The Guardian de Gran Bretaña
Por Suzanne Goldenberg Desde Nueva Delhi India se encontraba bajo fuego
cruzado ayer en su estado de guerra con Pakistán, cambiando su eje de los campos de
batalla en Kashmir a la diplomacia en un intento de aislar a su archirrival. India ha
sufrido 106 muertos y 242 heridos hasta ahora en sus esfuerzos de expulsar una fuerza
mixta de soldados paquistaníes y militantes islámicos, y afirma haber matado a 300
soldados del otro lado. Además, dice que ha forzado a los intrusos a retroceder a unos
3,5 kilómetros de la anterior línea de cese del fuego en Kashmir, conocida como
línea de control, y haberles cortado sus rutas de aprovisionamiento.
El enfrentamiento de gran altitud entre las dos potencias nucleares ha creado aprensión a
todo lo largo de la frontera común entre India y Pakistán, haciendo sonar campanas de
alarma en las capitales de las principales potencias del mundo. Ayer, la marina india fue
puesta en estado de máxima alerta después de que Pakistán pusiera operaciones de flota
en el Mar Arábigo. Pero en Nueva Delhi, el eje ha empezado a desplazarse de los combates
a los esfuerzos para aumentar la presión internacional sobre Pakistán. A comienzos de
esta semana, Nueva Delhi envió discretamente a un asesor clave del primer ministro Atal
Behari Vajpayee a Ginebra para que se reuniera con funcionarios norteamericanos
previamente a la reunión cumbre del G-8, que empieza hoy en Colonia. Nuestra
esperanza es que el G-8, sobre la base de su admisión de que existe una intromisión
armada del lado paquistaní, comprenda que su responsabilidad es hacer que Pakistán dé
los pasos necesarios, dijo un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pero en Pakistán, un portavoz militar desdeñó la demanda norteamericana de un retiro de
las cordilleras estratégicas dentro de la parte india del territorio en disputa,
afirmando que estos puntos de vista occidentales se basan en la ignorancia.
Hasta ahora, Pakistán ha afirmado que la entrada en la parte india, de gran escala y bien
organizada, ha sido ejecutada por combatientes de la libertad que se
encuentran fuera de su control. Sin embargo, ayer el diario norteamericano Los Angeles
Times publicó una entrevista en la que el brigadier paquistaní Rashid reshi admitió que
tropas de su país están luchando contra soldados indios en Kashmir, aunque negó que
hubieran ingresado en territorio indio.
Oficialmente, Nueva Delhi se mantiene intransigente en su posición de que no existen
perspectivas para un diálogo con Islamabad hasta que todos los intrusos hayan abandonado
el lugar, y jamás ha aceptado una mediación extranjera sobre Kashmir. Sin embargo, los
funcionarios indios se entusiasmaron visiblemente ante los informes de la llamada
telefónica del miércoles por el presidente norteamericano Bill Clinton al primer
ministro paquistaní Nawaz Sharif, que pareció depositar la culpa por la abrupta escalada
de las tensiones en las intromisiones del lado paquistaní.
Un diplomático occidental en Nueva Delhi afirmó que no hay apoyo para este tipo de
aventura militar. El funcionario dijo que esperaba que India busque una forma de que
el gobierno paquistaní pueda salvar la cara y replegar sus fuerzas sin correr el riesgo
de una confrontación con sus propios, todopoderosos militares, tal vez, usando la amenaza
de presiones de Estados Unidos. Sin embargo, diplomáticos occidentales afirmaron que
Washington respondería con la misma dureza si Nueva Delhi cediera a las presiones de la
línea dura del establishment indio y enviara fuerzas militares a través de la línea de
control para atrapar a los invasores.
OSAMA BIN LADEN AMENAZA
Vuelve el superterrorista
Estados
Unidos teme un ataque del islámico Osama bin Laden, quien desde los atentados de Nairobi
y Dar-es-Salaam en 1998 se transformó en la obsesión terrorista de los norteamericanos.
La administración estadounidense confirmó implícitamente ayer las informaciones
divulgadas el miércoles por la cadena televisiva ABC según la cual el magnate de origen
saudí prepara actualmente una ofensiva contra blancos norteamericanos en el mundo.
Interrogado por la AFP sobre esas informaciones, un responsable estadounidense que
solicitó el anonimato dijo que no las descartaría. Ese mismo responsable
recordó que el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet, había
advertido en febrero pasado que Ben Laden podría lanzar un ataque en cualquier
momento. El gobierno estadounidense lanza alertas regularmente contra los ataques
terroristas de este fundamentalista musulmán, que ha sido despojado de su nacionalidad
saudita. Una advertencia similar fue efectuada en diciembre pasado por un responsable
norteamericano que solicitó el anonimato.
Osama bin Laden se transformó de esta forma en la obsesión terrorista de los
norteamericanos. La policía federal estadounidense, el FBI, lo incorporó a principios de
mayo a la lista de los diez criminales más buscados. Asimismo, el FBI ofreció una
recompensa de cinco millones de dólares por cualquier información que pueda conducir al
arresto de Bin Laden, a quien considera como el autor intelectual de los atentados
perpetrados contra las embajadas de Dar-es-Salaam y Nairobi, el 7 de agosto de 1998. Esos
atentados dejaron un saldo de 224 muertos, entre ellos 12 estadounidenses, y millares de
heridos.
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