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 Oscar Passet
se convirtió en la primera víctima del operativo “limpieza” que el presidente
de San Lorenzo, Fernando Miele, comenzó a implementar ayer. Luego de una reunión que
duró casi tres horas, el arquero obtuvo su libertad de acción y Miele la primera
batalla. Passet, que nunca admitió que quisiera renunciar al puesto que ocupó durante
siete años, afrontó el hecho consumado con una mezcla de conformidad e inevitable
desencanto. “Me voy con una inevitable sensación de tristeza, porque no es agradable irse de ningún lugar y menos de San Lorenzo, donde pasé años muy lindos en mi carrera. Hemos llegado a un acuerdo y esta desvinculación es lo mejor para todos. Me voy en buenos términos”, dijo el arquero. Luego de reiterar las buenas condiciones (económicas) de su desvinculación, Passet fue interrogado acerca de la postura de Oscar Ruggeri, hombre clave, por el lugar que ocupa en el banco de conducción deportiva, en las resoluciones acerca del futuro del plantel profesional. Sobre ese tema, Passet respondió: “Pregúntenle a Ruggeri, no creo que sea yo el encargado de contestar eso”. Una manera de decir que no duda de la evidencia: no faltó el pulgar hacia abajo del técnico para avalar la decisión emanada de Miele. Si bien no se conocen aún propuestas formales, algunas versiones indican que Unión de Santa Fe, equipo en el que Passet se inició, le haría en las próximas horas una oferta para continuar su carrera en el equipo que con J.J. López acaba de zafar del descenso. Lo que ejemplifica el caso Passet es el comienzo de un proceso largamente anunciado en San Lorenzo: el trámite de reducción de costos. Y ése es uno de los motivos que Miele expone para justificar sus planes que, genéricamente, pueden describirse como la necesidad de “limpiar” el plantel de jugadores “caros” –para el presupuesto que el presidente presupone– e indóciles –para su tipo de conducción–. Se sabe ya que la idea de Fernando Miele es repetir esta primera “Operación Passet” con otras figuras del plantel con quienes su relación es bastante ríspida. Y no es casual que sean referentes históricos del plantel azulgrana como Néstor Gorosito, Fernando Galetto y Claudio Biaggio, o jugadores de larga trayectoria que habrían “cumplido su ciclo”, como Claudio Rivadero, Damián Manusovich, o algunos que no hayan llegado a cumplirlo, como Borrelli, los primeros candidatos a engrosar la fila que se encolumne tras el arquero. Esta vez no será para entrar a la cancha sino para salir del club.
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