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LA CUMBRE DEL G-8 ACABO CON CLINTON Y YELTSIN AMIGOS DESPUES DE LA GUERRA
Se fueron felices y comieron perdices

"Después del combate, queremos hacer la paz", dijo el presidente ruso Boris Yeltsin no bien se bajó del avión que lo dejó en Colonia. Pero las que no dejaron de pelearse por Kosovo fueron las potencias europeas.

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t.gif (862 bytes)  Colonia fue una fiesta para el Grupo de los Siete (las grandes potencias industriales) más Rusia. Los líderes de este Grupo de los Ocho de facto terminaron su reunión ayer, luego de asistir a una misa en la Catedral de la ciudad alemana, con dos puntos que juzgaron positivos: la condonación de parte de la deuda externa para algunos de las naciones más pobres del planeta y el abrazo del oso que el presidente ruso Boris Yeltsin le dio a su par norteamericano Bill Clinton como señal de que las relaciones entre Washington y Moscú dejaron atrás el trauma de la ofensiva de la OTAN contra Yugoslavia. En el documento de 13 páginas resultante del encuentro, los líderes occidentales aprovecharon la ocasión para pedir la solución de otros conflictos internacionales. Fuera del texto, quedó una diferencia considerable entre las potencias europeas sobre cómo gestionar la ayuda económica a Yugoslavia.

La gran estrella de la cumbre fue la última en llegar. "Después del combate, queremos hacer la paz", declaró Yeltsin, sobre quien se siguen divulgando los peores rumores sobre su estado de salud. En esta atmósfera conciliadora, el presidente ruso también reprochó a la comunidad internacional que reaccione con retraso respecto de las crisis y que cuando lo hace "no elimine las causas de origen". También sugirió que se elabore una nueva concepción universal de las relaciones internacionales para el siglo XXI.

Antes de la visita relámpago de Yeltsin, los principales dirigentes rusos, como el premier Serguei Stepashin y el canciller Igor Ivanov, estuvieron tratando los dos temas que afectan las relaciones rusas con Occidente en general, y con Estados Unidos en particular. El primer asunto fue la posibilidad de incluir a Rusia dentro del programa de condonaciones parciales de la deuda. Aunque no lo consiguieron, lograron arrancar un pacto para "reescalonar" la deuda. Rusia está a la espera de un crédito puente del FMI de 4500 millones de dólares, que ya está aprobado pero que aún no fue librado. El segundo asunto es la preocupación norteamericana para que los rusos se plieguen a los acuerdos mundiales en materia de armamento. Clinton y Yeltsin decidieron celebrar una reunión dentro de unos meses para analizar la modificación del Tratado Antimisiles Balísticos (ABM). A su vez, ambos países reanudarán las negociaciones para la firma del tratado de armas nucleares Start III.

En cuanto al conflicto en Kosovo, el acuerdo del viernes entre la OTAN y Rusia sobre la composición de la fuerza internacional de paz no sirvió para que las potencias europeas disimulen sus diferencias. La primera de ellas es genérica y está planteada a nivel moral. El premier británico Tony Blair precisó que los países del G-7 "ofreceremos ayuda para el futuro si la población serbia abraza los principios de la democracia. Y no se podrá hacerlo mientras tenga a un criminal de guerra como jefe de Estado". "Hay que separar los tantos", respondió el canciller alemán Gerhard Schroeder, padre del Plan para la Estabilidad de los Balcanes. "No podemos dejar que la población serbia se muera de hambre o se congele en invierno por culpa de su presidente. Uno no puede castigar a un pueblo por su presidente", declaró el mandatario alemán.

La otra diferencia se plantea entre "ayuda humanitaria" y "reconstrucción económica". "¿La reconstrucción de centrales eléctricas se considera ayuda humanitaria?", preguntó el presidente francés Jacques Chirac. "Quizás no del todo", se autorrespondió. "Pero sí en el caso de que esto provea calor a los hogares en invierno. Debemos discutir qué es ayuda humanitaria."

Schroeder anunció que Alemania organizará una cumbre para abordar los aspectos concretos del Pacto de Estabilidad en "un país limítrofe" con Yugoslavia. Según el canciller alemán, esto "enviará un mensaje psicológico a la región" y fomentará que las decisiones sobre el asunto se tomen in situ. El principal candidato para ser escenario de este encuentro es Eslovenia, considerado por Occidente como un ejemplo de democracia y desarrollo. Eslovenia será la próxima escala de Clinton en su gira europea.

 

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