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MENEM INSOLITO: RENUNCIA A LA ASISTENCIA DEL BM Y DE UNICEF A LOS POBRES
El sueño de ser del Primer Mundo +23

Cuando el desempleo y la pobreza son elevadísimos, el Gobierno está negociando la “graduación” ante organismos internacionales, lo que significa que Argentina se considera una nación rica. Así se perderá la ayuda a sectores vulnerables.

Memo: El 2 de junio pasado, Roque recibió un memo secreto del titular del Banco Mundial, que confirma que Argentina está en condiciones de graduarse.

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Roque Fernández, por Economía, y Fernando Petrella, por Cancillería, son los encargados de cumplir con la misión encomendada por Menem.
Tener el título de país rico sin importar que así se cierre el acceso a créditos para pobres. Se afecta a apenas 13,4 millones de personas.

Por Maximiliano Montenegro

t.gif (862 bytes) Justo cuando la pobreza y la desocupación alcanzan niveles alarmantes, Argentina podría dejar de recibir préstamos sociales de los organismos internacionales para los sectores carenciados. El motivo es que el presidente Menem quiere que la Argentina sea reconocida con un “título de graduación” por dichos organismos, una chapa que el Gobierno exhibiría como boleto hacia el Primer Mundo. En la práctica significa que Argentina ya no podrá gestionar nuevos préstamos sociales del Banco Mundial ni obtener asistencia humanitaria para los hogares pobres de organismos tales como Unicef y el fondo para la infancia de Naciones Unidas. Roque Fernández es el encargado de las gestiones ante el Banco Mundial. Hace pocos días, recibió un memo secreto del presidente de la entidad, James Wolfensohn, en el que se dice que, dado su ingreso per cápita, Argentina está en condiciones de iniciar el “proceso de graduación”. El embajador argentino ante la ONU, Fernando Petrella, es el más ferviente promotor de la graduación ante Naciones Unidas. En los últimos cinco años, Argentina recibió más de 7000 millones de dólares en créditos internacionales para combatir la pobreza y financiar planes de empleo.
El 2 de junio pasado, Roque Fernández recibió un memo secreto remitido desde la presidencia del Banco Mundial. En la carátula se destaca el carácter reservado de la información (“Solo para uso oficial”, advierte) y al pie de página se insiste: “Este documento tiene una distribución restringida y puede ser utilizado por los receptores sólo en el desempeño de sus tareas oficiales. Su contenido no debe ser difundido sin la autorización del Banco Mundial”, advierte el fax.
En él se describen los parámetros de ingreso per cápita que tomará en cuenta el directorio del Banco para negociar a partir del 1º de julio próximo y hasta el 30 de junio del año 2000 el status operativo de cada país con el organismo.
También se adjunta un ranking con datos de ingreso per cápita, actualizados a 1998, de los 152 países subdesarrollados que cuentan con la asistencia del Banco Mundial. En dicha tabla, Argentina figura segunda con un PBI per cápita de 8970 pesos anuales, sólo detrás de Eslovenia. Y está cómodamente ubicada en la categoría V (ingreso per cápita superior a los 5280 dólares), que agrupa a los países en condiciones de iniciar el proceso de graduación: aquí también se encuentran Corea, Uruguay, dos islas del Caribe y las Saychelles en el Indico. En la categoría IV, que agrupa a aquellos que recién podrían acceder a un proceso de graduación en 15 años, figuran países como Chile, Brasil y México, con un ingreso per cápita de 4810, 4570 y 3970 dólares, respectivamente. Más abajo, en la categoría III, a la cual se proponen planes de desarrollo de 17 años, están Colombia y Perú. En la II, se hallan países tales como Filipinas, Bolivia y Ucrania. Finalmente, en la categoría I, están los 62 países más pobres del planeta, con un ingreso per cápita inferior a 760 dólares, en los que el Banco prioriza la financiación de “obras civiles” de infraestructura (ver cuadro).
En la última asamblea anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, en octubre pasado, Roque empezó las conversaciones con los funcionarios del organismo para que Argentina obtuviera su graduación. Ello significa que el país no podrá gestionar nuevos prestamos sociales del Banco, ya que, se supone, con esa chapa podría acceder a los mercados de capitales y conseguir allí financiamiento barato. Actualmente, la cartera de créditos del Banco con Argentina es de 6900 millones de dólares, distribuida en 44 proyectos de financiamiento: plan de nutrición materno-infantil (Promin I y II), redes de protección social (planes Trabajar), protección de las zonas inundadas, lucha contra el sida, desarrollo de pequeños agricultores y obras viales, entre otros. Sólo en el último año fiscal, el Banco aprobó créditos para Argentina por casi 1500 millones.
Fernández inició las negociaciones por pedido del presidente Menem, que pretende coronar su gestión ante la comunidad internacional. Conscientedel costo de la jugada, el ministro quiere que el Banco otorgue la graduación a Argentina, pero que negocie en el futuro créditos para fines sociales directamente con las provincias. “La Nación ya hizo las reformas de primera y de segunda generación, tenemos un PBI per cápita elevado, no tenemos por qué seguir dependiendo del Banco Mundial, ya podemos graduarnos”, confirmó una alta fuente del Ministerio de Economía a Página/12. La misma fuente aclaró que “la idea ahora es que las provincias que lo necesiten negocien directamente los créditos con el Banco”.
El embajador Fernando Petrella impulsa la graduación ante los organismos de Naciones Unidas. Así, en poco tiempo más se retirarían del país las representaciones del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y de Unicef, instituciones que, en la visión del Gobierno, ya no son necesarias en una Argentina “desarrollada”. Ese país que imagina el menemismo dista mucho de la Argentina con 13 millones de pobres, que revelan los propios informes del Banco Mundial, y que la Iglesia no deja de denunciar (ver aparte).
En Washington, hay quienes dudan de que Argentina merezca la graduación. Un alto funcionario del Banco le dijo a este diario que el nivel de ingreso per cápita “es sólo un aspecto” y que al país “todavía le falta pasar varios tests: mejorar la Justicia, la transición política, dar más eficiencia al gasto social”. Pero los países del G-7 (los siete países más industrializados con Estados Unidos a la cabeza) están presionando
para que los organismos internacionales concentren su asistencia financiera en el grupo de países más pobres, restando asistencia a los de “desarrollo intermedio”, como Argentina. Una primera señal fue la condonación de deuda por 70 mil millones a los países pobres decidida el fin de semana pasado, que en Latinoamérica sólo incluyó a Bolivia y a tres países de Centroamérica. Por eso, si Argentina quisiera graduarse y dejar de solicitar préstamos para las áreas sociales, nadie en Washington se opondría.

