Por Miguel Bonasso Además de su conflicto con
los médicos del Hospital Larcade, el intendente de San Miguel, Aldo Rico, debe afrontar
en estos días numerosos señalamientos por manejos poco transparentes o abiertamente
irregulares de los fondos municipales. Esto incluye una denuncia penal por los presuntos
delitos de malversación de caudales públicos, falsedad ideológica e
incumplimiento de los deberes del funcionario público. La denuncia está motivada
por un curioso préstamo del gobierno de la provincia de Buenos Aires al municipio de San
Miguel por un millón de dólares, antes de que se formalizara el pedido correspondiente y
sin que se cumplieran los requisitos legales que establece la Ley Orgánica de
Municipalidades.
El misterioso millón no figuró ni en el presupuesto ni en la rendición de cuentas
correspondientes a 1998 y por lo tanto no se sabe en qué se gastó. La oposición exige
una investigación para establecer si esos fondos fueron destinados al objetivo enunciado
o si salieron de la esfera de la administración. El affaire involucra
tangencialmente al gobierno provincial, en manos del más poderoso aliado político de
Rico, el gobernador Eduardo Duhalde. Mientras la Justicia analiza el caso, llueven los
pedidos de informes de los concejales opositores, las notas sobre escándalos en el
periódico local La Hoja y las presentaciones judiciales de sectores profesionales o
sindicales afectados. La suma de acusaciones pone en entredicho la imagen de honradez,
transparencia y orden que el carapintada ha ofrecido siempre de sí mismo, con indudables
réditos electorales. Numerosas iniciativas del gobierno municipal son cuestionadas y,
pese a su mayoría en el Concejo, Rico ha debido dar marcha atrás con algunos proyectos,
como la concesión del estacionamiento público a una empresa privada. Por si fuera poco,
se insinúa una nueva investigación sobre una licitación para incrementar y mantener el
alumbrado público que le supondría al erario un desembolso superior a los trece millones
de pesos, cuando el presupuesto original era de nueve.
El millón fantasma
El 6 de mayo último el concejal del Frepaso, Edgar Rubén Aranda, formalizó una denuncia
penal ante la fiscalía número 2 de San Martín a cargo de la doctora Fabiana Ruiz,
acusando al intendente Aldo Rico y demás posibles coautores y partícipes por
la presunta comisión de los delitos de malversación de los caudales públicos,
falsedad ideológica e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Los
cargos se referían a la tramitación y gestión de un préstamo de un millón de pesos
otorgados por la provincia de Buenos Aires, para financiar un programa de
saneamiento financiero de la comuna de San Miguel. Lo hizo tras presentar numerosos
pedidos de informes al Concejo Deliberante que fueron sistemáticamente ignorados. Según
Aranda, los hechos ocurrieron de esta manera:
En diciembre de 1997, por el decreto 4075, la provincia otorgó a la San Miguel un
empréstito de un millón de pesos, a pagar en 36 cuotas iguales y consecutivas, para
ayudar a un programa de saneamiento financiero que consolidara el equilibrio de sus
cuentas fiscales. El artículo 4º del decreto establecía la firma del correspondiente
Convenio de Asistencia entre el Ministerio de Economía de la provincia y el municipio
para fijar, por ejemplo, las metas a lograr con ese apoyo financiero. Que incluían una
mejora en la recaudación fiscal de diversos rubros. El 20 de febrero de 1998, el
préstamo fue efectivizado y registrado. Pero el Convenio entre la provincia y el
municipio que debía formalizar el pedido recién se firmó en junio de ese año. Por
alguna razón insólita en la historia de la burocracia, la plata había llegado antes de
ser pedida.
Recién en setiembre, Rico remite al Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza
preparatoria que lo autoriza a comprometer fondos de ejercicios futuros a partir del 2 de
enero de 1998. En octubre, Aranda presenta unpedido de informes que no es contestado. En
noviembre, la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuentas emite un dictamen favorable
aprobado por la mayoría, compuesta por siete concejales que integran la coalición entre
el PJ y el riquismo. La minoría (compuesta por cinco concejales de la Alianza) se opone
con estos argumentos: el convenio viola la Ley Orgánica de Municipalidades, porque se
firmó sin la previa autorización del Concejo; se hizo efectivo antes de ser aprobado y
solicitado; no se implementaron las medidas dispuestas en el Programa de Saneamiento
Financiero, ni se cumplieron las metas denunciadas.
