OPINION
Jubileo 2000
Por Aldo M. Etchegoyen * |
La
tradición hebrea legisla sobre la celebración del Jubileo, fecha cuando luego de
determinado número de años debía producirse algo así como una limpieza de
la vida que incluía, entre otras cosas, el perdón de las deudas. Basándose en esa ley,
desde algunos años atrás se ha iniciado un movimiento mundial proponiendo la
cancelación de las deudas externas de los países dependientes en el mundo. Tal
movimiento se va constituyendo en una gran marcha mundial donde las voces de Iglesias,
religiones, organizaciones no gubernamentales, instituciones ecuménicas y gente de buena
voluntad ha comenzado a gritar ¡No! a la deuda, ¡Sí! a la vida. Diálogo
2000 se une a esa masiva marcha con una jornada de oración interreligiosa uniendo su voz
con un ¡No! a un sistema económico neoliberal de mercado que hiere y margina la vida
tanto de las personas como de la naturaleza. ¡No! a una deuda injusta e inmoral creada en
base a una injusta relación económica, donde los bajos precios de nuestras materias
primas, las desiguales leyes de cambio y los usurarios intereses para los préstamos son
cadenas que aprietan a los países del sur en beneficio de las grandes potencias del
norte.
¡No! a la deuda externa cuyo costo en nuestro país es de U$S 32.500 por minuto
llevándonos más hondamente a un pozo del cual es muy difícil salir. ¡No! a la deuda
que se va pagando con desempleo, desnutrición, pobreza, que especialmente afecta al 40
por ciento de nuestros niños, limitaciones en la educación y salud, cultura y
desarrollo.
¡Sí! a la vida donde primeramente sea puesta la comunidad y no los grandes
emprendimientos económicos que van creando una nueva forma de esclavitud donde las
personas son sólo herramientas de producción y ganancia. Jubileo 2000 se juega por esa
utopía.
* Obispo de la Iglesia Evangélica Metodista. |
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