 

Otra denuncia de la Iglesia

La Iglesia sigue denunciando la dramática situación social. Los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor Estanislao Karlic (Paraná), advirtió ayer sobre las “extremas necesidades” que padece la población del Noreste argentino. Citando datos del informe del Banco Mundial que publicara Página/12, el documento, titulado “Radiografía de la pobreza en el NEA” advierte que “el 57,3 por ciento de la población de la región vive en la pobreza y el 18,8 por ciento, en la indigencia total”.
Así, “57 de cada 100 personas no cubren una canasta de bienes valuada en 140 pesos mensuales por adulto del hogar”. Mientras que “casi 19 de cada 100 personas no alcanzan a cubrir la canasta básica alimentaria, valuada en 70 pesos”. Esta evaluación de la pobreza se suma a la del titular de Caritas, monseñor Rafael Rey, quien fue acusado por el Gobierno de “aliancista”.
Los referentes eclesiásticos del Noreste habían denunciado el lunes último, al concluir un plenario de tres días, que “las desigualdades del sistema económico están matando a más gente, social, psíquicamente y físicamente, que la guerra”. Los obispos Domingo Castagna (Corrientes), Alfonso Delgado (Posadas), Carmelo Giaquinta (Resistencia) y José Conejero Gallego (Formosa) destacan en el informe que “la falta de equidad afecta la cédula primaria de la sociedad, que es la familia”.


Un indicador tramposo

El ingreso o PBI por habitante que utiliza el Banco Mundial como parámetro del desarrollo de un país es un indicador que esconde buena parte de la realidad social. Se lo considera una medida más acertada del nivel de vida que ofrece una economía nacional que el PBI, a secas, por la simple razón de tener en cuenta al número de habitantes del país.
Sin embargo, nada dice de cómo se distribuye el producto. Por caso, los 8970 dólares per cápita de ingreso que el Banco Mundial toma como válidos para la Argentina están muy lejos del ingreso anual real de la mayoría de los argentinos. De hecho, en Argentina, el 36 por ciento de la población vive con menos de 140 pesos mensuales, es decir, 1680 pesos al año. Esa tercera parte de los argentinos se las arregla con un ingreso medio similar al de Guatemala o Suriname. A su vez, casi el 60 por ciento de los habitantes de Capital y Gran Buenos Aires vive con menos de 700 pesos mensuales, es decir, debajo del PBI per cápita de Argentina.
Más importante aún, tomar como medida del desarrollo al ingreso per cápita, puede llevar a conclusiones alarmantes al cruzarlo con otros indicadores sociales. Por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil en Argentina, para menores de cinco años, es del 25 por mil. Más del doble que en Jamaica, donde el PBI per cápita es de sólo 1680 pesos al año y aún bastante superior a la de Sri Lanka, cuyo ingreso per cápita es un décimo del argentino (810 dolares).


