Por Patricia Chaina El amor puede atravesar la
oscuridad. Ganarle batallas a las maldiciones más perversas. Lograr hazañas, a simple
vista, imposibles. Esa es la historia sobre la cual se tejió la leyenda del príncipe
hechizado salvado por el amor de una doncella. Y aflora entre los pliegues del ampuloso
vestuario que recorre el escenario de La bella y la bestia, el musical para niños que se
está presentando en el remodelado Teatro Opera. Pero la metáfora también puede explicar
otra situación donde el amor es el motor de la perseverancia. La lucha de las Madres de
Plaza de Mayo por mantener la memoria en un país signado por años de oscuridad. Ambas
historias se reunirán el martes 29 a las 20.30, cuando se realice una función de La
bella y la bestia a beneficio de Madres de Plaza de Mayo.
El slogan podría ser varias bellas para las más bellas, dice su productor,
Daniel Grinbank, al explicar la decisión de realizar esta función especial de la obra.
Con la participación de Fabiana Cantilo, León Gieco, Cecilia Dopazo, Diego Ramos, Paola
Krum, Florencia Peña, entre otros, el musical de producción nacional con mayor
despliegue escenográfico entre las actuales puestas para niños propone esta vez una
función diferente, desde el contenido y el objetivo del proyecto.
Todo lo recaudado será para ellas las Madres, porque necesitan terminar
un centro cultural para el que ya en otra oportunidad hemos hecho eventos a
beneficio, agrega Grinbank en la entrevista con Página/12. Se refiere al recital
organizado en 1997 para conmemorar los 20 años de Madres, durante dos jornadas en el
estadio de Ferro, y cuya recaudación fue destinada a ayudar en la compra del inmueble de
Hipólito Yrigoyen al 1400. Un edificio cercano a la Casa de las Madres en Buenos Aires,
en el que se levantará un centro cultural.
¿Por qué decidió involucrarse nuevamente, y en esta ocasión a través de La
bella y la bestia, en el proyecto del centro cultural de Madres?
Porque ya cuando hicimos los festivales de Ferro para ayudar a la compra del
edificio tuvimos conciencia de que aportábamos sólo una parte de lo que ellas necesitan.
Todavía falta construir, remodelar y equipar ese centro cultural. Decidimos mantener el
contacto y realizar una serie de eventos artísticos para terminarlo. Tuvimos una reunión
con Hebe (de Bonafini) y decidimos seguir trabajando juntos. Por eso vamos a dar esta
función que tendrá condimentos distintos a los habituales.
¿En qué consistirán esas diferencias, para el público?
Si bien artísticamente el hilo conductor lo llevarán los artistas del elenco
estable, habrá invitados que trabajarán dentro de sus rubros: Gieco cantando, los
actores en partes de la obra. Serán apariciones sorpresa de gente que fue elegida porque
audicionó bien y que está bien predispuesta para trabajar por la causa de las Madres,
que no es cualquier entidad de bien público. Por eso esta vez más allá del show, que es
de por sí emotivo, la puesta va a tener un sentido que la trascienda.
¿La bella y la bestia en la Argentina ya realizó otras funciones a beneficio?
Hemos hecho una para el Hospital Garrahan, otra para la sala HIV pediátrica del
Hospital Gutiérrez. Realmente todas fueron un éxito. Cumplieron su objetivo.
¿Eligió esta obra para trabajar para Madres por alguna situación en particular?
No especialmente. Si fuese otra obra igual lo hubiésemos hecho, porque la lucha de
las Madres es importante. No importa a través de cuál medio artístico las ayudemos. Y
será la gente que paga su entrada la que las estará ayudando. Ellas tienen que terminar
su centro cultural y para eso la idea es seguir con los eventos a beneficio. Porque se
importante que concreten ese espacio donde se refleje la historia de un país que no tiene
memoria. Así ellas podrán poner en las mejores condiciones posibles toda la
documentación de la que disponen. Y sabrán cómo disponer de los fondos para hacerlo.
