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India y Pakistán moderan sus posiciones en los discursos pero las radicalizan en los hechos. El premier paquistaní Nawaz Sharif pidió al Grupo de los Ocho (G-8, los siete países más industrializados del mundo más Rusia) reunidos en Colonia (Alemania) que intercediera para poner fin al conflicto entre los dos países por una supuesta entrada de la guerrilla musulmana en la zona india de Kashmir. De todas maneras, no veo venir una guerra de mayor envergadura, dijo el canciller indio, Jaswant Singh, mientras voceros gubernamentales en Nueva Delhi reiteraban que no existe ningún plan de ataques aéreos contra el sector paquistaní de Kashmir. Pero en la zona de Kargil, donde comenzó el conflicto el 9 de mayo pasado, la fuerza aérea india dijo que mató a 100 de los rebeldes que permanecen en territorio indio durante un intenso bombardeo. Pakistán retrucó que su contraofensiva sobre un depósito de municiones indio en Matayan provocó considerables daños materiales y varias muertes. Sharif envió una carta a los líderes del G-8 señalando que tienen un enfoque limitado del problema de Kashmir. El premier paquistaní se refería a la llamada que recibió anteayer del presidente norteamericano Bill Clinton, quien lo instó a retirar sus fuerzas de la parte india de Kashmir. Esto implica admitir que, como dice India, los efectivos que penetraron en su zona de la Línea de Control (LOC) no son guerrilleros fuera del control de Pakistán sino que reciben apoyo del país musulmán. Jugando con esta carta a favor, el premier indio Atal Bihari Vajpayee le mandó una misiva a Clinton para detallar la posición de su gobierno. En el terreno militar, India sigue reportando éxitos en la ofensiva contra los rebeldes, pero también reconoció que la solución del conflicto está lejos. Los voceros militares indios afirmaron ayer que hasta el momento los intrusos fueron obligados a retroceder 3,5 kilómetros de los siete que habían logrado penetrar en territorio indio en 140 de los 750 kilómetros que tiene la LOC; y que de las 29 cumbres que tomaron los rebeldes, nueve ya fueron reconquistadas por tropas indias. Sin embargo, también reconocieron que la guerrilla tiene una gran capacidad para reemplazar a los caídos y renovar los combates. De hecho, el general Arun Chopra, jefe de las operaciones militares indias en Kashmir, indicó que son 900 los guerrilleros que continúan resistiendo en las altas cumbres de la zona de Kargil, cuando la cifra anterior reconocida por los indios era de 600 rebeldes. Otro vocero militar dijo en Nueva Delhi que hay millares de rebeldes del lado paquistaní de Kashmir listos para invadir la zona india de la región. Y el diario Asian Age dijo ayer que el ejército indio teme perder 2000 efectivos en los próximos meses de combate y que el número real de bajas es cuatro veces mayor a lo difundido oficialmente. Varios analistas militares consideran que, con estas perspectivas, los combates podrían llegar por lo menos hasta setiembre, o sea, cerca del invierno. La hipótesis que manejan es que Pakistán pretende que los rebeldes se mantengan en la zona hasta ese momento, ya que el ejército indio no lograría mantenerse en condiciones climáticas adversas en una zona tan elevada. Y los guerrilleros, muchos de los cuales ya han combatido en las alturas de Afganistán, parecen mejor preparados para soportar el frío. De esa manera, Pakistán lograría controlar una porción mayor de la LOC.
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