 

PARA EL GOBIERNO, “AFRICANIZAN” LA IMAGEN DEL PAIS
UNICEF y el PNUD están en la mira

t.gif (862 bytes) Pese a que casi la mitad de los niños argentinos vive en la pobreza y las tasas de mortalidad infantil todavía se mantienen en niveles altos, el año próximo Unicef, el fondo de Naciones Unidas para la infancia, entraría en un “período de gracia”, y en tres años más levantaría sus oficinas de Argentina. El PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo), que administra en Argentina una cartera de 1000 millones de préstamos sociales, ya está en su período de gracia y el año próximo dará por concluidas sus funciones en el país.
El embajador Fernando Petrella es quien negocia la graduación de la Argentina ante las Naciones Unidas, con la idea de que el país ya no necesitará de la asistencia internacional para la pobreza. El menemismo cree que estas instituciones dan una imagen de “africanización” del país.
“Los niños primero”, es el lema de Unicef, que despliega en Argentina diversos programas: “desarrollo infantil y educación”; “alimentación, nutrición y salud materno-infantil”; “niños en situación de riesgo”; “agua y saneamiento”, y “juventud”, entre otros.
A principios de año, Unicef empapeló la Capital Federal con afiches que publicitaban su campaña de “agua y saneamiento” en las villas del Chaco. El Gobierno reaccionó de inmediato. Los afiches mostraban a chicos pobres chaqueños: cara sucia, descalzos y con la mirada triste. “Están africanizando a la Argentina”, se enojó el presidente Menem. Cancillería citó al director local de Unicef, Edward Mandiger, mientras que Petrella hizo una protesta formal en Naciones Unidas, con el argumento de que era inadmisible que un organismo internacional africanizara la imagen del país. Al día siguiente, se levantaron todos los afiches y se suspendió un spot televisivo.
En tanto, Petrella apuró la negociación con los más altos directivos de la entidad para que Argentina prescindiera de los “servicios sociales” de Naciones Unidas. Otro organismo que dejará el país es el PNUD, que se encarga de administrar programas sociales financiados por el Gobierno, el BID y el Banco Mundial.

 


 

MONSEÑOR MIGUEL HESAYNE
“Esta economía es anticristiana”

El obispo emérito de Viedma escribió una carta a Menem, indignado por las acusaciones contra monseñor Rey. Aquí habla del Presidente, la pobreza y el modelo.