Un tema crucial Florencia Peña es una de las actrices que participará como invitada en la
función de La bella y la bestia a beneficio de Madres de Plaza de Mayo. Mientras
continúa con otra obra para chicos en cartel: En mi cuarto... Blanca Nieves, con Norma
Pons y Diego Ramos, también invitado a la función a beneficio. Me convocaron a
participar explicó Peña a Página/12 porque me gusta la comedia musical, yo
audicioné para Bella. Y acepté porque más allá del espectáculo que me encanta, me
emociona y me divierte (lo vi tres veces en Broadway y dos acá), lo importante es la
convocatoria: apoyar a las Madres. Y me llega justo cuando el problema de los derechos
humanos toma una presencia muy fuerte en mi vida. Estoy terminando de filmar una película
donde hago de una hija de desaparecidos: Angel, la diva y yo dirigida por Pablo
Nisenson con guión de José Pablo Feinmann y el jueves por la tarde tuvimos una
escena en la Plaza de Mayo con las Madres. Es muy fuerte tener contacto directo con ellas.
Antes de esto conocía el tema porque es parte de la conciencia social en la Argentina
pero no lo había profundizado. Me reconforta hacerlo ahora y no dejar pasar esta
oportunidad de brindar mi adhesión a las Madres. |
HEBE DE BONAFINI DEFINE SUS SENTIMIENTOS
Es una idea muy tierna
La
fantasía es lo que nos moviliza, dice Hebe de Bonafini, presidenta de la
Asociación Madres de Plaza de Mayo. Su afirmación tiene un doble sentido: señala la
fuerza que mantiene activa la institución que preside y remite al mismo tiempo a La bella
y la bestia, el espectáculo para niños que el marte 29 hará una función a beneficio de
esa asociación.
¿Qué representa para ustedes esta representación a beneficio?
Es una idea muy tierna, hecha con cuidado y muchísimo respeto. Nos permite ver que
se van concretando los sueños y reconocer nuevamente que siempre hay manos que se
tienden. Yo escribí un pequeño poema que dice entre otras cosas: Mis manos
acariciaron sueños, acariciaron niños, sembraron la tierra... hasta que un día se
quedaron vacías y me agarré de las manos generosas que nos da la vida. Esta
función, como otras cosas que hicimos con Grinbank y con ustedes por
Página/12 que son parte de esto, las recibimos con alegría y con la esperanza de
estar construyendo algo para la juventud, no ya para nosotras.
Concretamente ¿en qué se va a invertir lo recaudado en la función?
En la remodelación de la casa que compramos con lo recaudado en los festivales de
rock. Otra experiencia increíble y hermosa porque todo lo que hubiera sido para ellos,
los organizadores, fue para las Madres. La casa está pegadita a La Casa de las Madres.
Rompemos una pared y dos patios se unen. Hay que refaccionarla, pintarla. No es gran cosa,
pero tiene tres habitaciones arriba que vamos a ambientar para quedarnos si lo
necesitamos. Abajo estará el centro, para tener la Universidad Popular de las Madres, una
radio, talleres permanentes de formación y nuestro archivo para que la gente pueda
consultarlo. También la biblioteca con una cantidad enorme de volúmenes, muchos únicos,
que hoy están guardados en cajas hasta que podamos ponerlos a disposición de la gente
que los pueda venir a leer tranquila, como sucede en nuestra librería de la que estamos
orgullosas porque está dirigida por jóvenes. Nosotras parimos la idea, y cuando nace el
hijo se corta el cordón, y a caminar. Lo importante es poder hacer del centro un lugar
alegre, como la librería, con cuadros que la gente dona. Porque se trata de un lugar
esperanzado.
¿Tiene algún sentido especial para ustedes que se trate de una obra para niños?
Es como la obra de los sueños, por la fantasía que despliega. Estoy con muchas
ganas de ir a verla, y me gustaría llevar a mi madre. Ella tiene el recuerdo de las
funciones de teatro donde actuaba una sola persona, por ejemplo Libertad Lamarque. Acá es
otra cosa. Representan la fantasía de los chicos. Mi hijo mayor tenía la fantasía de
hacer hablar a las manchitas de la pared. Hasta que nació su hermanito y tuvo un
compañero para jugar. También las Madres somos fantasiosas. Nos imaginamos algo
imposible y después sale. Y otra cosa de la que habla la obra es de cómo el amor puede
transformar, y es lo que hacemos las Madres. Confiamos en el amor. Personalmente porque la
vida me dio mucho sufrimiento pero todavía tengo mucho para agradecerle, y por eso la amo
tanto.
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