TRES DOCENTES DE LA UBA DENUNCIAN DISCRIMINACION IDEOLOGICA
En Psico, pierden los que ganan

Un grupo de profesores ganó un concurso docente, pero la facultad lo impugnó.
Denuncian que fue porque son opositores.

“Nunca en la historia de la Facultad de Psicología había pasado algo así”, lamenta la profesora y consejera directiva Beatriz Grego, antes de descargar munición gruesa: “La facultad discriminó a tres profesores por sus ideas políticas”. Después de muchas dilaciones, hace quince días, el consejo de la facultad de la UBA impugnó un concurso docente, cuyo jurado había seleccionado por unanimidad a tres profesores para la materia Salud Pública/Salud Mental. “Lo mejor sería anular ese concurso, así nos sacamos de encima a estos zurdos, llegó a decir públicamente el consejero directivo por los graduados de la Alianza”, asegura uno de los perjudicados, Daniel Vega. Luego, señala hacia dónde habría apuntado el dedo acusador: “Dos de nosotros integramos la gremial docente opositora al rector (Oscar) Shuberoff”. Y Graciela Fabi, otra de las docentes excluidas, amplía la denuncia: “Con esta política, la UBA controla los claustros de profesores y los consejos directivos de las facultades para que Shuberoff pueda conservar su poder”, dispara.
Frente a las imputaciones de los profesores –que fueron avaladas por un sector opositor del consejo directivo–, Raúl Courel, el decano de la facultad donde estudian 13 mil alumnos, desestimó las acusaciones y dijo a Página/12 que la anulación del concurso para elegir docentes se debió a “vicios de forma” cometidos por el jurado. “Los concursos se hacen con toda transparencia. Los procedimientos garantizan que nadie se pueda quedar afuera por cuestiones ideológicas”, retrucó.
El comienzo de la dilatada historia se remonta al ‘92, cuando la facultad convocó a tres concursos para elegir profesores en las cátedras I y II de Salud Pública/Salud Mental: había que seleccionar tres profesores adjuntos y a uno titular de cátedra, además de renovar el cargo de un adjunto ya nombrado. Tras tres años de concienzudo análisis, la facultad eligió –y defendió ante diversos cuestionamientos– al jurado que ahora desautorizó. Recién en 1997 se sustanciaron los concursos. Por unanimidad, el jurado resolvió que Graciela Fabi, Daniel Vega y Carlos Repetto merecían ser los profesores adjuntos. Y, en dictamen dividido, para la mayoría del jurado el mismo Repetto merecía el cargo de titular y también la renovación del cargo adjunto. La minoría proponía, para esos dos puestos, a la profesora Alicia Stolkiner, quien poseía el cargo en renovación y –hoy como entonces– es la titular de la materia.
Pero la decisión del jurado no satisfizo (ver recuadro) y, hace quince días, en su última sesión, aduciendo “vicios de forma”, el consejo directivo falló: los concursos fueron anulados y se pidió al Consejo Superior de la UBA que ratifique esa determinación.
“Es la primera vez que un concurso con dictamen unánime es impugnado”, se indignó la profesora Grego, titular de la materia Psicoanálisis: escuela inglesa y dueña de una trayectoria académica de tres décadas. “A nosotros no sólo nos quitan un trabajo, nos están truncando toda la carrera académica”, dijo Fabi y siguió: “Yo tenía un cargo concursado de JTP (jefe de trabajos prácticos) en Psicología preventiva, desde 1994. Mi próximo paso era concursar por un cargo de adjunta. Pero, con todo esto, renuncié. No quiero legitimar esta política con mi presencia en la facultad”.
“En una charla conmigo –contó Vega quien, desde 1992, es profesor adjunto interino de Salud Pública–, el secretario del consejo directivo reconoció que las trabas a nuestro concurso eran una cuestión política y corporativa, no académica.” También en diálogo con Página/12, Fabi argumentó: “Hasta un cargo de JTP, los radicales te dan cualquier cosa porque no incide en el consejo directivo. Después, cuando se juega el ingreso en el claustro de profesores, aparecen las trabas. Lo más grave es que los concursos son la única manera de oxigenar la universidad y evitar las cátedras feudos”. Finalmente, otra consejera directiva, María del Rosario Lores Arnáiz, concluyó: “Así, están dando por tierra con la autonomía universitaria. En la UBA existe un poder despótico y corrupto”. “La política de la universidad es respetar la recomendación de los jurados –explicó el decano Courel–. Pero, en este caso, hubo dictámenes de minoría y mayoría, ninguno de los cuales fue aprobado por el consejo. Y, por otro lado, hubo vicios de procedimiento, por lo que se propuso al Consejo Superior dejar sin efecto el concurso”, aseguró. Pero los dichos del decano no les bastan a los denunciantes, que lo acusan de someterse a los dictados del rector de la UBA. “¿No sabés, Courel, que cuanto más caso le hacés al superyó, más sádico es?”, remató, profesional, la profesora Grego.

