Por Luis Bruschtein El socialismo no es
historia pasada, como dicen los liberales. Pero sí tiene una historia gloriosa que
atraviesa el siglo con sus luchas por la libertad y la igualdad entre los hombres,
expresó ayer Pierre Mauroy, presidente de la Internacional Socialista al cerrar el
seminario América Latina, siglo XXI: propuestas para un nuevo rumbo. Fue uno
de los pocos pasajes en que la palabra socialismo resonó en la Legislatura de
la ciudad. Antes habían hablado los candidatos de la Alianza, Chacho Alvarez y Fernando
de la Rúa, el candidato de la Concertación chilena, Ricardo Lagos, y del Encuentro
Progresista-Frente Amplio uruguayo, Tabaré Vázquez.
El seminario fue organizado por la Fundación Argentina para la Libertad de Información
(Fuali), que dirige Raúl Alfonsín el más aplaudido y mencionado en los discursos
(ver aparte), por la Fundación Jean Jaurès, de Francia, y por el Centro de
Estudios Alfredo Palacios, del Partido Socialista Popular, y forma parte de esta especie
de festival socialdemócrata mundial que tiene como centro la ciudad de Buenos Aires. El
seminario se efectuó el martes y el miércoles, mientras que hoy comienzan algunas
actividades de la reunión del Consejo Mundial de la Internacional Socialista que
deliberará viernes y sábado. El sábado y el domingo se reunirá la Internacional
Socialista de Mujeres.
Lejos de las rutas internacionales y sometida desde hace varios años a un discurso
neoliberal monolítico, la Argentina asiste ahora al desembarco de un lenguaje político
distinto que va desplazando al liberalismo puro en el mundo. Las exposiciones no tienen
nada que ver con los encendidos debates ideológicos de los viejos socialistas, sino que
expresan todavía una respuesta tímida a los profundos desequilibrios sociales y
económicos del planeta, pero aun así reinstalan ideas como la justicia social y el rol
activo del Estado, que habían desaparecido del discurso político argentino en los
últimos diez años.
Chacho Alvarez destacó que la región debe construir un pensamiento propio, aunque
indicó que más allá de las diferencias, los líderes de la región tenemos un
núcleo de pertenencia común. Agregó que éste se basa en ideas como la
integración regional pero no a partir de los negocios y los mercados, sino de la
política, para lograr competitividad con cohesión social. Indicó la
necesidad de un nuevo Estado con un rol activo en la economía y que se debe poner el
mercado a disposición de la construcción de la sociedad y no al revés. Finalmente
subrayó que el gran desafío es asociar el fortalecimiento de las instituciones con
el crecimiento económico y la equidad social.
Tabaré Vázquez citó a Voltaire y al historiador marxista Eric Hobsbawm y se refirió a
la necesidad de definir un nuevo contrato social, un pacto de convivencia mundial,
regional y nacional. El crecimiento económico es importante
subrayó pero el desarrollo humano es fundamental. Aclaró que los
conservadores no piensan esto último.
Lagos se refirió al nuevo escenario internacional donde la diplomacia multilateral
ha dado paso a la acción unilateral de una única gran potencia hegemónica. La historia
de nuestras sociedades ha sido la del equilibrio entre potencias y países que hacían
equilibrio en ese equilibrio. En el próximo siglo será imposible hacer política
exterior solos, hay que integrar bloques para pesar en el contexto internacional. El
dirigente socialista chileno reivindicó el crecimiento del Mercosur.
Se ha conquistado la democracia política y ahora el desafío es conquistar la
democracia económica, comenzó De la Rúa, cuyo discurso fue el más corto. Afirmó
que este sistema endiosó al Mercado e hizo que el Estado estuviera ausente y no
interviniera para defender la competencia, lo que generó las grandes desigualdades.
Puntualizó que el objetivo central del Estado deberá ser generar empleos.
Mauroy se refirió a los debates entre socialistas y la tercera vía. Estamos
buscando la forma de maniobrar en una economía de mercado porquenos negamos a vivir en
una sociedad de mercado y todavía seguimos siendo todos socialistas, advirtió.
La ausencia de Alfonsín Entre las ausencias notables, la del ex presidente Raúl Alfonsín fue la
más sentida por las circunstancias dramáticas que tiene. El presidente de la
Internacional Socialista y ex primer ministro de Francia Pierre Mauroy aseguró que
en sus largos años de lucha una de las noches más bellas que recuerdo
fue cuando asumió Raúl Alfonsín a la presidencia, luego de años de dictadura
militar.
El ex presidente ya había sido mencionado por Fernando de la Rúa, que dio la bienvenida
a los visitantes extranjeros en su nombre y en el de Alfonsín. Cada mención al ex
presidente fue saludada con intensos aplausos del público y de los líderes políticos
que integraron el panel ayer en el cierre del seminario en el Salón Dorado de la
Legislatura porteña.
El candidato presidencial chileno Ricardo Lagos también recordó al ex primer mandatario.
Tengo vivo interés por verlo, comentó a poco de arribar a Ezeiza. Lagos
explicó que Alfonsín se preocupó por su libertad cuando era presidente argentino y él
estaba prisionero del régimen de Pinochet. Estaba en la cárcel relató
y alguien me dijo: está hablando el presidente Alfonsín y está pidiendo tu libertad.
Esas cosas no se olvidan.
Izquierda crítica
El Partido Humanista, la Liga Socialista Revolucionaria, el Partido
Obrero, Quebracho, Izquierda Unida, el Club Socialista, la Correpi, HIJOS, la Liga
Argentina por los Derechos Humanos y el Movimiento contra el Racismo, la Xenofobia y la
Discriminación realizarán hoy a las 18 una concentración de repudio frente al Hotel
Intercontinental, en Moreno y Piedras, por la presencia de la Internacional Socialista. El
viernes a las 19 lo hará el Frente de la Resistencia. Las agrupaciones de izquierda
condenan al organismo internacional por ser personeros de la OTAN y
corresponsables de la agresión contra el pueblo yugoslavo y la invasión a
Kosovo. |
OPINION
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