En febrero del 99, el concejal frepasista envía en consulta copia de las
actuaciones al Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia y éste contesta que no se
han cumplimentado los requisitos que le permitirían establecer las posibilidades
financieras de la comuna para contraer el empréstito. En abril de este año, en un
nuevo dictamen en minoría, la oposición a Rico rechaza la rendición de cuentas
correspondientes al ejercicio de 1998, porque no registra el ingreso y egreso de los
fondos provenientes del Convenio de Asistencia. El préstamo, comprueban, tampoco
fue incorporado como crédito al presupuesto municipal. También descubre que no se han
cumplido las metas del convenio: lejos de haber un aumento de la recaudación, hay
importantes reducciones. En el Convenio se proponía un aumento de 230 mil pesos para la
recaudación de la tasa de publicidad y propaganda y hubo en realidad una reducción de 70
mil pesos. El ingreso correspondiente a los derechos de construcción debía tener un
incremento de 800 mil pesos y sufrió una merma de 670 mil. Por lo tanto, se ignora
el destino que se le confirió a los fondos. Lo cual, a juicio de Aranda, permite
cuestionar la transparencia y legitimidad del accionar del señor intendente y
concluir que hubo una desviación de los fondos a una aplicación diferente de
aquella para la que estuvieron expresamente destinados por el convenio.
Luces y sombras
El foco de atención, valga la redundancia, está puesto ahora en el tema de la luz. En
febrero el municipio llamó a licitación para la construcción de 5 mil columnas de
alumbrado y el mantenimiento de las 7 mil existentes. El presupuesto original era de
9.060.000 pesos, que se elevaron a 13.500.000 cuando se adjudicó la obra a la empresa
Norval SA. Según el concejal de la UCR Julio César Franchino, el mismo que fue agredido
el viernes último en la patoteada del Concejo Deliberante, Norval sería exactamente lo
mismo que Torsby SA, la empresa que actualmente se ocupa de la recolección de los
residuos domiciliarios. Al menos ambas guardan sus camiones en el mismo lugar, en el cruce
de la Ruta 8 y el Camino del Buen Ayre. Para el concejal, el presupuesto acordado sería
desorbitado. Se estaría pagando a razón de mil pesos por columna,
cuando el valor de mercado no debería sobrepasar los 350 pesos. El concejal ha
presentado un pedido de informes para evaluar si los otros oferentes eran firmas serias o
sellos de goma. También investigará en la Inspección General de Justicia
para saber quiénes son los dueños reales de la adjudicataria. Franchino recuerda que
esta importante licitación, que afecta recursos de la comuna hasta el año 2006, fue
aprobada en el Concejo por simple mayoría: con los 7 votos del oficialismo. ¿Tendría
esta investigación algo que ver con la paliza que le propinaron?
Prohibido estacionar
El 27 de enero pasado, leyendo el diario La Hoja, el concejal Aranda se enteró de que el
Departamento Ejecutivo, a cargo de Rico, había llamado a concurso para la concesión del
servicio de control del tránsito vehicular y el estacionamiento medido. La disposición
administrativa se apoyaba en una ordenanza que había declarado de interés
público la concesión delcontrol de vehículos y el estacionamiento. Aranda
impugnó la decisión por considerar que la declaración de interés público no implicaba
la concesión del servicio a particulares, porque esto hubiera requerido la mayoría
absoluta de los miembros del Cuerpo (8 votos) y no la mayoría simple (7 votos) que
aprobó la resolución. El acto administrativo estaba viciado de nulidad
absoluta y así lo expresó en una nota dirigida al intendente Rico, en el que
solicitaba la anulación del llamado a licitación. El oficialismo quiso seguir adelante y
Aranda terminó presentándose ante la Justicia con un recurso de amparo que no prosperó.
El fallo fue apelado y llegó a la Corte Suprema de la provincia. Esta vez Rico,
contradiciendo su estilo, decidió jugar con prudencia y postergar la adjudicación que,
según el diario La Hoja, ha caldeado los ánimos en San Miguel.
Regalo del padrino
Los concejales de la oposición investigan también posibles irregularidades que podrían
haberse cometido en la remodelación de la plaza Bartolomé Mitre, la plaza principal de
San Miguel. La Municipalidad entregó a la empresa Madidan SA (dueña del Bingo local) el
padrinazgo de la plaza. Lo cual supone hacerse cargo de los gastos de
remodelación, que ascienden a unos 200 mil pesos, a cambio de hacer publicidad por 10
años en los carteles públicos con un descuento del 30 por ciento. El padrinazgo se
adjudicó sin la correspondiente convocatoria a un concurso público y en los trabajos se
emplearon por lo menos cinco obreros municipales que pertenecían al Plan Barrios
Bonaerenses, que financia la provincia. Algunos trabajadores denunciaron ante el concejal
Aranda que les pagaban en negro y que había otras irregularidades en la
relación laboral. Hubo un pedido de informes en enero de este año y, siguiendo la
rutina, no fue contestado.
Otras denuncias frenaron la construcción de un cementerio privado; hay quejas por los
remises truchos; protestas de municipales por el destino incierto de los
descuentos que se aplican a sus salarios; una investigación respecto del pago de
inmuebles a la Fuerza Aérea en los que el locatario no aparece debidamente identificado
como representante del arma; indignación por la entrega de alimentos básicos a
personajes que no están precisamente carenciados y sospechas respecto de la
administración del hospital en conflicto, que no apuntan a los médicos, precisamente,
sino al intendente Aldo Rico.
Se va a acabar, se va a acabar la
dictadura militar
Los médicos del hospital Larcade recibieron
telegramas trasladándolos por la fuerza a puestos remotos. Habrá paro y movilización.