Un seminario en defensa de las minorías étnicas del país

Por Marina Caporale
“Una vez estuve a punto de conseguir trabajo cuidando a una señora enferma. Pero, cuando llegué, me dijo `acá no quiero negras’. Y me echó.” María La Madrid tiene 54 años y es descendiente de los esclavos negros que llegaron al país durante la época colonial. Además, es la presidenta de Africa vive, una de las asociaciones civiles que, junto con dos cátedras abiertas de la UBA, mañana empezará a coordinar un seminario gratuito y abierto al público sobre “Los pueblos originarios, afro-argentinos y nuevos inmigrantes”. El testimonio de María formará parte de un conjunto de propuestas y denuncias planteadas por diversas comunidades que sufren discriminación: aborígenes, inmigrantes latinoamericanos y negros nativos y extranjeros.
“El objetivo del encuentro es propiciar que las distintas asociaciones de personas marginadas empiecen a borrar las diferencias impuestas por el sistema”, explicó Alberto Rilo, de la cátedra abierta de Estudios Americanistas (UBA). Si bien no hay estadísticas oficiales, se estima que hoy hay un millón y medio de aborígenes en la Argentina, mientras que los negros criollos (nacidos de familias negras argentinas) rondan el millón. “La cantidad es mucho mayor si se consideran todos los negros que están llegando de países americanos y africanos. Somos muchos los negros en la Argentina, pero parece que no existiéramos. Nos niegan como si fuéramos invisibles”, denunció Miriam Gómes, de la Comunidad Caboverdiana.
“El neoliberalismo necesita un neorracismo para extenderse. Desde este espacio vamos a combatirlo –dijo María Luján Leiva, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras–. Porque cuando se instala entre los niños y los jóvenes de las minorías el sentimiento de inferioridad social, la situación es insuperable. Se los condena de antemano a la marginalidad.” El seminario se realizará entre mañana y el viernes, en el auditorio de la Cámara de Diputados (Riobamba 25, subsuelo 1º). En la apertura, que será a las 17, van a participar Adolfo Pérez Esquivel y diputados como Alfredo Bravo y Juan Pablo Cafiero, entre otros. Luego, un panel discutirá sobre las raíces históricas y las expresiones actuales de la discriminación.
“El segundo día van a trabajar talleres simultáneos, donde se presentarán denuncias y testimonios personales. También van a elaborarse propuestas que luego puedan tener carácter legislativo para combatir la discriminación”, explicó Juan Rosales, de la cátedra de Estudios Americanistas. “A los inmigrantes paraguayos nos tratan como ladrones de trabajo. Esa es una estrategia del Gobierno para dividir al pueblo. Quiere poner a pobres contra pobres”, dijo Teresita Asilvera, de la Comisión de Derechos Humanos de Residentes Paraguayos en Buenos Aires, en un adelanto de su exposición. En la última jornada, un jurado intentará buscar medidas prácticas a partir de las propuestas elaboradas en los talleres. Entre los miembros del jurado, estarán Osvaldo Bayer, Víctor De Gennaro, el padre Luis Farinello, la hermana Teresa Varela y Enrique Oteiza.
Además de las asociaciones mencionadas, en la organización del seminario participan la cátedra libre de Derechos Humanos (UBA), la Secretaría de Extensión de Filosofía y Letras, la Comisión de Residentes Latinoamericanos, la Federación de Asociaciones Civiles Bolivianas y la Biblioteca del Congreso. Los interesados pueden inscribirse en la oficina 244 de Filosofía y Letras (Puán 480) o en el Departamento de Extensión de la Biblioteca del Congreso (Hipólito Yrigoyen 1760). También pueden hacerlo mañana, antes de la apertura.

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