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Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes) El obispo emérito de Viedma, Miguel Hesayne, se había prometido no confrontar más con el presidente Carlos Menem pero la polémica sobre la pobreza fue más fuerte que el. Sus cartas al dictador Jorge Rafael Videla denunciando las violaciones a los derechos humanos fueron la prueba irrefutable de una realidad que la cúpula eclesiástica ocultaba y muchas veces bendecía. En democracia, Hesayne mantuvo en alto su voz crítica hacia las políticas de ajuste y la última misiva destinada a Menem lo puso nuevamente en la mira al salir en defensa del obispo de Zárate-Campana, Rafael Rey, quien denunció el incremento de la pobreza.
–¿Por qué decidió escribirle otra vez a Menem?
–Me movió el hecho de haber presenciado por televisión el insulto y la difamación que dirigió a un obispo católico. Ha sido un proceder alevoso, diciendo que un cristiano no debe mentir para arrancar el aplauso a la concurrencia calificando rotundamente como mentiroso al obispo Rey. Frente a ese hecho como cristiano, como hermano en el Episcopado de Rey, y también como él se dice cristiano, como hermano tengo que corregirlo. He seguido a Mateo 15: “Si tu hermano comete algún error, debes corregirlo”.
–¿Usted cree que cuando Menem minimiza el tema de la pobreza lo hace porque comete un error, o se equivoca?
–Es un error o una falsedad, no creo que él pueda ignorarlo. Si fuera así sería porque está rodeado de gente totalmente incapaz. En ese punto se juegan –no juzgo las intenciones– equívocos de los índices del Indec que usa parámetros que no corresponden a la realidad de la pobreza actual. Por ejemplo, para el Indec quien tiene un cuarto para dormir aunque esté muerto de hambre no es pobre. Podría en este sentido dictar incoherencias. En cambio, Rey como todos los pastores y la gente que padece hambre y es sincera con la realidad, encuentra personas en indigencia más allá de que superen los parámetros oficiales para catalogarlos como pobres.
–Para usted la pobreza se incrementó en los últimos años ...
–¡Pero por supuesto! En forma acelerada, geométricamente. Si se sigue con este sistema neoliberal que ha asumido plenamente el Gobierno, se va a ir acelerando porque engendra de por sí pobreza. Cada día vienen chicos con menos posibilidades de ir a la escuela, las familias han tenido que bajar hasta con los alimentos básicos. Hay muchísimas familias, incluso de clase media, que tenían un bienestar digno y hoy comen salteado. En Buenos Aires, se nota ya en los taxistas que tienen que trabajar doce horas y más para poder a veces pagar el combustible.
–La secretaria de Equidad Fiscal, Carola Pessino, dijo que no le preocupaba la concentración de la riqueza porque, en definitiva, después se produciría un efecto derrame ...
–Ese es el cuento que hacen los neoliberales, lo vengo escuchando desde el tiempo de José Alfredo Martínez de Hoz: lo que acumulan unos después va a redundar en bien de otros. Pero ya sólo con eso se está mediatizando al hombre y todo lo que sea mediatizar al hombre es contra el mismo hombre. Por eso es que esta economía es inhumana y anticristiana.
–Por esas críticas, Menem lo acusó de estar “cargado de odio” ...
–(Risas.) No contesto insultos ni difamaciones personales y lo único que puedo decir es lo siguiente: sólo Dios es el que escudriña los corazones, él sabe muy bien del corazón de todos nosotros.
–¿No se siente un tanto solo en la denuncia?
–Yo no me he encontrado todavía con mis hermanos obispos, pero con los que me he ido encontrando me he sentido totalmente apoyado. Algunos también me han llamado. Además, uno no habla para sentirse apoyado o no, la Iglesia no es un partido político, no es una agrupación o corporación. Yo hablo desde el Evangelio y anunciando la realidad. No hablo contra Menem, sí hablo contra el pecado, y denuncio la injusticia y a favor de la pobreza por eso termino la carta diciéndole que deje un camino menos difícil a los que le sucedan en el gobierno nacional.
–Mientras usted denunciaba la falsedad del discurso oficial, el Vaticano distinguía a Menem. ¿Cómo lo explica?
–Le aseguro de corazón, y lo sabe Dios, que tardo mucho para saber si tengo que hablar o no hablar, de tal manera que mi oración diaria es al Espíritu Santo para saber lo que debo decir, cómo decirlo, lo que debo callar, lo que debo hacer para procurar el bien de los demás y la gloria de Dios. Si alguien premia al Presidente corre por cuenta de quien lo hace. En el caso concreto de la condecoración no es de la Iglesia sino del Estado Vaticano. Ni la Iglesia como tal, ni el Papa como cabeza visible de la Iglesia han conferido las condecoraciones que son de dominio público, las confiere el Estado Vaticano.
–¿Pero el Papa es la cabeza común?
–Es esa ambigüedad histórica que trae confusión. La gente en general se puede sorprender frente a esto, es algo que viene de los años 700, se ha ido organizando, purificando más y más esta compleja organización. Sí le puedo decir que con muchos obispos y cristianos aspiramos a que se pueda lograr una organización más clara, de tal manera que no pueda ser utilizada por gobiernos temporales.
–¿Qué opina sobre el embajador en el Vaticano, Esteban Caselli?
–No hablo sobre hombres.
–Hasta ahora los políticos con más chances de ganar las elecciones se han pronunciado en defensa del modelo ...
–Si van a seguir con el modelo neoliberal vamos a seguir engendrando pobres. Esto lo tienen que tener en cuenta sobre todo los católicos. Lo dice el Papa en el último documento de la Iglesia en América. Está totalmente condenado por la Iglesia como está condenado el marxismo.
–Pero hay muchos católicos que comparten ese modelo ...
–Eso es lo que no me explico.
–¿Y qué le dicen cuando se lo pregunta?
–No he tenido oportunidad de preguntar. Me han enrostrado que yo estaba en la falsedad, por eso les recomiendo el texto último del Papa.
–Parece que a Menem tampoco le llegó.
–Por eso ahora si lee Página/12 lo podrá conocer.

 

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