Por Carlos Rodríguez
En una
carta de julio del año pasado, dirigida al gobernador Eduardo Duhalde, el intendente Aldo
Rico expresaba su satisfacción por la mayor dedicación y entrega de los
profesionales del distrito y puso como ejemplo el extraordinario aumento de la
cantidad de pacientes atendidos a diario en el Hospital Larcade. Ayer, para
desactivar la oposición a sus planes de salud, Rico envió telegramas ordenando la
disponibilidad relativa de por lo menos cien de esos médicos. La medida
significa el traslado de los sancionados a centros de atención pequeños ubicados en la
periferia de San Miguel. Como respuesta, los médicos resolvieron realizar el próximo
jueves un paro provincial, a la vez que anunciaron su decisión de no hacer abandono
de los puestos de trabajo en el Larcade.
Gustavo Eugeni, presidente de la Asociación de Profesionales del Larcade, y Alberto
López Camelo, secretario de Prensa del Sindicato de Trabajadores Municipales de San
Miguel, criticaron a Rico por tomar decisiones que desconocen la medida de no
innovar en torno del conflicto dispuesta por la jueza Gloria Martínez. Al mismo
tiempo, señalaron lo absurdo del traslado de algunos de los profesionales. La doctora
Nené Colombo, jefa de Neonatología del Larcade, por ejemplo, debería irse a una sala de
primeros auxilios donde no existe la especialidad, desmantelando la
jefatura de un sector cuyo funcionamiento es primordial en el hospital, ya que actualmente
hay 25 chicos internados.
En una asamblea de la que participaron cerca de 200 delegados de hospitales de toda la
provincia, Rico fue calificado por López Camelo, entre risas generalizadas, como la
osteoporosis de la democracia, por el papel nefasto que tendría sobre los huesos
mismos del sistema. Los oradores aseguraron que el plan de salud de Rico se aplicará en
toda la provincia porque también es el plan de Duhalde y que eso significará
dejar en la calle, sin atención, a más de diez millones de personas que han sido
excluidas del sistema.
Por aclamación, se votó la realización de un paro de actividades en los hospitales
provinciales para el próximo jueves, con una movilización, a las 10 de ese día, desde
el Hospital Larcade hasta el Municipio de San Miguel. Para el 30 de junio se dispuso otro
paro, con posible extensión a los hospitales nacionales, y una movilización,
en la Capital Federal, frente a la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en Callao al 200.
En un hecho inédito desde fines de 1983, los presentes reflotaron una vieja consigna para
festejar las resoluciones votadas en forma unánime: Se va a acabar, se va a acabar,
la dictadura militar.
Uno de los médicos declarados en disponibilidad relativa fue Miguel Guevara,
jefe de Ginecología. Por ser dirigente gremial, Guevara tiene una inmunidad que Rico
parece desconocer. Otra profesional desplazada fue la doctora Cristina Bernich, cuya
función específica es ser responsable de la guardia dominical. La quieren enviar a un
centro periférico abierto de lunes a viernes. Las cartas documento fueron enviadas antes
de que se votara la emergencia sanitaria en la escandalosa sesión del jueves
del Concejo Deliberante. Todo parece indicar que sobre un total de 570, los sancionados
serían no menos de 380. De ese modo, el proyecto oficial sería mantener apenas una
guardia mínima, estimó el doctor Eugeni.
Ayer, el clima en el Larcade fue tranquilo, aunque en los alrededores del Palacio
Municipal, un grupo de colaboradores de Rico increpó con dureza al fotógrafo de
Página/12. La escena ocurrió cerca del lugar donde años atrás se exhibían seis
cañones de la Guerra del Paraguay. Rico los hizo levantar y ahora, según vienen
denunciando desde hace meses varios medios de prensa locales, uno de los cañones
desapareció misteriosamente.
Los precios del hospital
Desde 1998 no hay más licitaciones en el hospital Larcade. Los insumos que el
establecimiento requiere para sus tareas diarias se adquieren a través de lo que se
denomina compra de hecho. El proveedor trae las medicinas y después los
factura. Al precio que le parece mejor. La municipalidad de Aldo Rico paga. Según
indicaron fuentes de la APUHL a Página/12, los administradores del intendente pagan por
esas compras tres o cuatro veces más de lo que pagarían por licitación.
Hay medicamentos que cuestan el doble o triple de lo que se paga en cualquier
farmacia. Y el problema no es sólo el precio, sino también la calidad. Uno de los
médicos recuerda el caso de unas navajas: En la capital una buena, de doble filo,
cuesta unos 20 pesos. El hospital pagó 24 por unas de un filo sólo. Rico prefiere
denunciar que sus médicos ganan entre 6000 y 9000 pesos, empezando por el subjefe de
emergencias, Eduardo Barragán. Yo no tengo clínica privada, no trabajo con obras
sociales, explica el médico. Gano un básico de 357,82 pesos, un total neto
de 776, con más de siete años de antigüedad. |
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