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Para saber quién será el futuro gobernador de Tierra del Fuego habrá que esperar dos semanas. Según los datos oficiales dados a conocer a las 24, escrutadas el 83 por ciento de las mesas, el radical Jorge Colazo aventajaba por una décima al justicialista Carlos Manfredotti. Pero de acuerdo con los datos propios que brindaban en el comando de la coalición, Colazo aventajaba por ocho puntos a Manfredotti. En cualquiera de las dos variantes, ambos postulantes deberán competir en una segunda vuelta el 4 de julio en unos comicios de pronóstico reservado y que obligará a Fernando de la Rúa y a Eduardo Duhalde a realizar nuevos tours por la provincia más austral del mundo. La decepción fue para el Movimiento Popular Fueguino (Mopof) que luego de ocho años de gobierno descendió al tercer puesto. Al menos ahora tendrá el consuelo de ser el árbitro de la futura contienda. Tal vez el cielo encapotado, el intenso frío y el hecho que fuera el día más corto del año hayan atentado contra la concurrencia a las urnas que no llegó al 70 por ciento de los 65 mil empadronados. Otra de las razones podría ser la casi certeza de que de la elección de ayer no saldría el gobernador, una idea que era admitida hasta por los propios competidores. Según la Constitución fueguina, para triunfar es necesario que un candidato supere el 50 por ciento de los votos. Los cómputos oficiales daban arriba a Colazo con el 35,4 por ciento y segundo a Manfredotti con el 35,3 por ciento. También según este escrutinio, el candidato del Mopof, el ministro de Economía provincial, Roque Martinelli, cosechaba un 23 por ciento de las voluntades. Esos 10 mil votos que dentro de dos domingos decidirán para dónde se vuelca la balanza. Luego de reconocer su derrota, Martinelli anticipó ayer que su partido "dará libertad de conciencia a nuestros afiliados para que voten a quien consideren el mejor candidato". El candidato justicialista celebraba porque aseguraba haber arrancado su campaña "20 puntos abajo de la Alianza". "Desde mañana tenemos que salir a trabajar para lograr acercar al electorado del Mopof", prometía Manfredotti quien, al igual que su rival Colazo, evitó proclamarse ganador. Basados en los datos que les brindaban sus fiscales, el comando aliancista daba un resultado muy diferente al oficial: 42,4 por ciento para Colazo contra el 34 por ciento que le adjudicaban a Manfredotti. En la Alianza aseguraban que ese escrutinio se ajustaba más a lo real que las primeras cifras oficiales, ya que nivelan mejor los votos de la capital y el resto de las localidades. El voto se repartió como estaba previsto. Colazo obtuvo el grueso de sus votantes en Río Grande --ciudad de la que es intendente-- mientras que el justicialista Manfredotti descontó en Ushuaia. Luego de la aciaga experiencia tucumana, hubo un solo boca de urna. La consultora de Enrique Zuleta Puceiro dio ganador a la Alianza por un punto y medio, lo que en términos de los especialistas es un empate técnico. El tramo final de la campaña estuvo marcado por los intentos de los candidatos del PJ y de la Alianza por nacionalizar la elección. Tanto Eduardo Duhalde como Fernando de la Rúa pasaron en los últimos días por Tierra del Fuego para apoyar a los postulantes de sus partidos, en su esfuerzo por conseguir una nueva alegría en la larga cadena de elecciones provinciales que jalonarán la carrera hacia octubre. Ayer hubo dirigentes nacionales palpitando el resultado. En nombre del gobierno nacional viajó el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, quien puso un punto de discordia en medio de la notable cordialidad que mostraron los políticos fueguinos. Con los métodos que se repiten habitualmente en el resto del país, con las primeras mesas favorables Rodríguez se apuró en proclamar el triunfo del justicialismo. Entonces, el radical Colazo le respondió con un tono que no se vio durante la campaña: "Ha venido a alterar el clima con datos falsos diciendo que ganaba el PJ. Mejor que se vaya inmediatamente de Tierra del Fuego y comience a trabajar para el país". Para acompañar a Colazo llegaron el jefe de la campaña de la Alianza, Rafael Pascual, y el gobernador electo de Catamarca, Oscar Castillo.
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