El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic refuerza su propaganda para enfrentar a a la oposición y a los refugiados serbios. |
Por Rory Carroll Serbia está convirtiendo la guerra en una historia de lucha heroica contra fuerzas superiores en las que la tortura, el asesinato masivo y la limpieza étnica no jugaron ningún papel. Los medios del Estado descartan los informes como propaganda de la OTAN, y la imagen de una guerra en la que el ejército yugoslavo y la policía no cometieron ni una atrocidad está pasando rápidamente de boca en boca de los serbios comunes. Los refugiados y soldados que regresan, como Zdravko Savatic, alimentan esa creencia. Savatic está seguro de que los albaneses étnicos fueron tratados con respeto y decencia, sin asesinatos, violaciones ni saqueos. Según Savatic, el bombardeo comenzó no porque Milosevic rechazara un acuerdo de paz y continuara con la depuración étnica, sino porque la OTAN quería ejercitar sus músculos. Su mujer y su hijo menor Zarko, de 17, están de acuerdo. Están convencidos de que los historias de los refugiados, de asesinatos y desalojos, fueron fabricadas. Aun cuando los bombardeos de la OTAN causaron cada vez más muertes, la disciplina de los serbios se mantuvo firme. Esto es muy notable, porque los albano-kosovares son cualquier cosa menos vecinos limpios, dice Savatic. "Los albaneses tenían más derechos y más democracia que los negros en los Estados Unidos", agrega. Es una frase que repiten una y otra vez por los soldados y refugiados serbios. Para ellos, la historia de Kosovo que todavía no se contó es la del heroísmo serbio.
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