Por Pedro Lipcovich Es argentino y tiene sueños
de argentino: pasar las vacaciones de invierno en Brasil y viajar después a Estados
Unidos. Pero el satélite SAC-C concretará sus sueños. Según anunció ayer la Comisión
Nacional de Actividades Estatales (CONAE), ya entró en la fase final de su fabricación:
el 15 de julio será enviado a Brasil, donde se harán las pruebas finales, y de allí a
California, desde donde, el 15 de diciembre, será puesto en órbita. El satélite
servirá para monitorear y predecir cosechas, no sólo argentinas, sino de países
competidores como Australia; suministrará datos sobre especies pesqueras, contribuirá a
proteger a las ballenas, denunciará la contaminación de los ríos e informará sobre
catástrofes naturales.
El primer satélite argentino de observación de la Tierra pesa 475 kilos y es
básicamente un prisma octogonal de 2,20 metros de largo por 1,40 de ancho. Fue precedido
por el SAC-A, que se lanzó en diciembre pasado y sigue en órbita, destinado a poner a
prueba los instrumentos que funcionarán en el SAC-C y la estación rastreadora de
Córdoba.
Según dijo a Página/12 Fernando Hizas, gerente de gestión tecnológica de la CONAE, la
misión del SAC-C se ubica donde la información internacional deja agujeros
correspondientes a nuestra realidad. Para entender esto hay que explicar dos
características técnicas del satélite: su poder de resolución y su capacidad de
revisita.
El SAC-C apuntará a la Tierra con un juego de tres cámaras (diseñadas,
desarrolladas y construidas en la Argentina, destacó Enrique Bottinelli,
coordinador del lanzamiento), cuyo poder de resolución es de 175 metros, es decir que un
cuadrado de 175 metros de lado se verá como un puntito en la imagen. Los satélites de
observación internacionales, como el norteamericano Landsat o el francés Spot, tienen en
cambio sólo 20 a 35 metros de resolución, lo cual es óptimo para monitorear
cultivos en parcelas muy chicas, como los de Europa, pero no para las del Mercosur, que
suelen ser mayores, observó Hizas.
Esta facultad de fotografiar extensiones mayores permite hacer más frecuentes las
revisitas: Mientras que el Spot pasa cada 26 días por el mismo punto de
la superficie terrestre, el SAC-C lo hará cada nueve días y, de ser necesario, cada
tres, precisó Luis Alloi, a cargo de ingeniería de sistemas. Hizas observó que
en la Pampa Húmeda el momento clave de la cosecha es en diciembre y enero, que es
también cuando hay más nubes que obstruyen las cámaras del satélite: la revisita más
frecuente permitirá un mejor seguimiento.
Pero el SAC-C permitirá también monitorear los cultivos en países competidores
como Australia, y así prever el comportamiento futuro de los mercados, destacó
Hizas. De hecho el satélite podrá fotografiar cualquier punto del mundo. Como se moverá
en órbita polar (sobre los polos, a 707 kilómetros de altura y 99 minutos de período
orbital), y el planeta a su vez gira, en cada órbita barrerá una franja distinta del
globo.
El SAC-C también servirá para diseñar mapas de temperaturas del mar, que permiten
rastrear los cardúmenes, e incluirá un sistema para rastrear las hasta ahora
desconocidas rutas migratorias de las ballenas francas -avistables en Puerto Madryn,
luego de instalarles trasmisores que enviarán al satélite datos sobre su posición, la
temperatura del agua y las corrientes. El bajo tiempo de revisita del SAC-C permitirá
monitorear emergencias como inundaciones, y ofrecerá un mejor control de derrames de
petróleo y contaminación hídrica, evaluada según el color de los ríos.
El lanzamiento se hará por acuerdo entre la NASA y la Conae, donde la primera se ocupa de
ponerlo en órbita y comparte la carga útil, que incluye instrumental de diversos países
para estudios de atmósfera y radiación. En San José dos Campos, cerca de San Pablo, por
cooperación con la agencia espacial brasileña, se efectuarán pruebas en cámara de
vacío que simula el espacio extraterrestre. Y en diciembre, un cohete Delta IIlo pondrá
en órbita desde la base de Vandenberg, en California. La vida útil del SAC-C se prevé
en cuatro años.
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