Por Horacio Cecchi La fiesta menemista se viene
apagando, pero también se apagan las luces de su hábitat. Ayer, inspectores de la
Dirección de Catastros, técnicos de Edenor y el legislador porteño Abel Fatala,
cruzaron las puertas de la confitería 1800 Open Plaza, en Libertador y Tagle, solar del
período más fiestero del menemismo, donde se tejieron negocios públicos y la suerte de
algunos funcionarios entre gatos y medianoches. El motivo fue la clausura de uno de los
dos tableros eléctricos, luego de comprobar que la luz del paquetísimo lugar se había
colgado del cableado de los vecinos. El Open Plaza pertenece a la Corporación
Uno, cuya cabeza visible es Isaac David Jabif, amigo íntimo de Carlitos Menem y el mismo
dueño de la disco Junior, de Núñez, que a principios de mes fue escenario de un
operativo por ruidos molestos.
A principios de semana, el legislador porteño Abel Fatala recibió un llamado anónimo de
uno de los vecinos del edificio de Libertador 1784, denunciando que los del Open
Plaza están colgados de la instalación eléctrica del edificio. El frepasista
Fatala se comunicó con el presidente de Edenor, Francisco Ponasso, y con el gobierno
porteño y rápidamente pusieron en marcha el operativo. Ayer a la mañana, un equipo de
inspectores de las direcciones de Habilitación y de Catastro, técnicos de Edenor y
Fatala, desembarcaron en Libertador y Tagle.
Primero, comprobaron que del medidor principal del edificio salía una conexión trucha
que atravesaba la cochera del edificio y desaparecía en un hueco en la pared, coincidente
con la medianera del Open Plaza. Comenzó entonces la fase dos: los funcionarios
intentaron entrar al local, pero durante dos horas el encargado les cerró el paso.
Fue todo muy infantil -dijo Fatala a Página/12. Quisieron ganar tiempo para
tapar el tablero. Le pusieron una puerta encima, y lo cubrieron con cajones de manzanas.
Pero estaba ahí.
Según el arquitecto Norberto DAndrea, director de Catastro comunal,
comprobamos la existencia de dos tableros. Uno de ellos habilitado, y el otro que
recibía energía desde una conexión entre el medidor principal y el medidor del local.
El consumo que marcaba a esa hora de la mañana era muy alto. Se selló la instalación
clandestina y se dio un plazo de 72 horas para presentar la documentación en regla. Si no
responden, podríamos clausurar el local. Según los funcionarios, además del daño
a Edenor, existe una total falta de seguridad para los que viven en el
edificio.
El Open Plaza fue, hasta hace unos años para el menemismo, uno de los rincones top para
abrochar negocios y política matutinos, y topless nocturnos como moño. Tuvo su época de
gloria en la primera mitad de los 90. Carlitos Menem Junior llevó a la órbita,
como su segundo hogar, el salón VIP ubicado al fondo del local. También, hasta hace unos
años, Guillote Coppola y Diegote Maradona armaban allí algunas de sus reuniones
semiprivadas. En esa época el OP pasó a ser lo más para el ultramenemismo. Por la
mañana y hasta las seis de la tarde, ministros, funcionarios y operadores podían ser
encontrados en plena rosca. Por acá pasaban el Coti Nosiglia, Adelina
(DAlessio), el flaco (Eduardo) Bauzá, señaló uno de los empleados. En
aquellas reuniones matutinas se trazaron las primeras líneas del Pacto de Olivos, y
allí, una mañana del 94, mientras tomaba un café Matilde Menéndez, recibió el
llamado de Bauzá sellando su suerte al frente del PAMI.
Ahora, para los políticos está venido a menos, agregó la fuente. Pero
sigue viniendo Raúl Delgado (secretario de Medios de Comunicación), que siempre se
reúne con Daniel Hadad a hacer sus negocios, viene Lestelle, el Coco Cascia, periodistas
cercanos al poder. Ayer, no sólo la luminaria política estuvo ausente: también su
dueño, David Jabif, y la luz del cartel del frente, la instalación de aire acondicionado
y algunas lámparas que daban la pauta de que la noche menemista viene cambiando de color.
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