es muy torpe. Además
de aburrido y torpe, es pusilánime. Y además ha demostrado que no sabe gobernar,
sentenció Menem en la conferencia de prensa que dio en el segundo y último día de su
estadía en Nueva York.
Con el candidato del partido justicialista, Menem moderó sus diatribas y repitió que
apoyaba la fórmula Duhalde-Ortega. Pero a la pregunta de si Duhalde algún día podría
alcanzar su nivel de superioridad, se mostró dubitativo y escéptico: En la cancha
se ven los pingos, remarcó. Con Duhalde tenemos diferentes formas de entender
la justicia social. Para crecer en el campo social, hay que crecer económicamente. La
justicia social no sólo pasa por la distribución de la riqueza. Hay que crear esa
riqueza primero, remató.
Al ex ministro de Economía Domingo Cavallo tampoco le fue bien en la apreciación de
Menem. Yo no me sentaría al lado de Cavallo. Judas es un niño de pecho comparado
con él, me parece, contestó cuando se le preguntó acerca de una propuesta del
actual diputado para acordar una estrategia de transición entre los candidatos. No
tiene autoridad para convocar a los candidatos y mucho menos al Presidente,
enfatizó.
Después de lamentar, en curioso contraste con sus declaraciones, que el tono de la
campaña política en la Argentina es virulento y de renovar sus críticas
contra De la Rúa por estar totalmente desbocado en sus cuestionamientos al
Gobierno que concluye, Menem se dirigió a un encuentro con representantes de la Iglesia
católica, organizada por el cardenal Alfonso López Trujillo del Pontificio Consejo de la
Familia, donde hizo referencia a su credencial de antiabortista de la primera hora.
Desde muy niño, en mi pueblo natal, me convertí en un militante de la vida y por
la vida. Con el correr del tiempo, comprendí en forma definitiva que el aborto era un
crimen de lesa humanidad, le dijo a una audiencia de católicos que lo aplaudieron
calurosamente.
En su discurso ante el grupo Pro Vida, Menem dijo que la Argentina estaba entre los
Estados que nos atrevemos a desafiar la red de intereses que apartan a las naciones
del camino de la verdad y de la cultura de la vida. Además del
aborto, criticó la eutanasia y la destrucción de la familia, y recordó que había
establecido el Día del Niño por Nacer. En la noche del martes, cuando recibió el premio
Sendero de la Paz del Vaticano en el yate Princess, Menem ofreció su definición de
pareja: ésta debe ser entre el hombre y la mujer. Puedo tener críticas de quienes
piensan que no es así. Pero yo creo que Dios creó al hombre y la mujer para que tengan
la posibilidad de algún día procrear. Es una postura que hace a la naturaleza de las
cosas.
La Iglesia católica concluyó su agasajo a Menem con un almuerzo ofrecido por el nuncio
apostólico Renato Martino en la misión del Vaticano ante Naciones Unidas.
En la jornada de ayer, Menem también se refirió a:
Reforma
laboral: para salir de la situación provocada por las crisis económicas internacionales
es necesario profundizar reformas como la reforma en el ámbito laboral. Menem
respondió así a una pregunta sobre cuáles eran las asignaturas pendientes que dejaba su
gobierno.
Desempleo:
El objetivo es bajar el índice de desempleo. El 12 por ciento es el índice
promedio de los países europeos. Este es el índice en Alemania mientras que en España
está en un 20 por ciento.
Justicia
social: El nuevo nombre de la justicia social es educación. Si no hay una
educación acorde con los tiempos que corren, será muy difícil salir de esta situación
de desempleo que también se da en los países centrales.
El odio y Hesayne
Ya desde la noche del martes, Menem había dejado de encarnar al estadista
desapasionado que concluye su gobierno para virar a una versión muy carnal de un
político furibundo con sus críticos. Monseñor Miguel Hesayne y sus opiniones sacaron al
mandatario de las casillas. El obispo de Viedma es un hombre que destila odio por
todos sus poros, afirmó con implacable vehemencia el Presidente. Menem rechazó las
críticas del prelado por la decisión del Vaticano de otorgarle el premio Sendero de la
Paz. Sabemos de quién se trata, siempre está destilando odio hacia mi persona y
muchas veces me abstengo de responderle porque no vale la pena, dijo. Junto con De
Nevares y Novak, Hesayne constituyó el terceto de obispos que con más fuerza se
opusieron a la dictadura militar y que abogaron por el respeto de los derechos humanos.
Me ocupo de cosas más importantes que este obispo que no le ha aportado nada a la
Argentina, sostuvo Menem, y agregó que Hesayne más que un obispo es un
opositor acérrimo. Es un hombre que destila odio por todos sus poros, no desde ahora sino
desde hace muchos años. |
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